Capítulo Sesentaicinco: Confusión

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Amor.

A
M
O
R

Es una palabra muy curiosa de entender, de vivir, han pasado 6 meses desde que termine aquella tarde con mi directora llorando como una despertada y todo había fluido un poco mejor, seguía teniendo miedo de salir con quién fuera, hace poco retome una terapia muy buena por cierto que me ayudó a ir acomodando poco a poco mi corazón además de que por fin pude salir de fiesta después de tantos meses sin sentirme mal o culpable, había bajado de peso, de nuevo ahora era un poco más delgada casi como Pau a la cual había visto hace unos días después de tanto solo me abrazó y me felicitó por estar con este proceso y seguir adelante, aunque aún había momentos en los que la extrañaba mucho la amaba y lloraba por ella estaba logrando vivir sin ella a pesar de todo, las redes sociales cuando anuncie nuestra ruptura fueron una pesadilla por meses, incluso en mi escuela fue difícil porque la idiota de la Barbie del uno se le ocurrió opinar un día a media clase de mi Poché.
- Seguramente te dejo porque la muy zorra encontró más placer en su amante que contigo, no sabía que eras tan mala en la cama - se burló sin saber nada, el profesor de la hora estaba muy molesto conmigo desde el inicio del semestre porque lo había desmentido de un dato que dio mal sobre el manejo de las empresas reales, por eso la dejaba hacerme cualquier comentario estúpido como parte de una venganza más estúpida, me fastidie, me levanté de mi lugar y antes de que pudiera reaccionar le di tremendo golpe en la cara que el pómulo derecho donde impacto mi pucho se hincho casi enseguida.
- En tú puta vida, vuelves a mencionar el nombre de mi ex novia para referirte a ella como una zorra, porque no tienen nada para decir eso, María José Garzón Guzmán es la mujer más hermosa y más única que he conocido en mi vida, y el hecho de que no estemos juntas es responsabilidad de las dos no de nadie más y por eso nadie se debe meter en eso, así que si quieres que te deje la cara igual de linda del otro lado dime algo más y con gusto lo hago - respiraba agitadamente, todos en mi salón me veían con miedo, hasta el profesor, pero fue un remedio no muy bueno que sigamos porque aunque ya no me molestaron más, uno de mis compañeros subió el vídeo de mis palabras a las redes sociales y se hizo un show, al día siguiente y por casi un mes me tuve que estar escondiendo de la prensa.
Me hice muy cercana a la directora del plantel aún grado un poco extraño, la había tomado como una salvadora, tenía dos hijos adoptivos muy lindos por cierto tenían más o menos 25 años y uno de ellos ya era papá, lo más curioso es que los cuatro, es decir la directora, sus hijos y su nieto se parecían mucho a la gente de mi país, nunca había querido hablar con ella de eso pero me parecía una mujer hermosa y con sangre latina, un día sin querer me lo confirmó cuando entré a su despacho y la vi muy triste mirando una foto, se me había hecho muy raro ver a la mujer de acero siendo humana y no evite entrometerme.
- ¿Por qué tienes cara de funeral? - le pregunté bromeando.
- Por que hoy recuerdo el día que una parte de mi murió - me contestó sería sacándome de mis pensamientos y bastante de lugar.
- Ok, creo que no debí meterme - dije cuando vi una lágrima salir de sus ojos.
- Al contrario creo que debiste hacerlo y lo agradezco, ¿te aparecería tomar una taza de café y escuchar una historia deprimente? - me sonrió de medio lado.
- Siempre maestra - sonreí, llamo por el teléfono a su secretaria y enseguida entro con un servicio de café, galletas y muchos dulces de fresa que increíblemente se habían convertido en mis favoritos.
- Yo también me enamoré al grado de dejar mi vida por ella - comenzo diciéndome, dejándome muy sorprendida. - Si soy lesbiana y una muy lesbiana por cierto, el caso es que me enamoré cuando era joven de una hermosa chica que servía en mi casa, al inicio te lo acepto solo quería saber si era capaz de voltear a una hetero, porque en esa época ella parecía muy hetero y yo me sentía muy guapa y todo poderosa, pero me jugué una mala pasada yo sola.
Era una joven en aquel entonces muy hermosa con dos hijos y una historia horrible, el día que me platicó todo termine llorando abrazada a ella, era muy pobre, su padre la golpeaba mucho y prácticamente había matado a su madre frente a ella, tenía dos hijos y ellos poco a poco se estaban convirtiendo en una copia de su padre lo cual la tenía agobiada, para ese momento que supe su historia pude haberme ido, dejarla y no sufrir pero ya la quería, cuando me terminó de contar todo eso, me confesó que además era una pecadora porque desde que me vio no había noche que no soñara con besar mi boca - sonrió llena de emoción por su recuerdo - sino la hubiera besado esa noche muchas cosas no hubieran pasado, pero lo hice la besé, con todo mi corazón con toda mi alma y con todo lo que estaba dentro de mi, resulta que no había volteado a nadie, me había enamorado como una idiota de una sirvienta que según mi madre tenía tantas heridas en la espalda que un día temía muriera por alguna infección.
Para mis padres no era un secreto que su hija menor era lesbiana ya que yo desde muy niña me senté con ella y les dije que me sentía diferente porque me gustaba mucho alguien pero no era un varón, mi papá se enojo un poco y le costó entenderlo pero no me lastimo ni me obligó a ser normal ni nada, solo le costó entenderlo y mi mamá solo me abrazó y me dijo que ella me amaba y me aceptaría sin importar lo que pasará.
Poco tiempo después de mi trato con Dina y el beso que nos dimos nos enamoramos tanto que mis padres se dieron cuenta e increíblemente contra todo pronóstico nos aceptaron, tomaron a mi amor, a sus hijos y los sacaron del infierno lleno de golpes que vivía, la verdad es que fuimos muy felices juntas, tanto que puedo decirte que la vida nos tenía envidia de lo hermoso que era vivir eso y así fue por un tiempo - sonrió entre lágrimas, aún la amaba y yo entendía perfectamente eso porque así amaba yo a Poché a pesar de todo.
- Pero un día su padre no se quedó tranquilo y en un acto de descuidó nos quito a los niños y desapareció con ellos, literalmente desapareció y ahí todo fue en picada, intenté quedarme con la hasta el final, buscarlos por donde fuera pero era tanto su dolor por haber perdido a esos niños, a su vida, era tanta su confusión que en el proceso no lo soporte más y yo también la dejé, se que para muchos fue un acto de cobardía y que debía quedarme con ella, pero no podía, yo sentía mucha culpa, mucho dolor porque la amaba pero amarla estaba convirtiéndose en un sinónimo de ser una sombra, de lastimarme a mi misma aún grado en el que ya ni sabía quién era y ella no me detuvo, hasta el último momento me dio razones para irme y me fui - comenzo a llorar de verdad sin dejar de acariciar la fotografía que tenía frente a ella, no me miraba a los ojos y parecía que estaba contándole su historia a esa mujer de la foto más que a mí misma.
- Con los años nunca pude superarla y siempre quería verla pero un día desapareció sin dejar rastro alguno y paso un milagro, estaba por salir del país, me fui a México después de eso y en el aeropuerto antes de irme en la calle después de 2 años vi a los hijos del amor de mi vida pidiendo limosna lo cual me lleno de ira, ellos al verme corrieron a mi lado y antes de que ese mal nacido apareciera me los lleve lejos, hice todo lo que tenía que hacer y los registre a mi nombre, al mes partimos en un avión acá a Inglaterra y comenzamos una vida juntos, desde que eso pasó no he dejado de buscar a Diana por nada del mundo, pero ella parece que ya murió, o no sé, aún guardo la esperanza de encontrarla - lloro pegando su foto a su pecho y yo la deje llorar sin meterme en el dolor de sus recuerdos, porque son de ella y a ella le pertenecen, me levanté y simplemente la abracé contra mí pecho.
- ¿Aún la amas? - no sé porque pregunté eso.
- ¿Algún día dejarás de amar a tu Poché? - me respondió con calma y lloré con ella porque amabas sabíamos que aunque pasaran otras personas en nuestras vidas el amor que les teníamos a ellas no se iba a ir nunca.
Nos quedamos en silencio hasta que ella logro dejar de llorar y continuó su historia, sin dejarme de abrazar, era como una mamá postiza para mí.
- Aún la busco esperando encontrarla porque aunque todo fue confuso y muchas veces me pregunto si de verdad irme fue lo correcto la extraño con toda el alma además de que es una mujer hermosa - me dijo mostrándome por fin la foto de su Diana.


- Lo admito tienes un gusto fantástico en mujeres - le dije en broma, pero esa cara se me hacía tan pero tan conocida que no sabía de dónde pero estoy casi segura que yo vi a esa mujer en lugar y no tiene tanto de eso.
- Ella es hermosa, mi querida Diana - sonrió a la foto.
- ¿Ya te sientes mejor? - le dije regresando a mi lugar, mi café ya estaba frío para ese punto.
- Sí, lo estoy - sonrió tomando el suyo haciendo una cara de disgustó al sentir su temperatura - por cierto felicidades, supe que volviste a ser la número uno de tu clase pese al intento de todos los maestros de hacerte fallar - se burló.
- Gracias, simplemente no voy a permitir que me hagan menos a propósito, soy una Calle y para colmo también soy Soto así que eso no se le hace a los de mi familia - sonreí.
- A veces eres tan pesada que hasta a mí me caes mal - bromeó.
- Lo sé, pero así soy - tomé una galleta de chocolate y no pude evitar pensar en Poché y me sentí feliz por su recuerdo, estar lejos de ella me confirma que estoy dónde debo estar aunque la ame con todo mi ser.
- ¿Vas a salir de vacaciones este invierno? - me dijo sacándome de mis pensamientos.
- No, van a venir de visita mi mamá y su esposo, también mi papá y su esposa y mi hermana con si familia, además creo que vendrá Valentina y mi querido Carlos y parece que también vienen Sebas y Kim a ver a la familia de ella así que pasaré acá mis fiestas de cembrina - sonreí feliz.
- Ojalá pudieras pasar noche vieja con nosotros te has convertido en alguien de la familia, sino pregúntale a mi nieto que ya quiere pedirte matrimonio cuanto antes - bromeó y yo reí con ella.
- Eso parece, aunque más bien creo que quiere que le enseñé a cantar más que otra cosa.
Pasamos el resto de la tarde hablando de sus recuerdos y de cómo se enamoró de ella, pero yo seguía sintiendo esa sensación de que las cosas estaban bien con ella y pronto mejorarían y clado de que yo conocía a esa chica de la fotografía.
Salí de su oficina cerca de las 6 de la tarde, hacía frío y al caminar por las calles repare en la fecha en la que estábamos, hoy era 31 de octubre, lo supe en cuanto vi a varias personas no necesariamente disfrazadas pero si haciendo alusión a esta fecha, y el corazón después de tantos meses me dolió enormemente, se me hizo pequeño, chiquito como una pasa, porque hoy estaría con ella planeando su fiesta de cumpleaños y no pasó así, aún así camine ha una pastelería y pedí una rebanada de pastel que ella amo la última vez que estuvimos aquí, el pan se llamaba el sueño y era hermoso porque cuando lo comías era tan esponjoso que el señor decía que era como comerse las almohadas del cielo.
Tomé mi caja, una veladora y me marché a mi apartamento con muchas cosas en mente, prepare pasta, hice un pay de limón y me servía una copa de vino rosado, puse un lugar frente a mí y a la distancia brinde por ella y por su salud en este su cumpleaños, deseándole que fuera muy feliz.
Estaba terminando mi pasta cuando recibí una llamada de un número desconocido, y contesté no sé porque pero lo hice.
- ¿Diga?, ¿quién llama? - contesté extrañada.
- Soy yo - cuando escuché su voz mi vida de paralizó por completo de nuevo.
- Poché - susurré con el corazón en la mano por la emoción de escuchar su voz de nuevo.
- Se que tal ves no quieras saber más de mi, pero hoy es mi cumpleaños y solo quería escuchar tú vos una vez más - dijo tan rápido que apenas le entendí.
- Feliz cumpleaños - fue lo único que le dije.
Nos quedamos en silencio por minutos después de eso, no sabíamos de que hablar solo escuchábamos nuestras respiraciones por el teléfono.
- Me tengo que ir Calle - susurró con la voz ahogada y supe que lloraba.
- Está bien - le contesté siendo apenas consciente de que yo tambien lloraba.
- A pesar de todo Calle, te sigo queriendo con mi vida y me arrepiento de todo el daño que nos hicimos, pero si con eso pudiera volver a verte aunque sea en mis sueños lo haría, prefiero vivir mil años repitiendo esta historia a no haberte conocido - me dijo y colgó.

Me quedé ahí sentada mirando a la nada sonriendo con tristeza y a la vez confundida, llore lo que tenía que llorar, recordé lo que tenía que recordar, seque mis lágrimas, tome mi rebanada de pastel y vi una película antes de irme a dormir, pese a todo el regalo de la vida que me había dado ella también al hablarme y dejarme escuchar su voz.

Continuará...

😍 Efecto Mariposa (Fuerza Interior)😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora