Prólogo

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—Debemos hacer algo ya —. Comentó James, el presidente del gobierno.

—Se necesita urgentemente una reunión con los demás países, esto es demasiado extraño. El país está superpoblado, necesitamos hacer algo ya.

— ¿Qué es lo que podemos hacer? —Preguntó Harlem.

—Convocar la reunión —. Dijo Pennie en el fondo de la sala —. No podemos hacer nada más por el momento.

—Entendido. Voy a hacer una llamada por teléfono. Enseguida vengo.

Todos los presentes se quedaron en silencio tras la salida de James. Muchos pensaban en qué es lo que podían hacer para que dejara de haber tantas personas en el país.

Esto suponía un gasto elevado de recursos naturales. Era un gran problema, cada vez más el mundo estaba más contaminado.

Las personas seguían contaminando con sus coches, sin reciclar, haciendo que los polos cada vez más se derritieran.

James volvió tras unos treinta minutos. Cerró la puerta tras entrar y se dirigió a su silla colocada enfrente de la mesa.

—Hemos llegado a un acuerdo.

— ¿Qué clase de acuerdo?

—Si las personas no mueren habrá que matarlas.

—No podemos hacer eso —. Se negó Pennie —. Estamos hablando de la vida de muchas, de miles, de millones de personas.

—El planeta está llegando a su fin. Debemos hacer eso.

—No estoy de acuerdo.

—Todos los demás gobiernos de los demás países opinan lo contrario.

— ¿Cómo se supone que vais a hacer eso? —Preguntó bastante molesta Pennie.

—Lo haremos al azar. Activaremos nuestra tecnología, que ya está demasiado avanzada. Los desafortunados obtendrán un punto rojo, que significa que se irán de aquí.

— ¿Y los que no?

—Verde.

— ¿Eres consciente de que puedes ver morir a tu familia? —Preguntó esta de nuevo.

—Lo sé. Pero esto lo hacemos por el planeta, debe vivir mucho tiempo más.

—Sigo sin estar de acuerdo.

Pennie se levantó de su silla, abrió la puerta y salió de allí. Se dirigió por el vacío pasillo, mientras se pasaba sus manos por el pelo y suspiraba, hacia la salida del edificio.

No podía permitir aquello. Ella estaba realmente asustada por lo que podría pasar.

¿Y si a su hija le tocaba morir?

¿O a ella?

Tenía demasiadas dudas y no tenía respuestas para ellas. La imagen de su hija sonriendo en su mente no la dejaba concentrarse.

Sacó su teléfono móvil y miró la hora. Tenía planeado llamar a su hija pero se dio cuenta de que era demasiado pronto y ella estaba en el instituto.

Tras respirar un poco de aire y calmarse, subió de nuevo a la sala.

—Disculpen. Me he puesto nerviosa —. Se disculpó y posteriormente entró.

Pero James no la dejó entrar. Él salió junto a ella de nuevo y los dos se quedaron en el pasillo.

—Sinceramente, entiendo tu reacción ante esto —. Contestó —. Es normal. No quiero imaginarme que vamos a ver a una gran parte de nuestra familia y todo por nuestra culpa, por no haber actuado cuando pudimos. Cuando se dijo que debíamos hacer el bien para nuestro planeta.

Ella se limitó a no decir nada. No quería hacerlo porque sabía que podía romperse en cualquier momento.

—Pero creo que es lo mejor.

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He conseguido tener ya 5 capítulos (en tan poco tiempo je) y estoy deseando que los leáis ya! Subiré ahora el primero, estad atentos ].

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