(El hombre) para nacer sale, y para morir entra.
   Hay tres entre diez siervos de la vida; hay tres entre diez siervos de la muerte; y hay también tres entre diez de ésos que, para mantener la vida, con cada acto se dan prisa hacia su lugar de traspaso.
   ¿Y por qué tiene lugar todo esto? Por su excesivo esfuerzo por mantener la vida.
   Efectivamente, yo he oído decir que quien está bien agarrado a la vida, cuando viaja por la tierra, no encuentra rinocerontes ni tigres; cuando va a la guerra, no lleva coraza ni armas. El rinoceronte no encuentra en su cuerpo ninguna parte donde meter el cuerno; el tigre no encuentra en su cuerpo ninguna parte donde echar sus zarpas; las armas no se encuentran en su cuerpo ninguna parte por donde penetrar su filo.
   ¿Y por qué tiene lugar todo esto? Porque él no tiene ningún lugar de traspaso.

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   El primer "tres entre diez" se puede decir de los hombres cuya vida está en ascenso (cfr. Capítulo LXXVI: "Lo que es tierno y débil es siervo de la vida"). El segundo "tres entre diez" se puede decir de aquellos cuya vida ha superado la cumbre (cfr. Capítulo LXXVI: "Lo que es duro y rígido es siervo de la muerte"). El tercer "tres entre diez" se puede decir de los hombres que buscan mantener su vida con todo tipo de medios contra natura, y esto provoca el efecto contrario. El último "tres entre diez" se refiere al que ha adquirido los poderes mágicos de los que se habla en el párrafo siguiente. Sin embargo, es posible que "tres entre diez" quiera simplemente decir "un tercio".
   "Lugar de traspaso" parece que significa "punto vulnerable".

TAO TÊ CHINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora