XVII

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   En la más lejana antigüedad no se sabía ni siquiera que existieran.
   En la época siguiente se les amaba y alababa.
   En la época siguiente se les temía.
   En la época siguiente se les despreciaba.
   Si no se tiene confianza (del príncipe hacia el pueblo), no se encontrará confianza (del pueblo hacia el príncipe).
   ¡Qué precavidos eran y qué valor daban a sus palabras (los príncipes sabios)!
   Cuando el trabajo estaba hecho y todo iba bien, el pueblo decía: "lo hemos hecho nosotros".

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   El texto describe como ideal la situación en la que la existencia de los príncipes, que hacen todo "sin hacer nada"  (no se dan a valer y hablan poco), no se notaba o apenas se notaba (de tal forma que el pueblo, cuando todo iba bien, pudiese creer que lo había hecho él solito).
  

TAO TÊ CHINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora