(Extra 7)

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Y lo mejor que me paso esa noche es que fue como que algo entre Simón y yo volvió a la normalidad, no a la normalidad cuando lo trataba mal, sino que a la normalidad que habíamos acordado de llevarnos bien, sentirnos cómodos con el otro. 

Toda la noche estuvo a mi lado sin quejarse o parecer triste, y si se iba volvía a agarrarlo sin importarme los invitados y lo mantenía a mi lado, ni siquiera se quejo cuando le respondía que así era yo, al contrario a veces lo veía sonreír un poco como si no pudiera creer que estuviera haciendo aquello, pero no me alejo o se molesto por aquello, y así fue hasta que todos los invitados se fueron y los vampiros del clan comenzaron a llegar de su recorrido nocturno, recuerdo que me tuve que separar de Simón para indicarle a los vampiros que podían ir hacia la cocina a comer o revisar que todos estuvieran en el hotel y no quedara nadie afuera, y en el camino de regreso Magnus me pidió el cofre de mis recuerdos con Elizabeth para deshacerse de ellos.

¿Recuerdan que Magnus siempre decide por mí? Bueno en ese tiempo Simón todavía no le paraba ese mal habito, así que sin quejas ese día se lo entregue, también había pensado deshacerme de eso, así que cuando vi que todos los invitados se habían ido volví a mi habitación, no quería arruinar la buena noche con algún comentario o con una mala acción, además tenía que encargarme de dormir, ya que no había dormido muy bien porque había estado en una situación tensa con Simón, pero como de ese momento todo se está arreglando creía que podría dormir un poco. 

No me acuerdo mucho porque andaba por los pasillos, creo que debía buscar un libro en la otra sala y después volvaria a mi habitación, pero recuerdo que sentí un ruido en la puerta, y al comprobar si había alguien estaba Simón mirándome un poco asustado, lo hice pasar y lo guie hacia la sala, pensaba que necesitaba algo o había pasado algo con los demás vampiros.

— ¿Necesitas algo? — Recuerdo que le pregunte.

Pero Simón no tenía la mirada en mí, y cuando me di cuenta estaba mirando mis manos y tomándola en las suyas, su mirada en mis cicatrices de mis manos desnudas hizo que me sintiera en pánico en esos momentos, no podía creer que por un descuido le haya mostrado aquello, y la expresión que tenia no me daba mucho que decir ¿Y si no le gustaban? ¿Y si le parecía horrendo después de ver aquello? 

Las marcas de castigos por mis acciones, en ellas hubieron sangre de mundanos inocentes, hubieron golpes a extraños, hubieron traición de mis seres queridos, antes de que dijera algo en ese momento me excuse y fui en búsqueda de mis guantes para taparlos, no quería ver las expresiones de Simón por lo que veía en mis manos. Trate de que se fuera de la habitación esa noche, no quería dejar hablarle, quería que se fuera para pensar que hacer porque mostrar mi mano no era algo que me hiciera sentir bien, así que recuerdo que casi llevaba a Simón a empujones hacia la puerta, pero me detuvo y me enfrento, con aquella mirada ofendida por mi trato.

— Déjame descansar hoy a tu lado, Raphael.

Aquello hizo que me detuviera de todo lo que estaba pasando en ese momento, hasta mis pensamientos de inseguridad de que vio mis manos se esfumaron a escuchar esas palabras, estaba más que sorprendido.

—No como tú lo piensas, solo dormir uno al lado del otro, nada más que eso— me explicó— no he dormido, ninguna vez al lado de alguien, sin hacer nada...

Acepte a pesar de que era algo dificil sobrellevar, entendía en ese tiempo con exactitud que Simón no tenia sentimientos fuertes por mí, acabábamos esa noche de hablar del asunto y el poniéndose de acuerdo que me iba a corresponder de a poco, dormir juntos era algo muy intimo, pero tenía que darme cuenta que Simón venia de una época mucho más rápida en cuanto a relaciones de parejas, mientras que yo provenía en una donde había un orden al llevar una relación y mucho más lenta, una un poco vieja también. 

Permitido ||Saphael AU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora