Íbamos a medio camino, la curiosidad estaba ganando en la pelea por preguntar o quedarse en silencio, tomo un respiro rápido antes de hablar.
—¿Por qué dijiste eso en la fiesta?
—Habló mucho —Responde Kendall relajado—, siempre me dicen que digo muchas cosas, ¿Podrías decir que frase dije?
—"Ser amigos como antes" y, lo que dijo Axel sobre "Sabes la razón"
—Axel es mi mejor amigo desde niños, solo que... es celoso.
—Pero tu eres amigo de medio mundo.
—Lo sé, y siempre lo he sido, solo que más bien sigue enojado porque tengo un mejor amigo aparte de él.
—Viniendo de ti no es tan raro.
—Él solo exagera a veces con sus celos, siente que todo es contra él.
—¿Y no se te ha ocurrido hacerlos amigos? Si tus mejores amigos son amigos sería la solución perfecta.
—Ni loco —dice riendo—. Son demasiado diferentes, y además... son como algo así de... bueno, la relación de ellos es rara, sería mejor explicarla luego, es una historia larga.
—Esta bien.
Tal vez no debería entrometerme tanto, ni siquiera es mi problema, no tengo nada que ver.
Siendo sincera me quedé con la curiosidad de saber quién era el otro mejor amigo de Kendall, nunca lo veo solo, siempre está rodeado de gente por lo que es difícil identificar a alguien.
Al llegar a casa lo primero que hago es ir a la cocina por un vaso de agua, meto la mano en mi bolso buscando mi celular, el cual para mi sorpresa no esta, fijo mi mirada en el bolso.
Oh no, ¡Lo perdí!
Pase todo el día desesperada, ni siquiera sabía que hacer o si debía contarle a mi madre que perdí uno de los teléfonos que me dio, posiblemente ni siquiera lo note.
Las horas pasaban recorriendo el día, hasta llegar al "Lunes" e ir a la escuela, en el autobús me senté con una chica que también es porrista, la cual siempre me habla de temas poco interesantes para mi, pero intento pretender entender todo.
Las primeras clases fueron cotidianas, nada interesante más que mi trabajo en parejas, mi compañera era una chica callada de cabello oscuro y ojos claros.
Nunca dijo nada durante toda la clase, al finalizar el profesor dejó otro trabajo con la misma pareja de hoy, por lo que quedamos en hacerlo en su casa por la tarde, me dio la dirección y hora.
Ni siquiera recuerdo su nombre, aunque supongo no será necesario, después de este trabajo no nos veremos más.
Voy a mi siguiente clase, entro al salón y al primero que veo al entrar a la clase es al chico arrogante que conocí en el bus escolar, y luego en la fiesta después de encontrarme a Axel, está sentado en una de las sillas de en medio leyendo un libro, no tengo muchas opciones por lo que tomo asiento al lado suyo.
No lo volteé a ver en toda la clase, note que entre veces trataba de hablar conmigo, pero jamás dijo nada, o al menos hasta que fue la hora de comida.
—Disculpa —me habla sereno.
No tenía humor para hablar, y mucho menos con él, en las pocas veces que nos hemos visto no ha sido de lo más amable que digamos, además se cree un sabelotodo y es... Irritante.
Pude evitarlo en casi todo el día, y digo casi ya que por alguna extraña razón estaba en el ensayo de las porristas, es obvio que no es jugador.
Intento ignorarlo, sin embargo el se logro atravesar en mi camino, ruedo los ojos para después mirarlo con fastidio y desesperación.
—¿Qué haces aquí? —digo en cuanto lo veo acercarse a mí— ¿Que pretendes? ¿Acaso eres un acosador? Siempre estás en todos lados.
—Nos hemos visto muy pocas veces a mi parecer.
—¿Porqué estás aquí? —Repito en tono más fuerte y lento.
—En realidad solo... —me muestra mi celular perdido, al instante lo arrebato de sus manos.
—¡¿Que haces con mi teléfono?! —lo interrumpo— Ahora resulta que aparte de ser acosador también eres ladrón.
—Tu lo dejaste caer —explica el chico irritante de manera indiferente—. No digas cosas que no son.
Mierda, tiene razón, yo tenía el teléfono en la mano cuando choque con Axel, y lo aleje más con los pasos mal equilibrados que di. ¡Ay, pero que tonta soy!
—¿Acaso...? ¡¿Pero porque no me dijiste en clase?! Estuvimos casi juntos.
—Tu acelerarse el paso, ¿Si recuerdas?
—¿Y en la fiesta?
—Lo note después de que te fuiste, y luego no te encontré.
El silencio incómodo se crea entre nosotros, podría agradecerle por haberse preocupado en devolverlo, tal vez alguna otra persona no hubiese dicho nada; me observa con atención al tiempo que me cruzo de brazos.
—¿Que esperas? —bufo—, ¿Un gracias?
Carajo, ¿Porqué no logro ser amable con algunas de mis palabras?
—De hecho espero lo contrario, se nota que no conoces la cortesía.
Eso pudo haberme hecho sentir culpable de mi ultimado comportamiento con él, pero ni siquiera dio buena carta de presentación, tampoco es como si mereciera mi amabilidad.
Doy una última mirada a su rostro, si que sabe guardar la calma. No digo nada más y me voy a casa, por suerte tomo un asiento muy alejado del mío mío el autobus.
Y en cuanto llego a casa me encuentro con mi madre en la entrada, el hecho de saber que vivo con ella me desconcierta, y que me llame hija me sorprende aun más.
—Hija, quería hablar contigo.
—¿Sucedió algo con mi padre? —digo asustada, para luego pensar de manera muy positiva— ¡¿Despertó?!
—No, en realidad —se pone frente a mí con humildad—. Quería decirte que me sorprendes, realmente pensé que serias más desequilibrada, y tomarías todo de manera más... prosaica, posiblemente.
—¿Gracias...? —digo al no saber que decirle.
—Se que no he sido muy abierta contigo, pero —me toma por los hombros—, en verdad tratare de ser la madre que no pude ser contigo.
—No se preocupe, yo estoy bien.
—Hija, juro que de haber pensado mejor las cosas, hubiese buscado una manera más efectiva para realizar mis planes y no arruinar los tuyos —sonríe con simpleza—. Tomemos esto como una segunda oportunidad de la vida, en cuanto despierte tu padre seremos la familia que todos quisieran tener.
Esas palabras terminaron atrayendo mi atención, ¿La Familia perfecta realmente existe? Ni siquiera importa ser perfectos, con ser normales basta, con ser felices, estar bien... entonces ¿Estoy haciendo bien? ¿He elegido correctamente mi destino de acuerdo a mis actos?
—¿Eso es una promesa?
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Finalmente un destino
Ficção AdolescenteKeila tenía una vida feliz a lado de su padre, pero ahora es tiempo de estar con su madre, una mujer famosa y adinerada; su vida tendrá muchos cambios... ¿Su destino?