XXIII

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   La avaricia de palabras está (en armonía) con el Curso Natural.
   Pues una tormenta no dura toda una mañana ni un chaparrón dura todo el día. ¿Quién los produce? El cielo y la tierra. ¡Si ni el cielo y la tierra pueden subsistir por largo tiempo (en su exuberancia), con menos razón el hombre!
   Por eso el que obra adecuándose al Camino se identifica con el éxito, cuando se equivoca, se identifica con el fracaso.
   Cuando se identifica con el Camino, entonces se alegra de la consecución del Camino. Cuando se identifica con el éxito, entonces se alegra de la consecución el éxito. Cuando se identifica con el fracaso, entonces se alegra de la consecución del fracaso.

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   La violencia en las palabras y en las acciones no se puede mantenerse por largo tiempo, de la misma forma que la explosión de las fuerzas de la naturaleza no dura mucho. En lugar de hacer violentos esfuerzos por alcanzar un determinado fin, hay que tomar las cosas como vienen: si se consigue, es un bien; y es un bien, incluso si no se consigue: he aquí el curso del Camino.

TAO TÊ CHINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora