Finalmente un destino

Capítulo 22

—¿Que tan lejos está tu casa? —digo para matar el hielo, el viento es el único que hace sonido— ¿Ya comiste algo?, ¿Eres madrugador? A mi me encanta desvelarme y despertar temprano, pero detesto salir en la tarde, ¿Es raro? Yo creo que no —lo volteó a ver, no hay respuestas—, ¿Acaso hablas? La última que peleamos dijimos que íbamos a cambiar de actitud ¡Pero henos aquí! Hace 15 minutos discutimos, no creo que sea un gran progreso —Suspiro, él se detiene y yo hago lo mismo—, ¿Porqué te detines?

—Está es mi casa —responde inexpresivo.

—Oh —Miro la casa, como de película estadounidense—, que linda.

Más que nada, estuvimos hablando de los movimientos que hago mal, algunos trucos que él utiliza y técnicas que varios utilizan, luego de algunas horas acordamos practicar Karate, ya que igual el me ayudaría con eso y no esta mal adelantar aprendizaje.

Seguro ya se aburrió de hablar solo de esgrima, ahora me va a torturar en Karate.

—¿Sabes algo de Karate? —interroga.

—¿Cuentan las películas? —sonrío.

Baja los hombros con un suspiro, su cara seria me demuestra su gran humor, noto rueda los ojos antes de que se de la vuelta.

—¿Sabes que podrías salvar la vida de alguien recordando algo que viste o escuchaste en una película?

—¿En serio?, ¿Haz salvado a alguien?

—No tengo porque darte ejemplos míos, creo que sería algo egocéntrico.

—Oh, la señorita modestia —dice sin humor para después susurrar—, siempre tan engreída.

—Eres demasiado honesto ¿Cierto? Para no hablar tanto a veces hablas de más.

—Correcto, iniciaremos con algunos ejercicios básicos, pero necesito aprendas rápido.

Sin decir nada observó sus movimientos, escucho sus palabras y hago todo lo que dice; pasan algunos minutos y entonces me dice que tiene que salir, mientras yo seguiré entrenando en su patio de atrás.

—Haciendo esto sin saber porque ¡Pero claro! Ahora mi cara es pública, debo darles el cuerpo que quieren, la voz, la actitud ¡Dales tu estabilidad emocional! Solo le sirvo para tener algo de que hablar, soy un estúpido maniquí.

Esperen, ¡Mañana debo salir!

Me detengo unos segundos para pensar las cosas, ¿Salir con Kendall a algún lugar? Si, claro, como si fuese mi gran amigo, mucho menos quiero ir con Alison, y Juliette dudo que le guste salir, y tampoco he sido una gran amiga.

"Se tener amigos"

—Como si pudiera, mi última amistad duró... ¿Cuanto? Oh claro, me mudé.

Después de mi pequeña pausa para respirar, sigo haciendo los ejercicios, poco después Ryan llega con el mismo semblante en el rostro de siempre.

—¿Todo bien? ¿Como te fue... a donde hayas ido?

—Tu madre dijo que adelantará tu clase, no tendrás pintura por hoy.