Lo que se mira sin verlo se llama incoloro.
Lo que se escucha sin oírlo se llama áfono.
Lo que se toca sin agarrarlo se llama sutil.
No se puede escudriñar más allá de estas tres cualidades, ya que, revueltas conjuntamente, forman una unidad.
Su resurgir no es resplandeciente, ni su desaparecer oscuro. Obrando en ramificaciones infinitas, que no se pueden expresar con términos, ésta vuelve a lo inmaterial. Es lo que se llama Forma de lo informe, Imagen de lo inmaterial, pero tales apelativos son sólo vagas aproximaciones.
Sal al encuentro, y no verás su cara. Sigue la, y no verás su espalda.
Si nos atenemos al camino de la antigüedad para guiar la existencia de hoy, se puede conocer el origen de las cosas: esto se llama devanar el hilo del Camino.————
Expresiones utilizadas para describir la imperceptibilidad de los espíritus se aplican aquí a la naturaleza del Camino. Imperceptible, el Camino obra en todos los fenómenos, demasiado numerosos para ser expresados con términos, hasta que retorna al no-ser. La alternancia constante da forma a lo informe y es ella misma una imagen de lo que es inmaterial. Estos apelativos son un vago esfuerzo por describir la naturaleza del Camino. El Camino siempre se nos escapa.
Quien se vale del Camino de la antigüedad para ordenar el presente puede conocer también el origen de las cosas, porque el hilo del desarrollo es siempre el mismo.
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TAO TÊ CHING
SpiritualEste libro escrito en el siglo VI a.C. por el legendario Lao- tze es el libro fundador de la religión y de la escuela filosófica taoísta. El Tao-tê-ching nos introduce en las categorías sin las que no se podría entender una parte de la antigua civil...