🏁E P Í L O G O🏁

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20 de septiembre de 2011

Un años y dos meses después.

Termino de cocinar el desayuno sorpresa que le estaba haciendo a Amahia y coloco todo en una bandeja para llevárselo a la cama. Hoy está cumpliendo sus 21 años y a cada bromeamos diciendo que me gustan las mayores.

Hace tres meses decidí comprar mi propia casa e independizarme. Vivir con mi padre no estaba mal, pero quería tener esa libertad de llegar a casa cuando quisiera y tener mi privacidad. La casa no es ni muy grande, ni muy pequeña; tiene cinco cuartos y cada uno tiene un baño, la sala es súper espaciosa y la cocina también. Cualquiera diría que es mucho para mí solo, pero es que estado planeando pedirle a Amahia vivir conmigo y obviamente Adam viene en esa ecuación. Además mis amigos a veces vienen a visitarme y es mejor que tengan su cuarto. La compre en uno de los lugares más caro y seguro del estado. Todavía no olvidó que soy una figura pública al igual que Amahia.

Camino hacia a mi cuarto donde Amahia todavía duerme tranquila. Ella no vive aquí todavía, pero es como si lo hiciera. A veces ella y Adam vienen a visitarme y se quedan a dormir. Es por eso que prepare un cuarto para el pequeño y Amahia no le molesto. Eso debe ser una señal, ¿cierto? Digo, tenemos una relación estable. La amo y a Adam también. Él y yo hemos ido fortaleciendo ese lazo poco a poco y no dudo en decir que lo quiero como un hijo. Entonces, ¿por qué no intentarlo?

Cuando entro a mi cuarto veo Amahia abrazando la almohada mientras duerme plácidamente. Coloco la bandeja con el desayuno en la mesa de noche y me acerco para levantarla.

—Pequeña pilar, es hora que te levantes—. Beso su hombro desnudo y ella se queja por interrumpir su querido sueño. —Vamos amor, quiero felicitarte y darte mi regalo antes de que tu familia entera te acapare.

—Quiero dormir Asher—. Ella hace un puchero todavía con los ojos cerrados y yo aprovecho para robarle un beso que la hace sonreír. —Deja de seducirme.

—Si yo no he hecho nada. Pero si quieres comienzo a desnudarte y entonces te seduzco más a fondo—. Digo divertido y eso la hace abrir un ojo para verme a los ojos. —Ahora si te despiertas, ¿verdad? No puedo creer en lo que te he convertido. Creé una pequeña adicta al sexo.

Ella solo se ríe divertida antes de bostezar y darse la vuelta para verme mejor.

—Buenos días—. Susurra mientras entrelaza sus dedos con los míos.

—Buenos días pequeña pervertida. ¿Dormiste bien?

—Dormí súper bien. Tengo una almohada personal increíble—. Me guiña un ojo y eso me hace reír mientras niego mi cabeza. Siempre que se queda aquí duerme encima de mi pecho, ni siquiera me deja dormir de lado. Aunque eso no me molesta.

—Ya me imagino que almohada es esa. Pero ahora—, tomo el desayuno y se lo ponga encima de sus piernas.— feliz cumpleaños pequeña pilar. No importa que seas mayor que yo te seguiré amando con todas mis fuerzas, te lo prometo.

Ella ríe antes de darme un beso en la boca.

—Gracias amor. Me alegra mucho que me ames aunque te gane por dos meses de diferencia—. Ella mira el desayuno y me dice que tome la bandeja para que ella pueda ir a lavarse la boca. Saco su regalo de mi bolsillo y espero a que vuelva para desayunar juntos. —Ahora si podemos comer.

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