XXIV

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Nekane tenía una gran sonrisa en su rostro. Sus ojos se encontraban iluminados por la luz de aquel pequeño restaurante.

—Me encanta este sitio.

—Me alegro de que haya acertado.

— ¿Tienes pensado algo para después?

—Sí. Esta noche será la mejor de tu vida, créeme.

Ella volvió a sonreír. Le iba a echar tanto de menos... No sabía que aquel chico, el cual había sido muy desafortunado por aquel punto, iba a marcar tanto en su vida.

Trajeron su comida, dos platos de espaguetis a la carbonara.

Nekane se encontraba enfrente de Mauhn, a su lado se encontraba un gran acuario lleno de peces de colores.

Disfrutaban de la cena, dedicándose alguna que otra sonrisa. Después, cuando acabaron con aquel plato pidieron el postre.

—Gracias.

— ¿Por?

—Por hacer todo esto por mí —. Nekane cogió su helado con la cuchara —. Por hacerme feliz.

—No es nada. Verte feliz me hace feliz —. Sonrió.

Tras terminar la cena decidieron pedir la cuenta. Ambos se levantaron tras pagar y se pusieron sus respectivas chaquetas.

Salieron a la calle, iluminada por algunas farolas y después, comenzaron a caminar hasta llegar a un pequeño local que tenía buena pinta.

Los dos entraron. Un conjunto de focos les iluminaron al entrar, observaron a la gente hablando, bailando, bebiendo, en aquel local.

Nekane cogió la mano de su novio para dirigirle a una mesa libre. Era una mesa alta, de esas que no necesitaban sillas, porque lo único que ibas a hacer en ella era sujetar las bebidas mientras bailabas.

Mauhn sonrió mientras veía a la chica bailar, él empezó a imitarla. Se sorprendió al ver por allí a Corbyn, el cual, deprisa fue junto a otra chica al interior de la cocina del local.

Mauhn se extrañó bastante.

— ¿Corbyn? ¿Te encuentras bien? —Preguntó la morena, de ojos verdes.

Él no dijo absolutamente nada. Comenzó a respirar cada vez más rápido, haciendo que la joven se asustara.

Se fue agachando hasta apoyarse en el suelo, se encontraba bastante fatigado. Él la miró fijamente desde aquel ángulo para después, ir a por ella.

No era consciente de lo que hacía, la chica estaba asustada. Corbyn lanzó a la joven por los aires, haciendo que sobrepasara la barra del local, llegando hasta los clientes de aquella noche.

Todos observaron a Corbyn en aquel estado, se le notaba mucho más fuerte.

Nekane le observó nerviosa, no sabía cómo actuar. Mauhn, fue hacia él, seguro de lo que hacía.

Todos los presentes observaban la escena, Nekane quiso impedírselo pero él se negó. Debía hacerlo por su amigo.

Corrió entre la gente, intentando que su amigo le siguiese al verle en movimiento. Mauhn echó a correr en cuanto Corbyn le observó.

Este fue hacia él, dejando a todo el mundo inmóvil y callado. El único ruido que había era la música sonando de fondo.

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