L-CORP

646 51 5
                                    

Lena a penas salió ese día del laboratorio. Tal y como le prometió a Sara, había terminado de reparar el extrapolador y había fabricado otro, al cual le estaba dando unos últimos retoques. Mientras lo hacía, su mente no paraba de recordar la noche tan agradable que había pasado con Kara, la cual se moría por repetir esa noche en su apartamento, el cual había reformado para la ocasión.

Aunque no se distraía de su trabajo, no podía dejar de pensar en Kara y las ganas que tenía de volver a verla.

Recordó como las dos despertaron esa mañana con la luz del amanecer, ambas sobre la cama muy abrazadas. Estuvieron un buen rato besándose y acariciándose hasta que llegó la hora de levantarse para ir a trabajar. Mientras ella se daba una ducha y se arreglaba, Kara le hizo el desayuno, empleando su super-velocidad para que este estuviera listo en cuanto saliera del baño. Incluso había tenido tiempo de ir a por unas flores para adornar la mesa. Y no unas flores cualquiera. Se trataba de plumerias, sus flores favoritas.

Ambas desayunaron entre risas y charlas, como si fuesen una pareja de novias. Luego, se fueron para sus trabajos. Kara a CatCo y ella a L-Corp para trabajar en el extrapolador. Antes, las dos quedaron en salir esa noche a cenar; su primera cita oficial como pareja.

Lena estaba muy emocionada con la idea. Pero, desconocía que ese día las cosas no iban a salir como esperaba.

***

El sonido de su móvil, el cual tenía sobre la mesa, la sacó de sus pensamientos. Miró la pantalla y vio que se trataba de Eve Teschmacher.

– ¿Qué quieres? –preguntó ceñuda tras descolgar.

– Señorita Luthor –sonó la servicial voz de Eve al otro lado del aparato –. Me preguntaba si había decidido ya retomar los experimentos con el Harun-El.

Lena se quedó pensativa. Desde que sufrió el ataque en CatCo, había paralizado por completo los experimentos que estaba realizando con la que se conocía como kryptonita negra, enviando a Eve de nuevo a CatCo y guardando el mineral en su cámara acorazada. No había vuelto a pensar de nuevo en él hasta esa llamada. Aunque empezó esos experimentos con gran entusiasmo ante las revolucionarias aplicaciones que ese mineral podía tener en los humanos, a quienes podría dar superpoderes y curar todas las enfermedades, la muerte de Adam en su primer experimento con humanos la dejó muy tocada y sus ánimos se habían enfriado mucho.

– ¿Señorita Luthor...? –insistió la voz de Eve, sacándola de su letargo.

– Ahora mismo estoy ocupada con otros proyectos. Té avisaré cuando retome los experimentos. Ahora, céntrate en tu trabajo en CatCo.

– Pero... –trató de decir Eve cuando Lena pulsó el botón de colgar y dejó de nuevo el móvil en la mesa, continuando con el trabajo en el extrapolador.

Cuando tuvo el segundo extrapolador terminado, lo guardó en su bolso y dejó el de Kara en la mesa donde solía dejar sus proyectos terminados. Miró su reloj. Kara ya debía haber salido de CatCo y estaría al llegar. Fue al baño para arreglarse un poco, ya que quería estar más presentable para ella. No se dio cuenta de que su móvil se había quedado sobre la mesa.

Kara llegó en esos momentos. Llamó a Lena un par de veces sin obtener respuesta, así que dejó su bolso sobre una silla y decidió esperarla allí. En esos momentos, el móvil de Lena comenzó a sonar, llamando la atención de Kara. Se acercó a él para ver quién llamaba. Al ver el nombre de Eve en la pantalla, decidió contestar ella, ya que se creyó que debía tratarse de un asunto de CatCo y podía darle el recado a Lena.

Descolgó y, antes de que pudiera contestar, empezó a sonar la voz de Eve, quién parecía algo impaciente.

– Disculpe qué la moleste otra vez, señorita Luthor. Pero, trabajar otra vez de secretaria en CatCo me parece un paso atrás. Me preguntaba si podría encargarme algún otro proyecto de L-Corp si ha decidido cancelar del todo los experimentos con el Harun-El.

HIJA ROJA (Supercorp)Where stories live. Discover now