🏁C A P I T U L O 14🏁

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Asher

26 de mayo de 2010

Los carros de NASCAR nunca se sacan de la pista por seguridad. Andar en un carro de NASCAR por la calle, es anunciar qué hay un corredor famosos por la calle y será más fácil localizarlo.

Claro, eso no lo pensé cuando salí a toda carrera de NASCAR para venir al hospital. No pensaba perder tiempo cambiando de carro. Además, el señor Lewiston puede mandar a buscarlo sin ninguna problema. Estacionó el auto y me bajo corriendo sin fijarme si cerré bien el carro. Sé que todavía no deben tener información sobre el estado de Shlieman, ya que este lo acaban de ingresar, pero eso no significa que me voy a quedar tranquilo.

Cuando llego a recepción la secretaria me mira toda sorprendida y la entiendo. No todos los días tienes a un corredor de NASCAR al frente tuyo, pero no tengo tiempo para estas cosas. Me encanta hablar con mis fanáticos, tirarme fotos y escuchar lo que más admiran de mí, pero no hoy. Simplemente, hoy no puedo. 

—¿Cómo está Shlieman? Lo acaban de ingresar por un accidente provocado en la carrera de NASCAR—. La secretaria no hace nada solo me mira. Paso una mano al frente de sus ojos haciendo que pestañee varias veces hasta enfocarme bien. —Excelente, ya que volviste... ¿puedes decirme que está pasando con Shlieman Handersoft?

—Claro, claro enseguida.

La veo teclear rápidamente y no puedo evitar sentirme ansioso. Mis manos sudan y trato de limpiarlas en mi chaleco de protección lo más que puedo. La secretaria alza su mirada y me regala una sonrisa nostálgica.

—No hay nada que pueda decirte. Shlieman acaba de entrar a cirugía y los doctores no han dicho nada aún sobre su estado. Solo te queda esperar—. Ella me señala unas puertas que da a una sala de espera, pero en el área de cirugía. —Cuando el doctor salga irá a hablar contigo.

Asiento mientras camino hacia donde ella me señaló. Tomo asiento en una de las sillas y siento como mis huesos se tensan por el cansancio. Apoyo mi cabeza contra de la pared, cierro mis ojos cuando los siento pesados y me dejo llevar por el sueño. Aunque no me duermo por completo.

—¡Asher! Vengo a buscar el auto—. Abro mis ojos y Holden me sonríe mientras me da unas palmada en la espalda. —Necesitas descansar amigo.

—No pienso moverme de aquí. Por lo menos no lo voy a hacer hasta que reciba noticias de Shlieman—. Cierro mis ojos nuevamente y escucho como suelta un suspiro mientras se sienta a mi lado.

—El señor Lewiston está muy enojado con Gio. Creo que lo quiere sacar de NASCAR—. Abro los ojos interesados en la información y veo que Holden también está recostado en la pared. Olvide por completo que él estuvo despierto toda la noche conmigo. Sus ojos preocupados se encuentran con los míos.

—¿Qué sucede?

—¿Serías capaz de matar a alguien? — Casi me rompo el cuello cuando me giro a mirarlo.

—Pero, ¿qué dices? ¡Jesús! Claro que no. ¿De dónde sacaste esa idea?

—Le dijiste a Gio, que, si Shlieman dejaba de respirar, él también lo haría. ¿Qué querías que pensara?

—Hablaba de las carreras idiota.

—No lo dejaste muy claro. Además, ¿cómo se supone que va a dejar de respirar conduciendo?

—¡Es una metáfora Holden! — pongo mis ojos en blanco desesperado. No me gusta explicar mucho las cosas y Holden lo sabe. —Él no puede vivir sin las carreras. Así que el diecisiete de julio, en la carrera más importante de NASCAR, lo eliminaré. Es lo que se merece por cabrón.

—Bueno, en ese caso... tienes todo mi apoyo. Saquemos a ese hijo de puta. Ya hizo demasiado daño—. Sonrío un poco cuando lo veo más aliviado. Se levanta de la silla más energético y me pide las llaves del auto. —Es hora de irme adolescente puberto. No quiero preocupar más al señor Lewiston. Además, tengo sueño.

Le entregó las llaves y él me da las de mi auto. Ya sabía yo que en taxi no había venido.

—Te deje un bulto con ropa en tu auto. Por si quieres quitarte el traje de protección.

—Eres el mejor amigo que he podido tener—. Lo abrazo en broma y él ríe mientras me devuelve el abrazo siguiéndome el juego.

—¿Es que acaso tenías otro? — Se suelta de mí y me mira ofendido, pero luego revuelve mi cabello despeinándome por completo. —Debo irme, avísame cómo se encuentra Shlieman cuando salga de cirugía.

—Lo haré. Y por favor llama a la familia de Shlieman. Con todo esto se me olvidó llamarlos.

El asiente y camina hacia la salida. Cuando se va vuelvo a tirarme en la silla y sin más me duermo.

***

—Joven Hiddleston—. Abro mis ojos lentamente, trato de estirarme, pero recuerdo en donde estoy y me levanto rápidamente haciendo que el doctor de dos pasos hacia atrás asustado.

—¿Está bien Shlieman? Dígame que si por favor—. El doctor pone sus dos manos en mis hombros alejándome un poco.

—Está estable. La cirugía fue todo un éxito. Estamos haciéndole unas pruebas y ya pronto podrá entrar a verlo.

—Muchas gracias doctor. No sabe el alivio que me da escuchar esto—. Lo abrazo y puedo sentir como él me rodea con sus brazos incómodo.

—Puedo hacerme una idea. Ahora, ¿quiere soltarme? Necesito ver otro paciente.

—Claro, lo siento—. El doctor me da unas cuantas palmadas en la espalda antes de irse.

No puedo evitar sonreír más animado y busco mi teléfono con rapidez para escribirle a Holden.

Para Holden:

Shlieman está bien. Salió victorioso de la cirugía. ¡Puedes creerlo! Cumplirá su mayor sueño de viajar. Estoy tan feliz por él. Solo deja que la familia lo sepa.

Le doy enviar y llamo a mi padre. Es obvio que tiene que estar asustado. No he llegado a casa, apenas he dormido, corrí en la carrera más larga de NASCAR. He hecho todo eso y aun así mi cuerpo se mantiene con energía. Estoy cansado, pero aún puedo aguantar.

—¿Asher? ¿Estás bien? ¿Por qué no has llegado a casa? Sé que te preocupa Shlieman, pero también debes preocuparte por ti. Llevas un día entero sin descansar como se debe.

—Papá... estoy bien. Créeme lo estoy, no sé cómo, pero al parecer mi cuerpo está resistiendo—. Lo escucho suspirar y sonrío porque de seguro estuvo como un loco, tratando de salir del trabajo antes para venir a verme y llevarme a casa.

Algún día me vas a matar de la preocupación Asher, ya lo verás. Cuando salgas de ese hospital quiero que me llames, ¿oíste?

No, no te escuche.

—¿Asher? ¿Asher está ahí? ¡Hiddleston!

—Te llamó en unos minutos papá—. Me dice que no le cuelgue, pero ya yo lo hice. No puedo despegar la vista de la persona que tengo al frente mío y por lo que veo ella tampoco puede.

—¿Asher? ¿Qué haces aquí? — Su voz suena cautelosa. Es como si nunca hubiera esperado encontrarme aquí.

—Debería hacerte la misma pregunta, ¿no crees Amahia?

Silencio. Camino un poco para estar más cerca de ella y veo en sus ojos la desesperación. No quiere que descubra algo y sabe que al encontrarme aquí descubriré una pieza de su pasado.

—¿Conoces a Shlieman?

Su silencio es la respuesta que necesito. Veo como ella cierra sus ojos con frustración. No quería que supiera eso, pero al parecer los secretos están saliendo poco a poco.

Ay pequeña pilar, no te enseñaron que mentir es malo. Al final siempre se sabe la verdad.

Life in reverse✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora