Capítulo Treintaiuno: Tú mundo

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Maratón 3/5

Llegamos al edificio donde se encontraba la empresa de Poché justo a las 11:30 de la mañana, no había tráfico afortunadamente así que era muy feliz por ella en este momento, ella se había convertido de una genio con lo que a fotografía y negocios se refiere y eso me hacía sentirme demasiado orgullosa de ella.
— Bueno sé que ya conoces este proyecto — me comenzó a explicar bastante nerviosa la verdad, yo solo tome su mano y le sonreí — pero quería presentartelo yo personalmente.
Este es mi mundo, el mundo que amo, el mundo que me apasiona, el mundo que de unos años para acá se ha vuelto mi razón de existir en algunos aspectos de mi vida — me dijo orgullosa mientras caminábamos tomadas de la mano por los pasillos del pequeño edificio al que habíamos entrado, era un edificio compartido y ocupaban cinco de los doce pisos que tenia el edificio, los últimos cinco de hecho y desde que entre pude ver la escencia de mi casi novia en cada centímetro del lugar — sé que cuando esta idea nació no tuve el valor para contartela, pero quiero que sepas porque fue tenía miedo — suspiro pesadamente antes de continuar.
—Sabes tenía miedo de que al tener un sueño que no era compartido como todos los demás que teníamos las cosas no funcionaran, tenía mucho miedo de que te sintieras echa a un lado porque yo quería hacer algo diferente a lo que habíamos hecho por años. Eso era lo que estaba pasando por mi mente cuando nació esta idea el terror de sentir que era mala novia porque no quería que formarás parte de esto y no es porque no te quisiera aquí sino que simple y sencillamente creí que no te interesaba la fotografía de la misma forma que a mí.
Pero quiero enseñarte ahora mismo todo el avancé que ha tenido este pequeño sueño si me acompañas ¿te puedo enseñar la magia de mi mundo Daniela calle? a pesar de que no tuviéramos el mejor inició con este proyecto ¿quisieras acompañarme a ver cuál ha sido mi avance?.
Comenzamos a recorrer piso por piso y lo admito quedé maravillada cada uno de los pasos que daba en ese lugar, las paredes de ese edificio irradiaban vida, luz, felicidad y mucha esperanza, cada pasillo era tan ella, tanto así que no tuve otra forma de mostrarle mi asombro más que tomando la fuerte de la mano y abrazándola cada que me enseñaba cada proyecto concluido, había hecho tanto en este tiempo, mismo tiempo en el que llevamos peleando de manera tan estúpida y nos separamos por ese proyecto de forma tan idiota, por esas peleas que teníamos.
Estoy segura de que esas peleas que tuvimos no eran por nosotras, sino por las ideas que terceros nos metieron en la cabeza por ejemplo a mí la pareja del idiota se la pasaba diciéndome que el proyecto de mi novia solamente se dedicaba a tomarle fotos a personas desnudas para hacer un sinfín de tratos mafiosos.
Porque si ella se había decidido guiar o aliar con él no era más que para seguir reproduciendo esa aberración sexual que existía entre nosotros, entre los 4 porque sí debo admitir que cuando tuvimos esa relación abierta en dónde se supone todos estábamos de acuerdo había cosas que intentábamos que no eran para nada buenas para nosotras como pareja, porque simple y sencillamente no lo disfrutábamos para nada, yo fingía que me gustaba y por lo que hablamos ella hacía lo mismo para hacernos sentir mejor la una a la otra. Sin poder evitarlo comencé a llorar al llegar al piso donde tenía su oficina, principalmente porque en ese lugar en la pared estaban colgadas fotos de nosotras dos cuando teníamos muy poco tiempo de conocernos, cuando éramos solo Calle y Poche amigas del alma.
— ¿Por qué lloras amor? — me dijo espantada por mis lágrimas intento abrazarme pero no la deje, iba a marchar su traje, solo tome su mano.
— Me dio mucho sentimiento porque no me di cuenta que con mis miedos y por escuchar cosas de terceras personas olvide que mi mayor sueño siempre fue el verte feliz siempre mi amor y con tantas pendejadas que nos hicimos todo valió madre, como quisiera regresar esa sonrisa a tú cara — me acerque a dónde tenía la foto en donde coincidimos con el suéter después del campamento en los ángeles. Esa donde la sonrisa de ambas era enorme y éramos felices.
— Amor, tranquila — respeto mi espacio y solo me tomo de las manos.
— Me hubiera encantado haberte ayudado a crear todo esto en el papel que me tocaba que era simplemente estando, no tienes porqué sentirte mal por sentir que me hacías aún lado por tú sueño porque tenías derecho a tener tus sueños individuales, pero me faltó tanto para saber manejar eso,  perdoname amor porque me perdí este proceso y eso me duele mucho.
— Una vez me dijo mi psicólogo algo que creo debo decirte ahora mi cielo, amor las cosas no pasan de otra forma más que de la manera en las que tenían que pasar, esto que pasó solo podía pasar así porque es lo que nos dio la oportunidad de valorarnos ahora mi amor, mi cielo y nos dolió pero podemos cambiar esa historia ¿quieres quedarte conmigo para ver a dónde me lleva mi sueño de esta empresa de fotografía? — me pregunto mi amor, yo solo asentí y la besé, nos quedamos besándonos frente a esa foto no se por cuánto tiempo hasta que se abrió de golpe la puerta y entró Jaime gritando como loca.
— Mi amada María José, llevamos cinco minutos esperándote ya es suficiente es hora de trabajar — me separé de mi amor que hizo un puchero enorme lo cual me dio demasiada ternura y simplemente le dejé un beso más, me limpio mis lágrimas, y yo a ella le acomode el labial, el cual traía en mi jean porque sí, como raro habíamos elegido el mismo tono , me retoco mi labial ella a mí y en menos tres minutos ya estábamos listas.
— Estoy lista Jaime — el nos miro divertido por nuestra dinámica y entro a la sala de juntas.
— Te espero abajo ¿vale? — le dije.
— No, espérame aquí en mi cuarto especial hay una televisión, Netflix y botanas de esas de las que amamos, ve mi amor ¿ok? — me dijo mi amor con una sonrisa, me dio un pico más y se marchó con Jaime.
Me quedé mirando la habitación y en seguida se me vino una imagen a la mente muy clara de lo que esto me inspiraba revise sus cajones para ver si encontraba un lápiz para hacer un  boceto y una hoja de papel, los encontré enseguida y me senté en su escritorio para comenzar mi trabajo, comencé por el cielo, ella siempre me había recordado al cielo porque era lo primero que quería ver al despertar todos los días de mi vida, no era la mejor dibujante del mundo pero ella me.habia echo sentir especial y muy feliz por todo lo que hacía conmigo y como me hacía sentir plena.
Deje que mi cerebro se hiciera cargo de mis manos, de mis músculos, pensaba en la maravilla que es tenerla en mi vida, pero más aún en la maravilla que se esconde dentro de nosotras mismas, la maravilla de ser una mujer, de amarse como una mujer que siente, que vive y puede salir adelante de sus problemas porque tiene en ella misma la fuerza y la creatividad de transformar las heridas en grandes momentos de avance y felicidad.
Me deje guiar pensando en miles de cosas, sobre nosotras, sobre ella, sobre mi, aún era nueva en esto del dibujo y la pintura pero me hacía tan feliz poder estar haciendo esto ahora, poder poner en una imagen a la musa de mis creaciones, no sé si era ella o era yo, no sé si era cualquier otra persona solo se que era feliz al poder expresarme.
No era el mejor dibujo pero si era el que más significado había tenido a lo largo de mi vida, porque ella será mi sirena, siempre la que me lleve a nuevos mundos y lugares que serán solo nuestros.

