1 día más tarde
Susan observaba los ojos de color café de Aiden en el portátil. Él estaba sonriendo durante bastantes segundos por lo que se percató de que se había congelado la imagen.
—Mierda. Otra vez.
Agitó la pantalla del ordenador y volvió la señal.
—Esta noche hay una fiesta en el centro de Manhell. ¿Te apetece venir conmigo?
—Debería hablarlo con mi madre primero —. Contestó mirándole fijamente —. Ya sabes, quizás quería hacer algo conmigo.
—No te preocupes. Avísame antes de las seis.
—Lo haré. Mi madre estará al llegar.
—Te dejo. Luego hablamos.
—Adiós —. Susan se despidió con una sonrisa.
Él la imitó y tras unos segundos, colgó. El sonido de las llaves en la puerta hizo que Susan estuviera contenta porque había acertado que su madre había llevado.
Bajó las escaleras para saludarla pero ella no parecía muy contenta. Sabía que algo la había pasado el día anterior pero no sabía exactamente el qué.
— ¿Vas a decirme de una maldita vez qué es lo que te pasa? —Preguntó preocupada— No me digas que nada porque sé que no es verdad.
—Siéntate.
— ¿Qué pasa?
—Lo que te voy a contar no se lo puedes decir a nadie, ¿entendido? —Preguntó preocupada.
—Sí —. Se sentó en el sofá mientras ella la observaba, sus ojos temblaban y no sabía el por qué.
—Los gobiernos de todos los países han decidido hacer algo contra el exceso de personas en el planeta.
— ¿De qué se trata? —Preguntó nerviosa. Juntó sus manos tras estirar las mangas del jersey negro, de manera que estaban cubiertas.
—Van a matar a personas al azar. El gobierno decidirá aleatoriamente quiénes son cada una de esas personas. Tendremos que ir allí, para que nos pongan un punto que puede ser de dos colores. Rojo o verde.
— ¿Qué? Pero eso no puede ser. Hay niños, adolescentes que aún tienen que vivir todo.
—Lo sé, cielo —. Dijo con lágrimas en los ojos —. Pero sería injusto para todos los demás.
—No puede ser.
—Por favor no se lo cuentes a nadie, lo anunciarán por la televisión cuando sea conveniente.
—Mamá. ¿Y qué pasa si yo...?
—No hay nada qué hacer, cielo. Voy a comprar, ¿vale? Necesito fideos para la sopa.
—Vale.
Ella se marchó tras secarse las lágrimas con un pañuelo. Me quedé paralizada, no sabía cómo reaccionar ante esto.
—Aiden.
— ¿Has hablado con tu madre?
—Sí pero no de eso. Esto es muy importante y debes prometerme que no vas a decírselo a nadie.
—Lo prometo.
—Enciende la cámara.
—Lo prometo —. Dijo tras encender la cámara, mirándome a los ojos.
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OVER
Teen FictionEl planeta se encuentra en exceso de población por lo que los gobiernos deciden, al azar, quién muere y quién sigue vivo. Para ello, sus habitantes obtendrán en su mano izquierda un punto, que puede ser verde para los afortunados que sigan viviendo...