Capítulo 9

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Llegamos a la casa donde se lleva a cabo la fiesta, al instante una música llega a mis oídos, es buena, pero demasiado fuerte; camino hacia la mansión mientras busco a Alison con la mirada, pero lo único que veo son jóvenes ebrios y parejas besándose de manera cavernícola.

Iugh...

—¡Aquí estas! —grita Alison al verme.

—Si, aquí estoy. —digo viendo a los lados.

No debería estar aquí

—Vamos a dentro, te vas a divertir, te lo prometo. —dice Alison mientras me arrastra hacia la puerta.

—Pero, Alison ¿Que se supone que haga?

—¡Divertirte!

Oh wow, no lo sabía.

Notese el sarcasmo...

En cuanto atravieso la puerta el olor a alcohol llega a mis fosas nasales, al igual que algunos otros aromas muy poco tolerables; Alison me lleva al patio de atrás donde están varios en la piscina.

—¿Quieres estar aquí o bailar adentro?

—Voy a bailar. —digo solo para irme.

Fue un error venir

Empiezo a caminar, al entrar a la casa el ruido me deja sorda y eso no ayuda mucho para salir, por mas que busco la salida no logro encontrar por donde irme.

Tengamos sensatez, Kendall acaba de llegar y es obvio que no se va a ir hasta más tarde, y no sería buena opción hablar al chófer de mamá, se tienen mucha confianza y seguro le cuenta que no dure ni un minuto en la fiesta.

¿Y ahora que?

Veo unas escaleras, mi mente no lo piensa dos veces, me dirijo hacia ellas instantáneamente, imaginó que deben llevar a algún cuarto o algún otro lugar en donde haya menos ruido.

Subo las escaleras solo para encontrarme con un gran pasillo, "Esto parece un laberinto" dice mi mente. Derecho, izquierda, luego derecha y mientras mas camino el ruido se disminuye.

Eso es bueno ¿No?

Estoy por dar una ultima vuelta para terminar con este ruido pero al mismo tiempo sacó mi celular de la bolsa, en el instante en que me meto en el pasillo ¡Pum!

Mi cuerpo impacta con alguien, me agarró de la camisa de la otra persona para no caer, él me sostiene de la cintura quedando a muy corta distancia.

Mis ojos se elevan hasta su rostro, en cuanto nuestros ojos se encuentran se crea el silencio más extraño de toda mi vida.

Doy un paso hacia atrás, suelto la camisa despacio mientras controlo mi equilibrio; en cuanto mi mente reinicia el sistema vuelvo en si.

Oh por Dios, ¿Axel? Se supone que es de otra escuela ¿Que hace en esta fiesta?

—Demasiadas coincidencias —dice rompiendo el hielo—. Seguro estamos destinados —mi expresión lo hace entrar en razón sobre lo que dijo, sonó de otra forma—. ¡Para encontrarnos! Digo, ya van varias veces que nos encontramos.

—Sí... —digo alejándome dos pasos— ¿Y tú... no eres de otra escuela? Es que, pensé que la fiesta era solo de estudiantes de mi escuela.

—Ya sabes, es de esas veces que unifican fiestas, de todos modos nuestras escuelas no son rivales.

—Tienes razón —digo riendo nerviosa.

—¿Tu que haces aquí?

—¿Tan rara soy? Sé divertirme.

—Hablo de que la fiesta es abajo, Deberías estar allá.

—¡Por supuesto! Es solo que... tenía que venir al baño.

—El baño está justo del otro lado de este lugar.

—¿En serio? Que tonta, siempre me sucede esto.

—Bueno, que gusto volverte a ver, otra vez —ríe bajo—. Si me necesitas, estaré en el patio trasero.

—Dejaré que el destino decida nuestro próximo encuentro.

Sonríe, da unos cuantos pasos alejándose de mí, antes de que se vaya por otro pasillo voltea a verme, su mirada me deja perpleja, tanto como para volver a chocar con alguien, pero esta vez nadie me sostuvo por lo que la gravedad me dio un golpe de realidad.

—Si que estabas en las nubes —dice una voz masculina en voz baja.

—Hijo de perra. —digo cerrando los ojos aguantando el dolor.

—Pensé que eras más sutil y educada.

—Piensas demasiado. —me levanto indignada.

Nuestras miradas chocan, al instante ambos nos evitamos, su semblante se muestra indiferente, doy un paso hacia atrás antes de sacudir mi vestido.

—Esta no es tu zona, ni siquiera deberías estar aquí. —dice inexpresivo.

—¿De qué hablas?

—Tu deberías saberlo —ambos nos quedamos en una mirada enemistosa y a la vez con cierto misterio—. ¿Tienes algo con Axel?

—Eso no es de tu incumbencia, ¿Y cómo es que alguien como tú lo conoce? Dudo que sean amigos.

—Eso no es de tu incumbencia —responde en el mismo tono de voz.

—De todos modos esta tampoco es tu zona.

—¿Porqué estás aquí? Estos pasillos no son muy rondados.

—Estaba buscando el baño.

—Hace mucho que lo estas buscando, no pareces muy urgida.

—Se me quitaron las ganas.

—¿Y porqué sigues aquí?

—¡Tu me estas hablando! No es de buena educación dejar a una persona hablando sola.

—Me insultaste sin siquiera verme, dudo que tengas educación.

—¡Fue reacción automática!

El silencio llega, ambos bajamos la mirada, para luego de algunos segundos sigo mi camino volviendo por el camino de donde llegué, mis pasos son lentos e inseguros, siento que aún no se ha acabado esta conversación.

Tomo un pequeño respiro antes de acelerar mis pasos, ya no puedo lamentar el pasado y debo adaptarme al presente, sin importar lo que suceda.

El resto de la noche la pasé junto a Axel, quien me presentó a varios de sus amigos, los cuales ni siquiera recuerdo el nombre, al final de cuentas resultó ser amigo de la infancia de Kendall.

—¿En verdad son amigos? —pregunto confundida.

—Si, desde pequeños —responde Kendall emocionado—. ¿Porqué no volvemos a ser los amigos que éramos antes?

—Conoces bien la razón. —dice Axel antes de irse.

—Keila, agarra tus cosas —Habla Kendall dirigiendose a mí un tanto serio—. Ya es tarde.

De un momento a otro las cosas se habían puestos tensas, pero eso ni importaba ahora, lo que me interesa es irme lo más pronto posible, ni siquiera se como pude aguantar tanto.

Finalmente un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora