Sólo Vuelo Contigo - Aiteda.

4-

Aitana
Avise a amaia de que estaba cansada y necesitaba irme.

Me intento convencer de que podía aguantar un rato mas.

Pero ya le deje claro que no quería seguir en aquel lugar tan obsceno y vulgar.

Por el camino, varios hombres me tocaron, dieron azotes e incluso me dijeron piropos de lo más obscenos.

Antes de salir, la misma chica de antes me hizo firmar unos papeles.

Me hizo firmar otros, está vez si que pude leerlos.

Decían que debía de decir nada de lo que acababa de pasar en aquella discoteca, y que me comprometía a llegar incluso a la muerte en caso de que lo haga.

Firme aquel dichoso papel y me fui poniéndome bien mi vestido negro.

En cuanto salí, busque cualquier parada de taxi.

No quería estar cerca de ahí ni cinco minutos más.

Me aleje unos cinco minutos de aquel lugar y espere hasta que algún taxi apareciera.

Mi móvil lo tenía Amaia, y me niego a volver a entrar a ese sitio.

Entonces, Lo único que pude hacer es esperar.

Y como era de esperar, no había visto calle más desierta.

Espere y esperé y por un momento creí que saldría amaia de aquel lugar antes de que yo encontrará cualquier taxi.

También me di cuenta en el instante que no tenía nada de dinero.

Tendría que esperar a amaia.

Y conociendola, podría estar allí hasta que amanaciera y ya no quedará ni una persona ahí dentro.

Y cuando menos creía que podría pasar.

El muy conocido para mi, coche negro de última generación con todo incluido estaba ante mis ojos.

El conductor bajo la ventanilla.

-sube.-me ordenó.

Negué con la cabeza.

-¡venga ya, Aitana! ¡no tienes ni móvil ni dinero ni nada! ¡sube!
-prefiero morirme de una hipotermia a subir contigo a un coche.

Cepeda dio un golpe al volante.

-sube de una vez y no te hagas la dura por primera vez en tu vida, es tarde, estas al lado una discoteca donde salen los hombres con más ganas de follar que un perro en celo, estas sola, no tienes teléfono. ¡sube!

Rodé los ojos y me subi.

-ve rápido, no quiero estar ni un minuto de más contigo.

Cepeda carraspeo y arrancó mientras me ponía el cinturón.

-quería pedirte perdón, no quería hacerte daño.
-pues me lo hicistes.
-sólo quería protegerte.
-pues te salió mal la jugada.

Cepeda suspiró.

-no quería echarte de Madrid, pensaba que te quedarías, y yo estaba dispuesto a cambiar de casa sólo para que estuvieras a gusto.
-no quiero hablar de mi huída.

Luis asintió mirando a la carretera.

-¿donde te estás quedando?
-en tu casa.

Volvió a afirmar.

-¿y cuanto tiempo te quedas?
-no es de tu interés.

Cepeda bufo y apretó el volante.

-¿quieres poner algo de tu parte? ¡Te estoy llevando a mi casa mientras yo estoy en un puto hotel!

¿que?

¡estaba en un hotel!

-¿cómo que en un hotel?
-cuando me dijo Roi que venías, decidí que era mejor que no tuvieras que verme todos los dias en tu estancia aquí.

Asentí mirando a la carretera.

-gracias, imagino.

Luis nego y se relajó un poco.

-Sólo quiero lo mejor para ti, Aitana, eres demasiado importante para mi.

Negué sintiendo como se me nublaba la vista a causa de las lágrimas.

-creo que soy lo suficientemente mayor para saber que es lo mejor para mi, Cepeda, no me controles, ¿quieres?

Cepeda negó, volviendo a ponerse tenso poco a poco.

-eres lo más importante de mi vida, Aitana, ¿qué es lo que no entiendes?

Deje esa pregunta en el aire.

No iba a contestar a sus curselias que un día ame.

No voy a contestar a sus cariños.

No iba a poner de mi parte.

El no puso de la suya cuando lo dejamos, no lucho, no luchó por mi, no me grito que volviera cuando coji el pomo de la puerta de aquel hotel.

No fue detrás mía en cuanto cerré la puerta, no vino a la estación de tren para pedirme que volviera.

No hizo nada, ni fue a Barcelona a por mi, ni fue a Madrid a por mi.

No hizo nada por mi.

No iba a poner de mi parte.

Este es el próximo hasta ahora
Pronto tendrán más.
Será una segunda parte cortita, lo suficiente. Espero que os guste y gracias. Decirme que opinan!!!!