Veinticinco

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No supe cuánto tiempo me quedé hecho un ovillo en el suelo

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No supe cuánto tiempo me quedé hecho un ovillo en el suelo. Cuando escuché el rumor de unos susurros cerca, me incorporé hasta quedar sentado y con mucha rapidez comencé a cercarme las lágrimas. Se escucharon unos pasos y la cortina se hizo a un lado con mucha urgencia. Mai apareció de pronto ahí. La peluca de Elsa la tenía sujeta en la mano y su cabello natural, con su habitual corte que le llegaba al hombro, estaba un poco revuelto.

Pude notar lo asustada que estaba.

—¿Harry? —susurró la chica acercándose a mí—. ¿Qué ha pasado? Conrad está muy nervioso y no me pudo explicar muy bien lo sucedido...

Tuve que tomar valor para decir lo que dije a continuación y para ello respiré profundamente.

—Creí que ya estaba superado —le respondí en un hilillo de voz—. Pero no.

—¿De qué hablas? —al llegar a mí, la chica se agachó para quedar a mi altura.

—Sabes muy bien de qué. De eso —había acentuado muy bien la palabra "eso" y ella inhaló aire con fuerza. Supe que entendió a qué me refería—. Ya no tenía sueños sobre lo que pasó, pero cuando... cuando Conrad me besó y todo comenzó a descontrolarse...

—Entiendo, entiendo —Mai se sentó a mi costado, pegando la espalda contra la pared tal cual como yo estaba. Dejó a un costado su peluca—. No había hablado de esto contigo porque no es algo que se deba soltar tan suave en una conversación, pero creo que el momento ha llegado. Estás entablando una relación, corazón. Y en algún momento, las cosas se iban a poner intensas. Desde que supe que estabas saliendo con Conrad, mi temor a que algo como esto pasara apareció. Y creo que mis sospechas tuvieron razón. De verdad lo lamento mucho.

—No es algo que pudiste haber evitado —le dije mientras encogía las piernas y las abrazaba con fuerza.

—Ni siquiera tú, Harry. No eres culpable de nada.

—Sí, lo sé —respiré con profundidad y traté de calmar las imágenes que se arremolinaban en mi cabeza. Tuve la certeza de que no se irían pronto. Los traumas del pasado tienden a regresar y si no eres lo suficientemente fuerte como para retenerlo, te torturarán nuevamente.

Y no lograr contenerlo dentro de mi mente... bueno, yo soy un claro ejemplo de ello. Explotabas.

—Conrad se siente muy culpable —soltó Mai de pronto. No me miraba, estaba observando un punto inexistente dentro de la casita—. Lo vi en su rostro. Te puedo asegurar que en este momento está caminando como león enjaulado abajo.

—De hecho... —Conrad echó a un lado la cortina y mostró la cabeza en el interior—. Estoy aquí. No he escuchado nada, apenas estoy subiendo. Me acaban de avisar que la cerveza se acabó y necesitan a alguien con una identificación real para comprar más.

Mai asintió con la cabeza y le sonrió. Yo me puse de pie inmediatamente y corrí hacia él. Lo abracé con mucha fuerza y él me rodeó con la misma intensidad. Me puse un poco de puntillas para alcanzar con mis labios su oído para susurrarle:

Besos Color Púrpura (En proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora