NATIONAL CITY

1.1K 88 0
                                    

Seis meses antes


Era ya de noche. Lena se encontraba en su despacho en L-Corp, sentada en su escritorio, muy seria y con la mirada perdida en el vacío. Tenía delante de ella una botella de Whisky de la que no paraba de beber continuamente, llenando su vaso en cuanto este quedaba vacío. En esos momentos, se encontraba ya muy ebria. Su aspecto no era muy bueno. Su ropa estaba llena de polvo y desgarrada. Su larga cabellera negra estaba muy alborotada y también estaba cubierta de polvo. Una gran tirita le cubría una herida en la frente y sus brazos estaban llenos de arañazos.

Su cabeza no paraba de darle vueltas a lo que había sucedido ese día; un día que, prácticamente, le había cambiado la vida.

A primera hora de la mañana, se había reunido con Kara Danvers y James Olsen para hablar de un nuevo reportaje cuando las oficinas de CatCo sufrieron el ataque de varios miembros de los Hijos de la Libertad, que irrumpieron en el lugar con ametralladoras. Más tarde, se descubriría que un miembro de seguridad, un hombre que perdió a su familia durante la invasión daxamita y lo había ocultado muy bien a la hora de conseguir ese trabajo, les había ayudado a entrar en el edificio. Pero, en esos momentos, todo era caos y descontrol. La gente corría de un lado para otro huyendo de los disparos o se escondía bajo las mesas mientras los enmascarados disparaban indiscriminadamente contra ellos, provocando muchas bajas.

– ¡Morid, amigos de los aliens! –se les oía decir a algunos entre los disparos.

James no lo pudo soportar y no dudó en enfrentarse a ellos utilizando sus habilidades como Guardian. Kara quiso escaquearse para poder transformarse en Supergirl y enfrentarse a ellos, pero Lena la agarró de un brazo.

– Ven, escondámonos en el despacho principal.

A Kara no le hacía ninguna gracia, pero no podía convertirse en Supergirl delante de ella, así que la siguió. Esquivando los disparos, llegaron hasta el despacho principal. Lena corrió a coger su bolso, de donde sacó su pistola y un pequeño aparato con un botón rojo que oprimió. Luego, se colocó junto a la puerta, con la pistola preparada por si alguno de esos terroristas entraba allí.

– Creo que debería salir –insistió Kara –. James podría estar herido.

– No digas tonterías. Es demasiado peligroso. Además, he llamado a la fuerza de choque, estarán al caer.

Kara apretó los puños de rabia. Ella era a prueba de balas. Podría haber salido en cualquier momento y haber reducido y desarmado a esos tipos en un instante. Pero, si lo hubiera hecho, Lena descubriría que era Supergirl y no se quería ni imaginar como reaccionaría al descubrirlo. Recordó en aquellos momentos las palabras de Lillian Luthor diciéndole que su hija algún día descubriría su secreto y la odiaría por haberle mentido.

Finalmente, lo que Lena llamaba la fuerza de choque hizo su aparición. Se trataba de una unidad especial de agentes de seguridad formada por profesionales de distintas unidades militares de élite que ahora trabajaban en el sector privado. Lena los contrató cuando supo que CatCo era objetivo de los Hijos de la Libertad por sus artículos críticos con sus acciones.

En poco tiempo, un grupo de siete hombres y mujeres vestidos con ropa militar negra y portando armas automáticas de último modelo con miras láser irrumpieron en el lugar y acribillaron a los enmascarados, asegurando la zona.

Lena y Kara salieron del despacho. El lugar volvía a ser seguro, pero el espectáculo era dantesco, ya que los Hijos de la Libertad no fueron los únicos muertos. Decenas de trabajadores de CatCo yacían en el suelo, muertos o heridos. James apareció ante ellas. Vivía, pero tenía una herida en el hombro que se taponaba con una mano. Había logrado reducir a unos cuantos terroristas pero, al no tener el traje de Guardian o su escudo, no pudo evitar ser alcanzado por uno de los disparos.

HIJA ROJA (Supercorp)Where stories live. Discover now