Capitulo Veintidós: Conociéndote

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Maratón 3/?

— Eres lo que más quiero en este mundo eso eres — cantaba por todo mi cuarto justo antes de irme por Calle, después de los mensajes de anoche y esa conversación tan bella que tuvimos las cosas se pusieron muy románticas para mí, y sí como le dije, soñé con ella y fue hermoso.
— Ramón hay que ponerte guapo porque hoy verás a tu mamá Calle — mi hijo perruno se puso como loco cuando le dije eso, estaba realmente triste estos meses y se enfermó mucho por la ausencia de su otra mamá y por todas las emociones tristes que le pasaba pero afortunadamente eso estaba por cambiar, al menos en uno de esos aspectos.
— Buenos días hermana, ahora sí me vas a decir que esta pasando — me dijo Vale entrando a mi cuarto con mi nuevo sobrino entre brazos, era un niño tan hermoso, me recordaba mucho a Emilio cuando era bebé, solo que este niño saco el color de nuestra piel y los ojos tremendamente azules de su papá.
— Está bien pero vamos con mi papito porque no quiero contar dos veces lo mismo — le dije con una gran sonrisa en la cara. Bogotá había amanecido gracias a Dios bastante fría por lo cual no tenía que enseñar el cuello, porque sino sería muy bochornoso explicar lo que estaba pasando con los chupetones que tenía en el cuello cortesía de Daniela Calle, aunque creo que yo no la deje mucho mejor.
Ramón fue corriendo por su correa y nos siguió dando saltos como loco, aunque ya era un poco viejito, seguía siendo un perro demasiado activo y loquillo.
— ¿Que le diste a Ramón? — me pregunto Vale extrañada.
— Solo una buena noticia.
Entramos a la cocina de la casa de mi hermana, la cual era enorme, y encontramos a mi papá haciendo como no el desayuno, Rodrigo el esposo de Vale en este momento se encontraba de viaje por algo de negocios y le había insistido a mi papá que se mudara con mi hermana el mes y medio que no iba a estar, y obviamente lo hizo, la famila de el vivía en España así que solo los habíamos visto el día del baby shower de Vale y los veríamos próximamente en su boda y el bautizo del pequeño Carlos Jose, si el pobre niño tenía el nombre de sus dos abuelos, y era un niño hermoso, igualito a Vale, solo que con los ojos azules impresionantes de su papá.
— Buenos días papi, ¿cómo estás? — le dije con una sonrisa enorme lo cual lo extraño pero lo alegro enormemente.
— Bien mi niña, ¿y tú? — me sonrió y me invitó a sentarme con el un momento, estaba sirviendo unos panqueques orgánicos con arequipe de almendras que se veía muy rico y enseguida pensé en Calle, estoy segura que extraña la comida de mi papá.
— Bien papá, ¿Oye me puedo llevar algunos para Calle? — le dije con una sonrisa.
— Si claro mi amor — me dijo hasta que callo en cuenta de lo que le dije, el y Vale gritaron casi al mismo tiempo.
— ¿Qué? — par de exagerados.
— Bueno el día y medio que me desapareci me la pasé con ella — les dije un poco sonrojada.
— ¿No que venías por tu cierre y no sé qué tanto bobita? — se burló de mi mi hermana.
— Ese era el plan pero la malvada se puso frente a mí y sinplemente fui muy débil y no pude hacer nada, pese a nuestra necesidad de ser "fuertes" las dos estamos demasiado tontas la una por la otra.
— Claro que puede llevarle a Danielita es más le voy a picar un poco de fruta de la que le gusta tanto — dijo mi papá emocionado.
— ¿Y qué pasó? — me dijo Vale emocionada arrullando a Carlitos que comenzaba a despertarse por lo elevado de nuestras voces.
— Nada en especial, hablamos y quedamos que vamos a ir poco a poco para ver qué puede pasar entre nosotras a futuro. Fue muy difícil nuestra conversación porque nos dijimos muchas cosas que nos lastimaron pero es que la malvada solo me dio un beso y mi mundo se fue de cabeza.
— Dios mío hijita ¿ya se besaron? — dijo mi papá todo enternecido por mi historia.
