Susan temblaba mientras miraba a su madre, la cual le había entregado la carta anteriormente.
—No estoy preparada para esto, mamá —. Dijo nerviosa —. No lo estoy.
—Cielo, puedes hacerlo. Léela.
—Voy a subir arriba para hacerlo.
Ella subió a su habitación, donde se encontraba sola. La carta decía exactamente lo mismo que la de Nekane.
Seguía nerviosa en cada línea que leía, con el miedo de que ella fuese una de las desafortunadas.
En cuanto terminó de leerla, en su mano apareció un punto verdoso. La alegría que eso la provocó fue inmensa.
Bajó para contarle la buena noticia a su madre, pero ella estaba leyendo su carta. Susan no quiso molestarla por lo que se quedó en las escaleras, esperando a que ella, terminase de leer.
Estaba nerviosa de nuevo.
¿Y si su madre moría?
¿Qué iba a hacer entonces?
Susan se llevó el dedo índice a la boca para morder su uña. Estaba demasiado nerviosa.
En ese instante, observó a su madre pasar un dedo por debajo de su ojo. Ella, no sabía cómo actuar.
Bajó lentamente las escaleras, con el pavor de que su madre le indicase que ella tenía un punto rojo.
—Enséñame la mano, por favor —. Respondió ella.
—Toma —. Susan le enseñó su mano, donde el punto ya no era verdoso sino que había adquirido un color verde nítido.
—Me alegro, hija —. Dijo con los ojos llorosos, ella no quería enseñarle la mano a su hija.
—Enséñamelo.
Pennie se negaba a hacerlo hasta que Susan cogió su mano y logró ver aquel punto anaranjado, que posteriormente se volvería rojo.
Los ojos de Susan también se llenaron de lágrimas al ver aquello. Acto seguido, abrazó a su madre.
—Te quiero —. Dijo en el abrazo.
—Yo también.
—Mamá, no quiero que esto suceda.
—Yo tampoco, cielo. Pero debe suceder. A veces, no nos gusta que ciertas cosas sucedan pero deben hacerlo para poder continuar.
— ¿Y cómo se supone que vas a continuar tú?
Tras la pregunta de su hija, Pennie se quedó callada. Susan, subió arriba para encender el portátil.
Se sorprendió al ver a Aiden en línea. No sabía qué hacer. Susan estaba nerviosa, ¿y si su amigo, o medio novio, tenía el punto rojo en su mano?
No podía llamarle.
Le daba miedo saber la respuesta.
Pasó las manos por su cabello, observando la foto de perfil de Aiden. Quería llamarle.
Le dio al icono del teléfono. No había vuelta atrás.
Aiden cogió la llamada.
—Enséñame tu mano —. Ordenó entre lágrimas —. Necesito saber que estarás bien.
Susan tragó saliva y levantó su mano para que el punto se viera bien en la cámara. Aiden, tenía los ojos llenos de lágrimas pero a pesar de eso, sonrió.
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OVER
Teen FictionEl planeta se encuentra en exceso de población por lo que los gobiernos deciden, al azar, quién muere y quién sigue vivo. Para ello, sus habitantes obtendrán en su mano izquierda un punto, que puede ser verde para los afortunados que sigan viviendo...