Permitido ||Saphael AU||

× Capitulo once. ×

Mientras las chicas golpean una puerta de una habitación del pasillo yo solo miro la situación para poder escapar, me agrada mi cuerpo sin ninguna marca en ella, y a pesar de que las chicas me dieron perforaciones, las cuales no me las saco porque ya es tarde de que la marca desaparezca y porque puede ofender su persona, no quiero tener tinta en mi cuerpo por ahora, está bien así como está, además le prometí a mamá cuando trabajaba de enfermera que no me haría nada de esas cosas en mi cuerpo, si lo hago ahora entonces rompería una promesa y ella aún sigue viva, entonces me convertiría en un mal hijo.

— Saben que, me arrepentí, no quiero ningún tatuaje— digo nervioso.

— Si es por el dolor, no duele, y más cuando ya estás muerto— dice Emer riendo.

La puerta se abre y un chico de rastas atadas y rasgos muy marcados, con ojos negro como la noche nos recibe, lleva guantes blancos con manchas de tinta, y su ropa oscura parece estar un poco arrugada, como si se estuviera apoyando en algo mientras trabaja, parece ser un chico que ha sido transformado hace mucho porque mirando un poco hacia dentro de la habitación hay muchas pertenencias como si ya llevará tiempo aquí, pertenencias no muy modernas.

— Estoy trabajando, vuelvan más tarde— dice de forma pausada.

Su tono es grave y muy leve, tiene un tipo de acento que no puedo descifrar, pero me alegro a decir que está ocupado, así puedo escapar y después no hacerme nada, pero al parecer las chicas no tienen ganas de desistir a esto, comienzan a entrar empujando al tatuador y entrando a la habitación, miro al chico de rastas y después bajo la vista como indicándole que estoy detrás de esas chicas pero no tengo ningún sentido de apoyo de opinión en ellas, ya que ellas son como las jefas y deciden por ellas y por mí, así que termino entrando como última opción, y el chico resignado también entra y cierra la puerta detrás de él.

Dentro de la habitación hay dos chicos más, uno es Marshall y hay otro chico tendido en una camilla boca abajo mientras en su espalda se está realizando un tatuaje de gran tamaño, observo la habitación y parece más un lugar de trabajo que una habitación, aunque hay una cama de una plaza en una esquina, el ropero está como incrustados dentro de la pared, la puerta de este está todo con espejo como la pared lateral a esta, y en la otra orilla donde está el escritorio hay otra mesa y unos estantes clavados en la pared dónde está todo el material con el cual trabaja, las paredes no espejeadas están forradas con poster de bandas y con diseños de tatuajes, y además la habitación huele a tinta y sustancias ilegales.

— Este tatuaje me llevará unas horas más— dice el chico— vuelvan al amanecer.

— Pero es el primer tatuaje de Simsim—dice Ali— este ya tiene muchos tatuajes, puede tomarse una segunda sesión después.

— Raphael prohibió que tú niño se haga tatuajes ya que ahora es un elegido—hablo esta vez más Marshall a Nuria— así que pueden perderse y dejar de molestar.

Nuria observa como Marshall que lleva una botella entre sus manos se acerca hasta dónde está, y lo mira, no ve nada agradable en este, solo ve odio y lástima en sus ojos. Me mira de pies a cabeza como si me estuviera analizando, y aunque yo solo observo su cara sé que en tan poco tiempo también le molesta mi presencia como lo hace Raphael, debe ser un tipo de conexión que tiene por ser el más cercano, su asesino personal, del líder, así que puede también haber un tipo de resentimiento porque fui elegido por los jefes como un "elegido" o porque me ve tan débil que no puede aguantar que una persona como yo esté en este hotel. 

Hay muchas circunstancias que pueden hacer que él me mire de tan mala manera pero yo no puedo dejar que se salga con la suya y crea que sus actos puedan molestarme, porque eso estaría dándole la aceptación a que pueda molestarme todos mis años de vida, que se convierta en uno de mis brabucones, ya no soy un niño para dejar que sea intimidante.