ISLA STRYKER

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EPÍLOGO


Semanas depués


Lex Luthor se encontraba en su celda leyendo un libro de filosofía cuando uno de los guardias se paró frente a la enrejada puerta.

– Tienes visita, Luthor.

Sin decir una sola palabra, Lex dejó el libro y se puso en píe, clavando sus ojos en el guardia, quién tuvo que disimular la fuerte inquietud que le producía esa fría mirada. Abrió la puerta de la celda y entró en ella seguido por otros dos guardias. Uno sostenía un arma con la que no paraba de encañonar al preso mientras el otro le colocaba unos grilletes en los píes y en las manos.

Los cuatro salieron de la celda y caminaron por el pasillo lleno de puertas con barrotes. El primer guardia encabezaba la marcha, el guardia de los grilletes llevaba a Luthor y el guardia del arma cerraba la marcha sin perder a reo de vista. Pasaron por una celda donde un preso estaba sentado frente a un tablero de ajedrez. Lex, sin tan siquiera mirarle, le indicó un movimiento que le hizo hacerse jaque mate. Lo mismo se repitió en otras dos celdas.

Pasaron por otra celda donde un preso más privilegiado tenía un aparato de Tv. Lex se paró en seco, con la mirada fija en la pantalla, donde un noticiario mostraba a Lena anunciando su candidatura para las primarias presidenciales ante un gran clamor popular con Kara Danvers a su lado. Todas las encuestas la daban como ganadora, tanto en las primarias como en las presidenciales.

– Normalmente, suelo pensar qué los hermanos mayores deben ser un ejemplo a seguir para sus hermanos pequeños –le dijo el primer guardia –. Pero, me alegro de qué aquí no se haya dado el caso. Tu hermana ya puede contar con mi voto.

Continuaron la marcha hasta llegar a la sala de visitas. Al otro lado del cristal, Eve Teschmacher le esperaba con una gran sonrisa.

– Por favor, dime qué tienes buenas noticias –dijo Lex sarcástico en cuanto los guardias los dejaron solos –. Estos días no abundan mucho.

– Lena ha cancelado definitivamente los experimentos con el Harun-El. Sin embargo, pude hacerme con una muestra.

Lex arqueó las cejas.

– ¿No la habrás traído aquí? –preguntó preocupado.

Eve se apresuró a negar con la cabeza.

– La llevé a un lugar seguro –se puso seria al instante –. Lo malo es qué, cuando Lena descubra que le ha desaparecido una muestra sabrá qué yo la he robado. Soy la única persona, a parte de ella, con acceso a la cámara acorazada –bajó más la voz –. Deberíamos eliminarla. Ahora es más peligrosa qué nunca. Ha sido entrenada en las artes ninja por esa asesina de Tierra-1 y, tras lo de la Hija Roja, su popularidad no hace más que aumentar y todo el mundo la ve como la próxima presidenta de los EEUU.

Lex hizo una mueca de fastidio.

– Ése debería ser yo. Nada de esto habría pasado si esos rusos idiotas me hubieran hecho caso. Tenían un diamante en bruto en sus manos y lo han desperdiciado en su afán por revivir un ideal ya obsoleto. Podían haber utilizado a la Hija Roja para destruir la imagen de Supergirl haciéndola pasar por ella mientras ataca la Casa Blanca. Yo habría aparecido entonces como el salvador de la humanidad y sería yo quién estuviera camino de convertirme en presidente.

Eve meneó la cabeza.

– Lena no sé lo habría creído y hubiera removido cielo y tierra para desvelar tu plan al mundo. Ya la conoces.

Lex sonrió con sarcasmo.

– Ya. Si algo ha heredado mi hermanita de nuestra familia es la testarudez.

– ¿Qué me dices de lo de eliminarla?

Lex negó con la cabeza.

– La covertiríamos en una mártir. Además, mí madre me mataría. Ya tuve que aguantar una buena bronca cuando envié a John Corben a matarla; y eso qué le proporcioné un nuevo conejillo de indias para sus experimentos. Ella cree que aún puede traerla por el "buen camino", pero yo hace tiempo que la di por perdida. Lena es brillante, pero es débil. Se ha dejado seducir por el enemigo y ha traicionado a su propia especie y a su propia sangre. Pero, la verdad, es que es mejor que viva; quiero que esté presente cuando triunfe mi plan.

– ¿Y qué hago yo? Ya no puedo volver a L-Corp, ni a National City.

– Ni tampoco debes continuar en el país. Ve a Europa y reúnete con Ottis en el lugar indicado. Él te llevará a un lugar seguro donde podrás experimentar con el Harun-El hasta que yo pueda salir de este agujero y podremos dar comienzo con la segunda fase de nuestro plan.

Eve sonrió maliciosamente.

– Vamos a hacerlo ¿verdad? –dijo entusiasmada.

Lex asintió con una sonrisa similar.

– Ahora, vete. Es mejor que te largues del país cuanto antes. Cuando volvamos a vernos, yo ya seré libre y el mundo estará más cerca de ser nuestro.

Eve asintió. Se puso en píe y se inclinó sobre el cristal, el cual besó, dejando una muy visible marca de carmín sobre él.

– Hasta la vista, amorcito –dijo antes de marcharse.

Los guardias regresaron y le llevaron de regreso a su celda. Mientras caminaba, una sonrisa diabólica se dibujó en su rostro.


HIJA ROJA (Supercorp)Where stories live. Discover now