Tomé mi dibujo ente mis manos y pensé mucho en todo lo que tuvimos que pasar para llegar a este punto, de alguna forma esa imagen me hacía sentir seguridad y tranquilidad, la mirada de la mujer que me devolvía la mirada era preciosa porque tenía f...

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Tomé mi dibujo ente mis manos y pensé mucho en todo lo que tuvimos que pasar para llegar a este punto, de alguna forma esa imagen me hacía sentir seguridad y tranquilidad, la mirada de la mujer que me devolvía la mirada era preciosa porque tenía fuerza que yo necesitaba para dejar todo este mal trago aún lado, escuché como se abría la puerta y doble como pude mi dibujo y lo guardé en mi pantalón, no quería que Poché lo viera, tomé hoja y simule estar haciendo cálculos.
— Amor, ¿por qué no te fuiste a ver la televisión? — me pregunto extrañada.
— Tenía que hacer unas cuentas de un proyecto y aproveché para tener un poco adelantado después de estas vacaciones tendré demasiadas cosas que hacer en mi diplomado.
— Bueno, ahora descansaré un momento, nos dimos un descanso porque las cosas están extrañas entre nosotros — me dijo sentándose en mis piernas lo cual me hizo temblar.
— ¿De cuántos minutos estamos hablando? — le pregunté traviesa al sentir su perfecto trasero sobre mi regazo.
— Nos dieron 15 minutos — me dijo mientras se recargaba en mi pecho, amaba sentirla tan mía.
— Bueno entonces aprovechemos el momento y hagamos que te relajes — le dije coqueta metiendo mi mano debajo de su blusa para tocar directamente su pecho por debajo de la ropa.
— Llevo deseando estar relajada desde que te vi en ropa interior en la madrugada — me dijo comenzando a morder mi oreja sensualmente. 
No dijimos nada más, teníamos poco tiempo y muchas ganas, definitivamente estar con ella es una delicia constante.

Continuará...

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