Aitana.
Desperté con la misma paz que al día anterior.Su mano estaba en mi vientre, y entendí de que era señal de que Luis estuvo acariciandome.
Sonreí tan sólo de pensarlo.
Aunque sonará de loca, me hacía feliz ya de por sí su presencia.
Y sentir que estuvo acariciandome.
Me sentía llena de paz, que era la que me faltaba desde meses atrás, mas exacto desde que me fui de allí, y amor pleno.
Éramos dos, ni menos ni más.
Nos llevábamos entre nosotros, respetamos, y ante todo, nos queríamos con locura.
Al abrir los ojos, con dificultad por la cantidad de luz en esa habitación, serían las dos o mas tarde y el sol alumbraba como en principios de agosto.
Vi a mi lado, y como ya sabía, esa manita era suya, aunque manita no fuera, era el doble que la mía.
Sus labios estaban entreabiertos, y sus ojos muy cerrados, sus legañas asomaban.
Le acaricie la barba, prácticamente, inconscientemente.
Hizo varios ruiditos adorables quejándose.
-5 minutos más.-pide arropandose.
-pues yo me voy.Me levanto y busco mi tanga.
¿por qué últimamente tiramos la ropa a lo salvaje?
Cuando lo encuentro, cosa que me cuesta más de lo que quiero aceptar, Luis se a levantado y a ido a su cómoda, cogiendo unos calzoncillos.
-no tendrás suerte.-dije entredientes.
Luis se rio y acercó y beso.
-la próxima en tu habitación.
Asentí con cara de ratona y me toca la puntita de la nariz pillamente.
-¿qué hora es? Me muero de hambre.
Luis se separó de mi y fue en busca de algún reloj o su móvil.
Al final decidió el móvil, que lo tenía a mano en la mesilla de noche.
-son las cuatro.
Abrí mucho los ojos asombrada.
¡normal que tuviera hambre! ¡si me había pasado dos horas de la que suelo comer!
-¿vamos a comer por ahí? Porque si no, entre una cosa y otra vamos a merendar.
Reía a su ocurrencia y asentí encontrando mi sujetador, mientras el se ponía una camiseta básica de las suyas.
-Luis, ¿podrías dejarme una básica tuya? Así puedo irme a mi habitación a por ropa nueva.-digo como una niña pequeña.
-será eso, ¿No será que quieres mi ropa?Hago un pucherillo con la boca y Luis rueda los ojos.
-haces lo que quieras.-dijo acariciando mi cabeza y en un tono dejado.
Sonreí como una niña pequeña y fui a su armario, ahí tenía una gran elección de sus camisetas.
Elegí una morada bastante oscura.
-ahora vengo.-digo terminando de ponerme la camiseta de Luis y cogiendo las zapatillas, lo único que estaba ordenado de mi ropa.
Iba a salir cuando Luis me coje del brazo.
-¿No olvidas algo?
Me tocó la barbilla burlona.
-no, ¿se me a olvidado decirte que dejó mi ropa aquí?
-otra cosita.-dijo señalandose los labios.
-No, no se me olvida nada.Iba a volver a irme y vuelve a cogerme del brazo, lo mira rodando los ojos burlona.
Volvió a señalarse los labios y pone sus labios en beso, como queriendo que se lo de ya.
Yo me río y le doy un beso, un pico mejor dicho.
-me debes uno gordo.-me avisa burlón con el dedo amenazador.
Asentí y salí corriendo a mi habitación, la habitación de al frente de la suya.
Todo estaba siendo un poco surrealista, pero siempre tuve claro que mi vida nunca sería lo que se consideraría normal.
Eso no es de mi estilo.
Cogí una básica blanca, una chaqueta vaquera marrón con flecos del mismo color, y unos vaqueros normales azules oscuros, muy típicos.
Me puse unas botas que Ana compro cuando iba a quedarme aquí a vivir y estudiar, antes de conocer a Luis y antes de irme.
Me puse un poco de antiojeras, porque, aún durmiendo un montón en esos dos días, tenía bastantes ojeras.
Por mucho que durmiera hubiera dormido, había estado prácticamente todo estos tres meses, el verano entero, durmiendo entre poco y nada.
La ruptura fue dura para mi, y no lo supere, y me daba cuenta cada noche.
Era el, el que me hacía dormir cada día menos.
Estaba tan perdidamente enamorada, que me salían corazones rotos solo de pensar en el.
Ahora que a empezado el colegio estoy menos activa, espero que lo entiendan, lo siento muchísimo.
Ahora en el finde intento escribir mucho y distribuirlo por la semana, pero no se si me dará tiempo porque tengo bastante que estudiar.
Decime que opinan!!
Gracias!

ESTÁS LEYENDO
Sólo Vuelo Contigo - Aiteda.
RandomSegunda parte de Tempo. Aitana se reencuentra con Luis cuando va a Madrid al juicio del padre de el. ¿volverán a sentir amor? ¿querrán volver? ¿empeorará todo?