10 de julio de 2010
Siete días para la carrera más importante de Nascar.
Dos semana de puro entrenamiento. Y todavía me queda otra semana para seguir practicando.
Mi vida se a reducido a correr. Todos los días venimos a Nascar. Hay días mejores que otros y puedo decir que mejoré mucho con las curvas. No lo hago perfecto, pero al menos estoy ganado más tiempo.
La práctica de hoy comenzó a las doce de la tarde. Es la práctica más larga que he tenido en mi vida. Son las seis de la tarde y todavía yo estoy en la pista. Claro que mi novia me a dado tiempo para descansar todas las horas, pero como quiera siento que me pierna ya no aguanta más.
—Detén el auto en los pits, por favor.
Ni siquiera lo pienso. Me detengo rápidamente en los pits y veo como Amahia se acerca mientras Holden revisa el auto. Mi novia abre mi puerta y me extiende una mano para ayudarme a bajar.
—Lo hiciste bien amor, pero ahora necesito que seas el copiloto. Tengo que enseñarte otra técnica y solo la vas a aprender si me ves conduciendo—. Subo mi visor para verla a los ojos directamente. ¿Está diciendo que va a conducir su auto?
—¿Estas segura? No quiero obligarte a nada—. El señor Lewiston se acerca y la ayuda a poner su chaqueta de protección y le da su casco. Ella me sonríe y asiente.
—Estoy muy segura. Me siento lista para enfrentar esta batalla. Así que sube al auto.
Amahia se pone el casco y sin decir nada más se sube. Yo todavía no lo puedo creer, pero como no quiero que se arrepienta me subo rápidamente en el lado del copiloto. Me pongo los cinturones y veo todos los movimientos que hace Amahia.
—¿Me escuchas?
—Sí.
—Bien. Hagamos esto.
Ella pone el primer cambio y saca el auto de la zona de los pits. Su velocidad no es lo más rápida cuando salimos. De hecho, parece que Amahia está estudiando todo a su entorno y como si estuviéramos calentando el auto antes de comenzar la carrera. Aunque la verdad es que se está familiarizando con todo nuevamente. Puedo ver hasta sus dedos temblando y quiero pensar que es por la adrenalina y no por miedo.
Ella se detiene en la línea de meta y sube su visor para mirar con más claridad. Su dedo índice delinea las palabras del volante una por una y puedo ver sus ojos humedecerse porque al fin está de vuelta, al fin se siente lista para volver a sentir que correr es vida.
Ella parpadea varias para alejar las lágrimas y cierra su visor. Acelera el auto a su máxima potencia y cuando coloca su mano en la palanca de cambio mi corazón se acelera. Me siento más emocionado que ella en estos momentos y ni siquiera soy yo el que está enfrentando sus temores.
Holden, el señor Lewiston y Grecia que acaba de llegar, está grabando todo. Creo ver como Holden brinca con un cartel que dice chica misteriosa. No puedo evitar reírme a carcajadas y por el auricular puedo escuchar la risa de Amahia.
Ella vuelve acelerar el auto y cuando el semáforo pone la luz verde arranca a toda velocidad haciendo que mi cuerpo se pegue, involuntariamente, al asiento. Amahia da el primer cambio rápido, cuando el auto le pide el segundo ella lo da y rápido pone el tercero. La curva está muy cerca y pensé que ella bajaría algún cambio, pero no, ella acelera y coge la curva cerrada perfectamente. Cuando la termina va abriendo poco para romper la barrera del aire y da otro cambio. La velocidad aumenta a una manera descomunal cuando da el quinto cambio.
La manera en que maneja es increíble. Se nota la seguridad cada vez que da un cambio, no comete ni un error cuando da la curva y en las rectas parece un rayo de lo rápido que va. Llegamos a la curva y ella baja un cambio para cogerla fuera de peligro, hace el mismo procedimiento y cuando llega a la recta da el quinto y el sexto cambio. Cuando creo que no podemos ir más rápido Amahia da el séptimo cambio y la velocidad se triplica. Estamos a la velocidad máxima de este auto cuando pasamos la línea de meta.
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Life in reverse✅
JugendliteraturAsher Hiddleston es un fanatico de las carreras de Nascar. Desde pequeño supo que correr estaba en su sangre. Que la adrenalina era su vida. Ahora, él nunca pensó que con una carrera clandestina iba a cambiar su vida. Con apenas 16 ganó su primera c...
