Finalmente un destino

Capítulo 23

De una u otra manera Ryan logró convencerme para intentar llegar a mi clase de modelaje, ahora el problema era la manera de ir.

—¿Ahora que tienes? —pregunta montado en la moto con el casco puesto.

—Nunca he estado en una moto —digo retrocediendo 2 pasos pequeños—, no se si te das cuenta, pero hay demasiados riesgos.

—¿Tienes alguna otra opción?

—No ir, esa es mi otra opción.

—¿Volveremos a eso? Solo deja tus miedos a un lado y sube.

—Lo que más tengo son miedos, son demasiados como para dejarlos todos.

—Entonces quédate con tus miedos, pero cada día van a crecer más.

—No, ya, tienes razón —cierro los ojos mientras sacudo las manos, las detengo para respirar profundo—, ya, estoy lista.

—Debes ponerte el casco —pone su mano en donde me voy a sentar—, sino no subes.

—Eso intente, pero...

—No sabes ponértelo —acompleta la frase con una leve risa—, ven, te ayudo.

—¡No, espera! ¿Y mi cabello?

—También lo protege.

—¡No, lo va a maltratar! Mi madre me mata si le hago algo a mi cabello.

—Tu madre te va a matar si llegas tarde a otra clase donde no sean tan tolerantes como yo contigo.

—Tienes razón, solo... olvídalo.

Me pone el casco de manera apacible, al terminar me da dos leves golpes, me subo a la moto intentando alejar los pensamientos negativos de mi mente.

—Agárrate bien —susurra, al instante lo abrazo fuerte—, bueno, no te tienes que sujetar obligatoriamente de mí.

—Por el momento eres la mejor opción, cualquier cosa que me suceda te llevo conmigo.

—Ok, respeto eso. —rié bajo.

Al fin de al cabo tuvo razón, llegué a tiempo y no me fue tan mal, aunque estoy casi segura que le enterré hasta las uñas; bajando de la Motocicleta me quito el casco con rapidez.

—En verdad, gracias —digo con una sonrisa amable—, espero seas menos serio los siguientes días, como hoy.

—No está bien que te rindas tan fácil, y conozco el carácter de tu madre —dice acomodando mi cabello—, tal vez puedo entenderte un poco más de lo que crees.

—Aún no conoces todo de mí —digo alejándome—, ¡Y gracias!

Salgo corriendo mientras arreglo mi cabello un poco, pero me detengo unos instantes para mirar atrás, noto como desvía la mirada, al parecer me estaba observando, sigo mi camino a toda velocidad.

Terminando la clase me encontré a Axel en su auto, me acerco para hablarle y al instante me dice que suba, lo hago sin muchas quejas ya que no tengo más opción.

—¿Y qué haces por aquí? —pregunto al tenerlo en frente de mí.

—Vine a verte para llevarte a casa.

—No tienes que hacerlo, en serio.

—No tengo problema en hacerlo, cada que pueda vendré a verte, aunque ahora no tendré tiempo para estar contigo, la próxima vez podemos salir a algún lugar.

—¿Tienes libre mañana?

—Lo siento, estoy ocupado todo el día ¿Te parece si quedamos para otro día? El día que quieras a donde quieras.