— Papá, no seas inocente si se desaparecieron juntas más de un día estoy segura que no solo se besaron, este par de conejas seguro se la pasaron en la cama — dijo Vale riéndose por la cara que puse.
— Claro que no — intenté defenderme.
— Ajá, ¿haber quítate el cuello de tortuga que traes? — me reto la chiquilla impertinente está.
— No, hace frío — dije a la defensiva poniéndome de miles de colores.
— Cuidado hija no te vaya a embarazar tan pronto — bromeó conmigo mi papá — primero deben saber si esto va enserio y como lo van a ir componiendo poco a poco — siguio molestando.
— Nosotras si nos cuidamos, no como anti hija que la embarazaron luego luego — intenté defenderme.
— Woow no sabía que ya habían inventado los condones para dedos — me dijo Vale sarcástica.
— Niñas — se rió mi papá muy fuerte de nuestra pelea.
— Invitala a conocer a su sobrino, dile que la extraño y que traiga mucho helado, gomitas y chucherías quiero pasar una tarde con ella y mi hijo — me dijo emocionada, mi papá solo asintió poniendo frente a mí una bolsa enorme con varios tuppers llenos de comida.
— Ve y desayuna con ella y después la traes, si regresas sin mi nuera no entras eee Poche — me dijo mi papá muy serio.
— Papá, pero tú hija soy yo no ella — le dije entre sorprendida y divertida por sus ocurrencias.
— Si pero a ella la extraño más — me quedé impactada por su comentario pero después me dio mucha risa, que haya terminado con ella no solo me costó a mí, sino también a mi familia que la amaba mucho como yo tomé la bolsa con el desayuno, a mi hijo perruno, lo subí al auto que me prestó mi papá y me fui a verla.
Me había vestido toda de negro por algún motivo y me sentía ansiosa, Ramón estaba saltando como loco en el asiento de atrás y en poco tiempo gracias a que extrañamente no había tráfico en Bogotá llegué con media hora de anticipación a su casa, a nuestra ex casa.
Baje a Ramón que reconocio enseguida el lugar, y pasamos con el portero que me reconoció enseguida, llamo a Calle y ella me dio el paso casi enseguida. Llegué a la puerta, toque y me abrió enseguida un hombre como de 30 años muy guapo que tenía los labios super rojos, ¿quién putas era ese tipo? pensé super celosa.
— Buenos días, buscas a Danielita ¿verdad?.
— Claro que sí, busco a MI DANIELITA — dije super celosa.
— Tranquila hermosa, ojalá pudiera ser competencia para ti pero lo mujer me materia — me dijo dándome el paso, justo detrás de él estaba una chica como 15 centímetros más alta que yo con los labios igual de hinchados que él.
— Exactamente, este hombre es mío y solo mío amiga, aunque intentará que Daniela le pare bolas, te juro que lo mandaría bien lejos, hola me llamo Magdalena, pero puedes decirme Mag y el idiota este se llama Jesús, somos compañeros de Daniela — se presentó amablemente la chica ella era bonita de piel clara, ojos color avellana y cabello color negro azabache, él era musculoso, el típico chico del Gym que está bueno pero no es muy guapo, si mis celos estaban a tope.
— Chicos dejen de estar besándose como obsesivos y ayúdenme a escoger algo decente antes de llegué... Poche — dijo saliendo mi Calle del cuarto como no vestida también toda de negro, aunque ella se había puesto encima de su cuello de tortuga, un chaleco de lana blanco y usaba unas lindas botas negras, yo me había ido muy deportiva, Ramón en cuanto la vio se lanzó a sus brazos y ella enseguida lo cargo y lo beso.
— Ramón, Ramón, hijo ¿cómo estás?, ¿extrañaste a tú mamá? — lo besaba y lo cargaba como si fuera un bebé pequeño, enseguida salió de su habitación Canela muy hermosa con un collar rojo que tenía un cascabel dorado en medio.
En cuanto Ramón la vio se hizo todo un show en la casa, Calle medio a Ramón para recoger a su gatica y yo comencé a hablar con mi hijo para calmarlo.
— Hijo Cálmate, ya te había dicho que tú mamá tenía una nueva hermanita para ti, no te pongas loco — Ramón me miro serio e hizo como el sonido de un puchero o suspiro y se calmo, Calle igual había logrado calmar a la fiera de Canela y poco a poco logramos ponerlos en el suelo, definitivamente no se caían bien pero al menos no se peleaban entre ellos aunque fue muy divertido ver cómo un perro y un gato intentaban conseguir que Daniela Calle le prestará atención exclusivamente a uno de ellos.
— Wooow cuando nos dijiste que tus mascotas tenían su carácter no pensé que fuera tan literal — dijo el joven de los asteroides.
— Lo son, pero poco a poco se llevarán bien, espero — dijo Calle, nos quedamos viendo una frente a la otra sin saber bien que decir, pero estábamos un poco o más bien muy sonrojadas.
— Hola Calle — le dije nerviosa, poniéndome más cerca para saludarla.
— Hola Poche — me dijo igual de nerviosa antes de agacharse y darme un hermoso pico, como extrañaba esos saludos tan íntimos entre nosotras.
— Bueno nosotros nos vamos, nos vemos en el diplomado el sábado y no olvides llevar el documento impreso con tu parte Calle — dijo su amiga saliendo del lugar, con el chico asteroides de la mano.
— Adiós — fue lo único que dijo Calle.
— ¿Lista para el desayuno? — le dije con una gran sonrisa.
— ¿Cuál desayuno? — me pregunto extrañada, le sonreí y le enseñé la bolsa.
— ¿Hiciste algo de desayuno? — me pregunto sorprendida, hay cosas que no cambiaron.
— No, en realidad esto no lo empaco mi papá en cuanto supo que vendría contigo y me hizo prometerle que iba a regresar contigo o no pensaba recibirme está noche en casa y así que más vale que vengas no quiero dormir en el auto — le dije de manera dramática.
— Está bien, extrañe mucho a tu familia estos meses, además supongo Vale se ve hermosa de mamá ¿no? — me sonrió dándome la mano para que la tomara fuerte.
Desayunamos entre risas y anécdotas de estos meses separadas y me sorprendí con lo que conocí de ella:
1) Había abandonado su proceso creativo musical.
2) Amaba leer a un grado que todos los días tenía una hora específica para leer.
3) Se había enamorado de la administración de empresas.
4) Había desarrollado una adicción por la pintura y el dibujo.
5) Todos los días hacía ejercicio sin falta, había entrado hace unos meses a competencias de carreras.
6) Todos los sábados sin falta se iba a conocer un lugar nuevo.
— ¿Y tú?, ¿que hay de nuevo en ti? — me pregunto, mientras bajamos por el elevador, nos veíamos muy chistosas porque yo llevaba la correa de un feliz pero malhumorado Ramón y ella llevaba a una Canela igual de malhumorada con una correa.
— Sigo con el proceso fotográfico de mi mini empresa, por el tiempo que estuve viviendo ahí se abrió una pequeña sucursal, comencé a bailar de nuevo y me metí a clases de defensa personal, estoy escribiendo un nuevo libro, me metí a un curso de cocina y soy un desastre pero me gusta intentarlo al menos.
Todos los días me tomo un café o una taza de té a las 6 y los domingos me voy por la ciudad buscando nuevos museos o fotos que tomar para mí galería personal.
— Vaya, al final cada una pese a todo descubrió cosas nuevas de si misma, ¿no crees? — me dijo con una gran sonrisa, nos habíamos sentado en el parque lejos de la vista de los chismosos y platicábamos de lo nuevo en nosotras, pese a todo creo que me interesaba y me atraía más conocer la nueva faceta de Daniela Calle.
— Si de hecho y bueno también seguí con mi proceso de terapia, las cosas cambiaron y a veces me da miedo pensar que pudiéramos cambiar tanto que ya no sea posible que volvamos a estar juntas — me quedé impactada por las palabras de la bella mujer que tenía frente a mí, hace unos años esto no hubiera pasado porque ella no era hábil para aceptar sus emociones a la primera pero ahora que lo hacía me hacía sentir feliz porque era sincera con ella misma.
— También tengo miedo, pero sabes, también tengo mucha curiosidad por conocer esta nueva parte de ti — me miro con una gran sonrisa y sin más preámbulos me lancé a besar sus labios como había deseado desde que la mire en la mañana.

Continuará...

😍 Efecto Mariposa (Fuerza Interior)😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora