Capitulo ocho: Negociación

463 35 3
                                    

Devuélveme el corazón

Daniela

La vida da oportunidades que nunca regresan en el momento que menos lo esperas y eso lo podía ver ante mis ojos en este momento, estaba en un campo de flores amarillas, había todo tipo de flores en ese lugar y solo podía pensar en Poche, y en la mujer que tenía frente a mis ojos, Martha Garzón, una preciosa mujer que me dejaba en claro que la belleza que poseían mi novia y su hermana no podía venir más que de ella, el color de ojos era el broche de oro, heredado por Juan Carlos lo cual las hacía mucho más hermosas.
— Es un gusto volver a verte Daniela — me dijo con una enorme sonrisa en la cara y yo sólo atiné a sonreír apenada y bajar la mirada avergonzada.
— No bajes nunca la mirada Calle tú sabes que todos nos equivocamos y tú y mi hija se equivocaron — me sonrió amablemente.
— Ese error casi le cuesta la vida a la mujer que amo y eso no me lo voy a perdonar — le dije mirándome las manos con atención, mire hacia abajo y me di cuenta que estaba vestida exactamente igual que cuando nos tomamos esas fotos en Mikonos, en ese viaje cuando mi amor enfermo tanto por no escuchar su cuerpo que sentí que algo muy malo le iba a pasar, un escalofrío recorrió mi cuerpo entero al recordar ese momento tan horrible en nuestras vidas. Cada que recuerdo ese momento me da tanta ansiedad que no se qué hacer con todas esas sensaciones.
— ¿Crees en las segundas oportunidades? — me pregunto de repente sacándome de mis recuerdos.
— Claro, existen y son una prueba de amor enorme — le dije muy segura, las oportunidades existen para los que amamos de verdad.
— Muy bien, regalate una segunda oportunidad Calle, pase lo que pase, estés con quién estés, la persona más importante eres tú y a la que siempre vale la pena darle una segunda oportunidad es a ti misma, sino eres capaz de resolver en ti primero lo que te hirió jamás podrás dar de corazón una segunda oportunidad a nadie, y menos elegir compartir algo de ti con otras personas.
— Pero me siento poco merecedora de lo que sea que me quieran dar, lastimé a tu hija, me lastime yo, perdí la confianza de muchas personas, y no puedo ver a nadie a la cara, solo espero a que tú hija despierte y voy a desaparecer de su vida y de este mundo.
— Si ese es tú plan, mejor vete de una vez, no amenaces con cosas que tomas desde el impulso de tu dolor, si de verdad eso lo querés hacer hazlo ya, no hagas que otros se preocupen por ti cuando tú no quieres darte cuenta que no importa que hagas si tienes la capacidad de pedir perdón, y ayuda para ti ante lo que no sabes entender. Si quieres morir hazlo ya, deja de castigarte de esta manera, si te rindes hazlo ya, y sino camina y encuentra tu respuesta — me miro muy seria.
—No puedo, tengo demasiado miedo — le dije temblando, el cielo a nuestro al rededor comenzó a ponerse muy gris y hacía mucho frío.
— Calle si decides morir, lamento decirte que las cosas siguen y la única que va a perderse la oportunidad de seguir viviendo aunque sea con dolor eres tú, el dolor no es para siempre tiene un proceso y pasa con el tiempo la gente avanza cuando alguien muere porque así es el proceso de la vida, aceptan o se acoplan a vivir con la ausencia de la persona, no hay otra opción más qué avanzar cuando cosas así pasan, podrán sentir muchas personas que no avanzan por años, pero siguen viviendo, siguen comiendo lo que les gusta, sonriendo a pesar de sentir culpa, saliendo, conociendo, compartiendo con la gente que pueden mientras respiran, la única persona que decide no hacerlo más eres tú y eres tú quien elige no seguir.
Si lo decides está en ti y tu eres la única que puede hacer eso, no te puedo prometer un final feliz, porque esos no existen, no sé si van a poder reconstruir lo que rompieron pero si yo pudiera volver y poder ver una última vez a Juan Carlos sin importar lo que pase, lo haría, con los ojos cerrados, mis hijas son el mejor regalo de ese amor pero a él lo extraño todos los días pero estoy feliz de haberlo conocido y espero el momento en el que sí así debe ser, nos volvamos a encontrar.
— Si la pierdo me voy a morir de tristeza — le dije con los ojos llenos de lágrimas.
— Por un tiempo, y después la vida seguirá, y cuando aparezca alguien más sabrás que hacer y que no hacer con alguien que amas — me miro tranquilamente, la tormenta se hizo más fuerte y comencé a empaparme de la lluvia.
— Tienes dos caminos, o regresas o avanzas, sea lo que sea que elijas te bendigo y te agradezco porque hiciste feliz a mi hija por mucho tiempo y creció lo que necesitaba.
Voltee a verla pero ya no estaba, solo estaba el camino de regreso, el de ida y la tormenta que permanecía sobre mi cabeza, tomé mi cabeza entre mis manos y grite, grite, grite y grite con lágrimas en los ojos, me deje caer en el suelo que ya estaba lleno de lodo y lloré hasta que y no me quedo lágrima que derramar ni voz que pudiera ser escuchada con claridad.
— Cuida tu vida — susurre con todo el dolor que tenía encima me levanté, mire hacia enfrente y camine hacia adelante, si está va a ser la última vez quiero verte y decirte cuanto te amo, no me voy a rendir, por mí. Me lo debo, ya ha sido demasiado tiempo actuando como una persona que no soy y necesito salir adelante de esto.
Lo negocie en ese momento, pediría ayuda, lucharía por mi relación si es que es posible recuperarla, quiero dejar de sentirme abandonada y para lograr eso, necesito recuperarme a mi misma, aunque suene a cliché, los clichés funcionan porque son cosas que todos anhelamos, pero pocos tienen el valor de hacer lo necesario para conseguir los resultados que envidiamos de otros, la esencia, porque esperamos que otros nos sigan diciendo que hacer para ser felices aunque creamos que tenemos la fuerza de no hacerlo.
Llegué empapada a una galería de arte, llena de tonos azules, morados, rosas, y mucho blanco, eran paisajes hermosos, solo conocía a una persona capaz de hacer esta belleza realidad, y la comencé a buscar por todos lados, la necesitaba, había miles de luces colgando en el techo de esa galería, de colores blancos, amarillos, rosas, rojos, pinturas de playas, Mikonos, Cancún, Cartagena, Los Ángeles, y muchos otros lugares que compartimos juntas, ciudades, París, México, Bogotá, Cali, Guadalajara, España...
Estaba corriendo por todo el lugar, llena de lodo, con los ojos hinchados de llorar como loca buscándola, habitaciónes, miles de retratos de habitaciones, su cuarto, mi cuarto, nuestra primera habitación juntas, la segunda, la tercera, la actual, momentos hermosos de Ramón, chiquito, grande, adulto, viejito cómo ahora está, la luna, menguante,nueva, llena y debajo de esa luna estaba ella vestida de blanco de espaldas a mi con su bello cabello color azul.
— Amor — grite como pude, se giró, me sonrió y corrimos al encuentro de la otra, nos abrazamos, nos besamos como nunca y cuando íbamos a decir la primera palabra después de tantas cosas, desperté.
— Poche — grite, Vale que dormía junto a mi se levantó asustada, y Paula entro corriendo segundos después, me levanté corriendo a buscar un cuaderno y un lápiz, esto no lo podía olvidar, entre lágrimas y sin contestar nada escribí como pude todo esto, cuando termine de escribir la última palabra, abracé a Vale.
— Perdoname, por favor, pero soy solo un ser humano y me siento tan sola en este momento, Juan Carlos, tú y mi amor han sido por años más mi familia que nadie incluso que mis propios padres y hermana pero ahora que los perdí me siento tan sola, solo te pido que algún día me perdones aunque los haya perdido para siempre — la solté, tomé el cuaderno que tenía lo último que existía en mi de fuerza interior y lloré abrazada a ese cuaderno, ese cuaderno que de ahora en más se convertiría en la fuente de.mi verdad y lo que siento tan dentro de mi que ni yo sé cómo manejarlo.
— Calle, por favor reacciona — me pedía Paula preocupada Vale solo lloraba viéndome fijamente sin saber que decir o hacer.
— Estoy acá — fue lo único que le dije no sé si a ella o a mi misma. 
— Daniela Calle, eres como mi hermana y por eso me siento tan dolida porque no sé qué posición tomar, creo que mi hermana y tú la han liado demasiado entre ustedes y mi enojo tampoco ayudo mucho, pero te quiero, por eso estoy acá, tiempo al tiempo por favor — mire a Vale frente a mí y sonreí entre lágrimas.
— Estoy segura que serás una madre excelente Valentina Garzón — me miro sorprendida, Paula echo un grito que estoy segura nos dejó medio sordas a las dos.
— ¿Cómo lo sabes? — me dijo sonrojandose.
— Intuición — sonreí con ternura. — ¿Qué hora es Vale?.
— Son las cinco de la mañana, y yo tengo sueño, vamos a dormir otro rato — quise discutir lo último pero no me dejó, me dio una mirada tan seria que regrese a dormir y aunque me costará aceptarlo seguía cansada y necesito dormir.
N

o sé qué es lo que va a pasar de ahora en adelante pero de algo estoy segura, no me pienso rendir ante nada ni nadie, me abandone hace tanto que no se por donde empezar o cuando comenzar a caminar pero si sé que estoy feliz porque aunque todo esté siendo un reverendo desastre aún es vida.
Tengo la esperanza de que la vida que aún me queda la pasé contigo, necesito que despiertes Poche porque sino lo haces no podremos resolver esto y confrontar lo que pasamos, me equivoqué profundamente al pensar que yo podía sentir, razonar y desear por ti, con tal de no fallarte y siempre hacerte feliz.
Olvide la base de esa relación que nos hizo tan felices antes de cagarla, la comunicación que nunca nos debió fallar pero ahora no puedo hacer mucho más que aceptar y tratar de que me devuelvas el corazón, que tenía a mi cuidado, pese al dolor quiero estar para luchar.
Amor hagamos un trato, regresa y juntas nos haremos responsables de todo lo que pasó.

Continuará...

😍 Efecto Mariposa (Fuerza Interior)😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora