19-

978 33 2
                                        

Cepeda
Después de haber oido toda la historia en estos meses de Aitana y su ex, Ramón.

Me pareció muy feo por parte de el lo último que me a dicho Aitana sobre el, pero tampoco quería decirle algo a Aitana y hacerle cambiar sus acciones y opiniones.

Ese no era mi plan.

-¿nos metemos?-digo señalando el pequeño lago.

Estábamos solos, ella y yo, y el lago de aguas muy cristalinas.

-hace frío, Luis.-se queja.
-sólo un ratito, no metemos y salimos, ¿bien?
-pero te metes tu primero.

Asentí cogiendo su mano y yendo al pequeña pero bastante profundo lago.

Yo ya sabía porque había entrado a ese pequeño sitio muchas veces antes de esta.

Me quite quiten el vaquero y la camiseta, quedando en calzoncillos.

Aitana se quitó la camiseta y su pantalón, quedando con un conjunto de lencería rojo que moría por quitárselo.

Y me metí poco a poco, porque estábamos a finales de septiembre y el frío se notaba bastante, amenazando con un invierno helador.

Aitana se sentó y dejo sus pies y gemelos en el agua, yo me mojo el agua y me acerco a ella.

-venga, métete.

Aitana niega con una sonrisa dulce y hermosa, tanto como ella, y haciéndose una coleta.

-un ratito.-digo haciendo un puchero.

Me sujeto a sus increíbles piernas, pero sin apoyarme tanto como para tirarla.

-ahora no me apetece, Luis, luego si eso.

Asiento sonriendo y me subo al "bordillo" por llamarlo así, dándole un beso bastante profundo.

-Luis, estas muy frío.-Dice cuando pongo una mano en su cintura.

Río a su confesión tan inocente y le doy un pico antes de volver a entrar al lago.

-tengo frío, Luis, ¡vamonos por favor!-pide con toda su piel de gallina.
-pero no has entrado.-digo haciendo un puchero con mis labios.
-¿vas a hacer que entre para irnos?

Asiento sonriendo como un niño pequeño y Aitana rueda los ojos.

Empieza a meterse poco a poco con movimientos propios de un diosa del Olimpo.

Cuando esta dentro, tirita como una niña pequeña recién sacada de la ducha y yo me muero de ternura.

Se abraza a si misma, acariciando con fuerza sus brazos, intentando calentarse aunque fuera un poco más.

Me acerco a ella y abrazó por la espalda.

Quería estar con ella siempre, así, felices.

Era ella, y mi sueño.

1 mes después.
Aitana

Luis y yo llevamos un mes justo.

Al final decidí no trandalarme a Madrid.

En Barcelona estaba muy cómoda con mis amigas de siempre y mi familia, y me parecía que ya era muy tarde.

Luis ya me dijo que podía conseguirme una plaza en la mejor Universidad de diseño en Madrid.

En estas cuatro semanas, tres he ido yo a Madrid, y ya de paso ir a ver a Ana, y el a venido una vez, ya que tenía un examen importante el lunes, y Luis decidió venir a ayudarme y a estar conmigo en los momentos libres, fue una sorpresa en la que le ayudó Ana y no pude estar mas feliz de estar con el.

Hoy voy a Madrid, aunque fuera miércoles, pero ya habíamos hablado, y el estaba muy triste por no poder estar conmigo haciendo un mes.

Todas las revistas están como cabras ante nuestra relación, y cada pocas semanas se llenan de imágenes nuestras sus páginas.

El no sabe que voy a ir, he estado hablando con Ana y Roi para que todo fuera una sorpresa, y mi regalo por nuestro primer mes, que espero de muchos.

Estamos felices, que muchas veces es mucho pedir.

Nos sentimos a gusto y muy alegres.

Con Ramón no he vuelto a hablar.

El ya a intentado varias veces hablar o al menos escucharle, pero yo no quiero.

Ya me ha echo demasiado daño, y no quiero sufrir ni un segundo de más.

Y aquí estoy, en la estación de tren esperando a Ana, nerviosa y con muchísimas ganas de ver al que produce mi sonrisa con tan sólo coger la llamada.

Que esa es otra, no hay día que no nos llamemos.

Y realmente no lo hacemos por obligación.

Le echo de menos las 24 horas del día, y tener una o media hora hablando con el me sabe a gloria dentro de lo que cabe.

Ana llega un poco tarde pero son pocos minutos, lo normal en una persona no del todo puntual.

En el coche le doy un abrazo enorme y pone rumbo a su casa,bueno la de Roi, pero eso no es lo importante.

Le conté mi semana entera a Ana por el camino como solemos hacer.

Estaba muy nerviosa y si paraba de hablar llegaría a pensar que me iba a explotar la cabeza.

Ana notaba mis nervios y intentaba relajarme por cada palabra que decía.

Llegamos ya a la casa y nerviosas llegamos a la puerta principal y Ana abre.

Era muy pronto y ya nos había avisado Roi de que Luis estaba en su habitación con la guitarra.

Yo fui hacía allí y llame la puerta y oí un claro "¡vete Roi!".

Como Roi no soy yo, entre y Luis sumergido a una libreta, y teniendo claro de que era Roi dijo.

-Te he dicho que no entres, ¿qué no entiendes?

Me apoyó al lomo de la puerta con los brazos cruzados.

-¿en serio no quieres verme?

Luis levanta la vista iluminando toda la habitación y tira la guitarra con el cuidado que puede tener en esa ocasión y momento.

Me coje y levanta por los aires, abrazandome muy fuerte, disfrutando de lo poquito que me iba a quedar aquí, pero sabía que íbamos a aprovecharlo al máximo.

Se separa de mi y coje mi rostro entre sus manos.

-¿qué haces aquí?-Dice muy feliz y emocionado.
-¿y por qué no mejor me das un beso?

Creo que no le va a quedar mucho a esta novela ya que se empezaría a hacer bastante repetitiva y no es plan. Espero que os guste mucho y pronto tendréis sorpreson en esta novela, ya vereis. Besos!

Sólo Vuelo Contigo - Aiteda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora