Elimina el estudio y desaparecerán las preocupaciones.
«La mínima diferencia entre "sí" y "oh, sí», «la gran diferencia entre " el bien" y "el mal"», «hay que temer lo que otros temen» —¡Qué ilimitado es (el estudio de las cosas)! ¡Nunca se llega al final!
Pero, cuando todos los hombres hacen una reunión alegre, como en la celebración de un gran sacrificio o al subir a las terrazas en primera, entonces yo solo, tranquilo, no doy señales, como un niño de pecho que aún no sabe sonreír; abandonado, como uno que no sabe adonde ir. Cuando todos los hombres tienen en exceso, sólo yo soy como uno que ha perdido todo. Esto sucede, porque tengo el corazón de un estúpido, muy tonto.
¡Sean brillantes las personas comunes, sólo yo estoy en la oscuridad! ¡Sean clarividentes las personas comunes, sólo yo soy miope! ¡Doy un tenue resplandor como la luna de la última fase! ¡Doy vueltas como si no tuviese donde quedarme! Mientras el resto de los hombres tienen algo (que saben hacer), sólo yo soy tan ignorante como un campesino. Sólo yo me distingo de los demás hombres, porque me gusta alimentarme de la Madre.————
El estudio de las reglas formales de la etiqueta y de la buena conducta no terminan nunca. "Yo" (el verdadero taoísta) no me ocupo de ellas. "Nada más aprender a hablar, me enseñaban a responder sí con tono decidido, si era macho, y oh, sí, con tono humilde y sometido, si era hembra" (Couvreur, Li chi, I, p. 673).
"Temer lo que otros temen": «El maestro dijo: " Hay tres cosas que el hombre noble teme. Teme los decretos del cielo; teme a los grandes hombres; teme las palabras de los sabios"» (Diálogos de Confucio, XVI, 8)
Y así, cuando los ritos son el pretexto para reuniones aparentemente muy alegres, "yo" me abstengo. "Yo" estoy en contraste absoluto con los demás hombres. "Yo" parezco estúpido y limitado, cuando los demás parecen llenos de ciencia y de comprensión. "Yo" me quedo en la penumbra y no me hago valer. "Yo" me abrevo en la Madre, o sea, "yo" medito el Camino, en el que están comprendidos todos los demás fenómenos.
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TAO TÊ CHING
EspiritualEste libro escrito en el siglo VI a.C. por el legendario Lao- tze es el libro fundador de la religión y de la escuela filosófica taoísta. El Tao-tê-ching nos introduce en las categorías sin las que no se podría entender una parte de la antigua civil...