TAO TÊ CHING

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   Agarrándote a la unidad con tu alma espiritual y con tu alma corporal, ¿puedes impedir que éstas se separen?
   Concentrando tu respiración hasta enflaquecer, ¿puedes hacerte como un niño de pecho?
   Limpiando tu espejo oscuro, ¿puedes dejarlo sin mancha?
   Amando al pueblo y gobernando el Estado, ¿puedes quedarte sin actuar?
   Abriendo y cerrando las puertas naturales, ¿puedes ser una gallina?
   Comprendiendo todo lo que te rodea, ¿puedes prescindir de los conocimientos?

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   Este capítulo alude al arte de mantener la fuerza vital. El alma espiritual y el alma corporal aparecen aquí enfrentadas. Se considera que la primera entra en el cuerpo en el momento del nacimiento; y la segunda, en el momento de la concepción. Con la muerte, el alma espiritual sube al cielo, y la material se queda en la tumba hasta la descomposición del cuerpo. Impedir que las dos almas se separen abrazando la unidad, o sea el Camino, quiere decir poseer la longevidad, no sucumbir a la muerte.
   El control de la respiración dio lugar, en el taoísmo, a una técnica que constituía uno de los medios más eficaces para tener una larga vida.
   "Espejo oscuro" (o misterioso, en este caso el espejo interior) parece indicar el estado de quietismo, que lleva consigo la facultad de distinguir entre "el Ser y el No-ser".
   "Puertas naturales". Muchos explican que se trata de los sentidos; para otros, " abriéndose y cerrándose alternativamente", como la tierra y el cielo en la trasformación de las cosas, el alternarse del «Yin» y del «Yang»: en el continuo alternarse del Camino hay que permanecer pasivos como una "gallina" (opuesta a "gallo", para expresar la idea de la pasividad).