Diez

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En las noticias no se hablaba de otra cosa:

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En las noticias no se hablaba de otra cosa:

"¡Balacera en marcha gay de Long Beach!"

"Una real pesadilla fue la que se vivió el día de ayer, en la marcha del orgullo LGBT más de Long Beach cuando una balacera se suscitó dejando un saldo de, al menos, cinco muertos y veinte heridos..."

Algunas personas atacaban el suceso con comentarios como:

"Eso es lo que se gana cuando las personas se alejan del camino correcto. Así es como termina todo lo antinatural. Muertos en una acera".

Otros más decían cosas como:

"Se cree que existe un culto conservador detrás de esta tragedia, ya que algunos testigos aseguran reconocer a las personas que se ocultaron detrás de pasamontañas negros"

A mí, en lo personal, se me hacía todo descabellado e insensible. Tengo pesadillas, donde veo gente gritando en la calle siendo acribilladas por balas provenientes de todas partes. En mis sueños, veo la bandera gay tirada en el suelo, bañada con la sangre de todos los muertos.

Es espeluznante.

¿Cómo puede existir gente tan mala?

Esta noticia también estuvo estallando con furor en la escuela, llevándose todo tipo de comentario variado tal y como sonaba en las noticias. Los cuchicheos se manifestaban por los pasillos de personas haciendo conjeturas y juzgando si estas personas se merecían esto o no.

En la clase de matemáticas, el grupo de amigos de Cindy se encontraba hablando precisamente de ello con algunos miembros del equipo de fútbol del colegio, entre ellos destacaba Jake Millar.

Cindy, sentada sobre la mesa del profesor, tiene a todos a sus amigos sentados a su alrededor como si ella fuera la reina. Jake está sentado a su lado, con un brazo rodeando su cuello y una sonrisa socarrona en el rostro.

—Había litros de sangre derramada —contó Cindy al resto con un aspecto de seriedad, se veía deslumbrante con su atuendo color rojo—. Lo juro, los maricas se retorcían como gusanos en el suelo. Podría jurar que el payaso de It podría jugar con sus barquitos de papel sobre toda esa sangre.

—Qué asco —Mónica, una chica morena, hizo una mueca—. Lo que digo, ¿saben la cantidad de sida que habría en ese lugar con tanta sangre de maricas regada? No entiendo cómo a esos matones no les dio miedo contraer la enfermedad.

—No, Mónica —soltó Jake con frialdad—. No son matones. Ellos son unos putos héroes. Deberían hacerles un monumento por haber matado a esas bestias.

Todos se rieron, pero Cindy notó que yo no me había reído para nada. Me miraba fijamente y yo trataba de enfocar mi atención en un libro que tenía entre mis manos. Pero no podía concentrarme por la sarta de estupideces que estaban diciendo.

Besos Color Púrpura (En proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora