×Capítulo diez.×

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Mientras tengo los ojos cerrados no puedo dejar de pensar que estoy entrando una trampa del vampiro traidor ese, pero a la vez estoy curioso por aprender algo nuevo en esta vida que tengo, quiero saber cosas nuevas y no ser solo un vampiro recién transformado, así que trato de concentrarme como lo ha dicho Raphael y guiar todos mis sentidos de lo olfato para atrapar ese olor que pide que localicé, pasan los minutos y se me hace difícil hacerlo, pero cuando estoy por rendirme, y callar a los susurros del mayor, un olor dulzón hace picar mi nariz y después comienza a intensificarse más y más hasta el punto de molestar mi nariz.

— Ya lo encontraste— me susurra Raphael orgulloso— ahora deja que te guíen hacia el lugar.

— Hay mucha sangre— digo— mucha sangre.

—Cálmate, no te distraigas.

Asiento aún con los ojos cerrados y comienzo a caminar sin importarme mucho el camino, aunque sé que Raphael me está siguiendo y cuidando en mi trayecto para que no choque o me choquen en el camino, ya que es un tema importante a donde nos estamos dirigiendo, estamos hablando de un tema serio de infantes y dónde puede haber muchas muertes, con solo pensar que les están haciendo me da tanto terror que no sé cómo voy a reacción cuando los encuentre.

— Queda poco, sigue.

— Me estoy descomponiendo— comienzo a decir.

— Deja de pensar inútil, sigue caminando— dice ya murmurando molesto.

Sigo caminando ya tenso porque sé que queda poco, porque el olor se vuelve tan intenso que ya repugna en cierto punto, y entonces freno, abro los ojos y veo una cerca de madera en mal estado frente a nosotros, y detrás de ella una casa de color amarillo y el olor a sangre está dentro de esa casa, miro a Raphael y le señalo el lugar, a pesar de que el ya lo sabía.

— Es ahí, de ahí viene el olor.

— Perfecto, vamos a investigar.

Veo como Raphael salta la cerca sin problemas, ni un ruido y me susurra que es mi turno, a comparación de la majestuosa demostración que Raphael dio como saltar y caer sin hacer ruido, a mi me cuesta trepar y después bajar, tuve que recurrir a pedir ayuda de mi jefe porque si caigo puedo meter mucho ruido, así que después de unos minutos de haber estado enfocado en esto, ya estamos en el patio mirando hacia la casa y el oscuro trayecto que debemos pasar, ruego porque el patio no tenga alguna trampa.

— Ven, avanza, iremos a esa ventana.

Nos movemos hacia donde indica y miramos por la ventana, la imagen me hace descomponer al punto de sentir como mi vista se nubla, tantos sentimientos sobrepasan por mi cuerpo, miedo, terror, ansiedad, asco por todas las imágenes que están atravesando frente a mis ojos, cuerpos de niños mutilados frente a mi vista, niños atados en la misma habitación casi inconscientes, y mucha sangre, mucha sangre. No puedo evitar voltear y vomitar cualquier cosa que hay en mi estómago, la mala suerte es que a mí lado está Raphael y mi vomito ha sido recibido por su ropa.

— ¡Mierda Simón! Qué asco— dice Raphael de mala manera— mi ropa.

— Llama a los licántropos— digo entre arcadas— esto es una carnicería humana, esto es horrendo, Raphael llama a los licántropos.

Me siento en el suelo mientras agarro mi cabeza con fuerza tratando de calmarme, no puedo creer como los mundanos son capaz de hacer estas cosas, no puedo evitar llorar porque me imagino cómo han debido pasar esos últimos momentos esos niños, gritando y pidiendo socorro si ser escuchados, el dolor que siento es tan grande como si me lo estuvieran haciendo a mí, quiero matarlos.

— Los licántropos ya están aquí— me llama Raphael—es hora de irnos y dejar que se encarguen ellos.

Me arrastra hacia las calles, lo veo limpiarse con un pañuelo y a lo lejos mi celular sonar, Raphael me señala mi bolsillo y después lo saca, me muestra la pantalla, es "Lilith", no he tenido contacto con ella desde la primera vez, y del mensaje que me mandó, me parece tan extraño que ahora vuelva a contactarme, y lo peor de todo, es la mirada que me está dando el líder con el celular en mi mano.

Permitido ||Saphael AU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora