Capítulo ochenta: Eres el amor de mi vida.

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— Calle, no vuelvo a pedir ser madreeeeeeeeeeee — grite dentro del baño de nuestra habitación al darme cuenta que había roto fuente al agacharme por uno de los juguetes de baño de Martha.
— Amor, ¿que pasa, estás bien? — me preguntó asustada entrando al baño en ropa interior.
— Ya voy a tener a nuestro hijo y no estoy nada bien, tengo mucha angustia — llore de miedo, aunque deseaba esto con toda el alma y el momento había llegado tenía mucho, pero mucho miedo de lo que pudiera pasar, mi embarazo a diferencia del de mi esposa no había sido nada sencillo, desde el primer trimestre tuve un intento de aborto, al parecer mi cuerpo había interpretado que el bebé era un enemigo y quería sacarlo pero después de una plática conmigo misma y muchos cuidados todo paso a ser medianamente mas normal y tranquilo, sin embargo mi cuerpo seguia necio, tenía por lo menos un poco más de tres meses que las náuseas se habían terminado, amo a mi hijo con el alma no solo porque es nuestro bebé sino porque además de eso el tenerlo había sido toda una batalla que yo elegí libremente vivir para traerlo al mundo, porque así yo lo quería y así fue.
— Amor, tranquila no llores, todo va a estar bien, te lo prometo mi amor — me dijo mi esposa acercándose a mi para abrazarme y ayudarme a terminar de vestirme y poder ir a la clínica lo más rápido posible.
— Amor, vístete antes de salir, por favor o me voy a poner peor de lo que ya estoy — le dije divertida al ver que fue por la pañalera en ropa interior y que estaba dispuesta a irse así, me miró extrañada para después verse al espejo de cuerpo completo que teníamos en pared y se sonrojo al verse en interiores, rápidamente saco un conjunto de Adidas negro con blanco y se cambió en menos de 2 minutos.
— Listo vámonos — salimos de nuestra recamara a paso lento — Antonia, Martha, agarren sus mochilas para ir con la abuela Mafe y suban a la camioneta — les gritó a nuestras bellezas de tan solo 5 años de edad, en seguida pude escuchar como ese par subían corriendo la escalera del primer piso y azotaron la puerta de su cuarto para volver a bajar corriendo, azotar la la puerta de la entrada y abrir la puerta de la camioneta como desesperadas.
— ¿Es enserio que les enseñaste esa rutina, aunque te dije que no? — le pregunte asombrada y muy adolorida.
— Está solo es una de las 10 rutinas que les enseñe, además está siendo de mucha utilidad  — me dijo mi amor temblando ayudándome a bajar las escaleras que faltaban, si mi esposa me quería dar ánimos y valor pero sentía su miedo tan tangente como el mío.
— Tranquila todo va a estar bien — la consolé aguantandome un gesto de dolor por una nueva contracción.
— Yo estoy tranquila — me dijo abriéndome la puerta del auto, antes de irse a su lugar aventó la pañalera atrás la cual le dió directamente a Antonia en la cabeza.
— Mami pero si lo hice bien — se quejo mientras se sobaba la cabeza y Martha no paraba de reír, al igual que yo, mi amor iba tan estresada que ni cuenta se dió, aunque parecía que iba serena su forma de conducir nos dejaban en claro que estaba muy lejos de estarlo al igual que yo, estábamos por dar vuelta a casa de Mafe cuando volví a sentir humedad en mi entrepierna y grite de susto al verme llena de sangre, Calle me miró de reojo y se asustó tanto que inmediatamente regreso y nos llevó a todas al hospital a una velocidad impresionante, pero yo estaba muy asustada y adolorida como para reclamarle, llegamos en menos de 5 minutos dónde una silla de ruedas ya me esperaba, Nico en cuanto me vio indico que me metieran a la sala de expulsión ya que todo estaba complicado, yo me sentía demasiado débil ya para ese punto y mi bebé tenía un rato ya que no se movía dentro de mi vientre y eso me estaba aterrando.
— Nico, no siento, no siento a mi hijo moverse — le dije llorando, el me miró alarmado y simplemente me llevo a la sala en dónde ya estaba esperándome un médico para hacerme una ecografía, al parecer por lo que alcance a entender estaba teniendo un parto con placenta previa y la vida de mi bebé y la mía corrían mucho peligro, el se estaba ahogando y yo me estaba desangrando lo cual me estaba debilitando demasiado.
— Vamos a haber una cesaría ya, tengan todo listo ahora — dijo Nico algo estresado — todo va a estar bien, mi sobrino va a nacer bien eso te lo aseguro.
Después de eso, todo fue un poco confuso, rápidamente me pusieron una intravenosa para poder pasarme medicamento por ahí, me pusieron anestesia pero estaba tan nerviosa y asustada que aunque no sentía mucho, claro que sentía todo lo que estaba pasando, Calle se había tenido que quedar afuera con las niñas porque ninguna de las dos traía teléfono y Nico estaba muy ocupado como para darle el suyo y permitir que le llamara a mi suegra.
— Daremos inicio al procedimiento Poché ¿está todo bien? — me preguntó Nico, yo le dije que sí, porque si le decía que aún tenía un poco, casi nada de sensibilidad me preocupaba que mi hijo estuviera en más peligro por esperar a que la anestesia hiciera efecto, solo es un corte me decía a mi misma tratando de calmarme, mi cuñado solo asintió y comenzó con el procedimiento, sentí que me iba a desmayar cuando sentí el primer corte pero no dije nada solo me aguante, rezaba y rezaba porque mi bebé estuviera bien, solo eso quería no me importaba el dolor que pudiera estar sintiendo.
— Doctor está sangrando mucho, sino detenemos la hemorragia van a colapsar los dos  — escuché que alguien le dijo a Nico yo empezaba a ver un poco de luces.
— Dense prisa entonces, preparen una transfusión de sangre por cualquier cosa, ya casi estamos — escuché que dijo pasaron unos segundos cuando sentí como sacaban de mi vientre a mi bebé pero mi corazón se paro y comencé a llorar cuando su llanto no se hizo presente.
— Nico — dije como pude — ¿Por qué mi hijo no está llorando?, Nico ¿Qué está pasando? — le grite como pude, estaba comenzando a ver todo oscuro, pero el dolor en mi pecho estaba llenando mi cuerpo por completo, mi alma.
— Tranquila están haciendo todo lo que pueden por él va a estar bien creeme — me tomo la mano angustiado — Poché, no te duermas, pongan la sangre ahora — dijo rápidamente.
— ¿Por qué no llora mi bebé? — volví a preguntar viendo luces blancas, con la poca energía que aún tenía en mi.
— Poché, el bebé — dijo lentamente después de unos momentos eternos, yo comencé a llorar más, poco a poco me deje llevar por una obscuridad horrible cuando a lo lejos escuché un llanto hermoso y me desmaye.

😍 Efecto Mariposa (Fuerza Interior)😍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora