DEO

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La sede del nuevo DEO se encontraba en otro edificio pero, por dentro, era muy similar a la anterior; Kara se alegró de que no volvieran a llevarla a otra cueva. Lucy fue hacia la sala de control mientras Lena se dirigía a los laboratorios para empezar a trabajar en la kryptonita y Alex y Kara se encaminaban hacia los vestuarios para cambiarse de ropa.

– ¿Cómo va la cosa? –le preguntó a la agente Vasquez, que se había reenganchado en el DEO después de haber estado trabajando para la CIA.

– De momento nada, directora Lane. Sabemos que los soldados que se unieron a la Hija Roja cogieron varios barcos de la armada rusa y salieron de Rusia. Tratamos de localizarlos, pero la Hija Roja ha destruido nuestros satélites y destruye todos los drones que enviamos a la zona para investigar.

– Seguid buscando. Esa flota podría llegar a nuestras costas en cuestión de días o, en el peor de los casos, en cuestión de horas.

Vasquez asintió. Iba a volver a su trabajo, pero se detuvo y se dio la vuelta para decirle algo que había recordado en esos momentos que tenía que decirle.

– Por cierto, directora. Hay algo que debería saber.

– ¿De qué se trata? –preguntó Lucy ceñuda ante el tono de preocupación de la agente.

– La Agente 52 está aquí con su unidad.

Lucy abrió los ojos como platos.

– Pedí expresamente que no viniera –dijo con brusquedad –. Informé debidamente que iba a traer a Alex Danvers. Esto podría provocar un conflicto personal, y eso es lo último que necesitamos en estos momentos.

– Lo sé. Pero es una orden directa de la presidenta. Cree que la unidad Blackbird puede ser más útil en National City que en Gotham. Además, la Agente 52 conoce bien esta ciudad.

Lucy se masajeó las sienes mientras se maldecía.

– Dime donde está en estos momentos. Tengo que hablar con ella antes de que Alex la vea.

– ¿Ver a quién? –escuchó la voz de Alex tras ella.

Se volvió sobresaltada, encontrándose de frente a Alex, vestida con el traje especial que Winn creó para ella, y a Kara, ya vestida como Supergirl. Ambas la miraban muy serias con los brazos en jarras. Lucy alzó una mano en señal de paz antes de continuar.

– Lo siento, Alex, esto no estaba previsto. De haberlo sabido, no te habría traido aquí. O, al menos, te habría avisado antes.

– ¿Avisarme de qué? –preguntó Alex cada vez más extrañada – ¿Qué está ocurriendo aquí?

Lucy respiró hondo antes de contestar.

– Verás. Cuando la presidenta restauró el DEO, también decidió reforzarlo creando unidades especiales en colaboración con otras fuerzas del orden, como la policía o el ejército. Acaban de comunicarme que Blackbird, una unidad creada en colaboración con la policía de Gotham City, ha llegado como refuerzo y yo no sabía nada. Se suponía que debía quedarse en Gotham por si el payaso o alguno de los otros lunáticos de esa ciudad decidieran aprovechar el ataque de la Hija Roja para hacer de las suyas. La presidenta tomó esta decisión sin avisarme.

– ¿Y eso que tiene que ver conmigo? –dijo Alex, cada vez más extrañada –. Ni siquiera sabía de la existencia de esa unidad hasta ahora.

– El problema no es con esa unidad, es con quién la comanda. Se la conoce como la Agente 52.

Alex arqueó las cejas al mismo tiempo que Kara.

– ¿Quién es la Agente 52...?

– Soy yo –sonó una voz muy familiar detrás de ella.

HIJA ROJA (Supercorp)Where stories live. Discover now