UZBEKISTÁN

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El ejército ruso terminaba de masacrar lo poco que quedaba de la resistencia local. El ejército uzbako había presentado una feroz resistencia, lo mismo que la población del país, que se había levantado en armas contra el invasor. Pero, fue inútil. Cuando vieron volando en el cielo el arma de los rusos sabían que tenían la batalla perdida. Aún así no se rindieron y combatieron hasta ser pulverizados.

Finalizada la batalla, la Hija Roja aterrizó en medio un paisaje desolador, lleno de cadáveres, edificios destruidos y vehículos militares en llamas, contemplando todo aquello como un artista cuando contempla su obra terminada.

Era la viva imagen de Supergirl. Su mismo rostro, su misma cabellera rubia, su mismo cuerpo tonificado, sus mismos ojos azules... Incluso el traje que llevaba era muy parecido, solo que era de color gris, sin falda y con la Hoz y el Martillo reemplazando la S del pecho.

El oficial que comandaba a las tropas rusas se acercó a ella.

Buen trabajo. A Sídorov le agradará saber que este país ya ha caído.

¿Cuál es el próximo objetivo? –preguntó la mujer sin mirarle.

Sídorov quiere que vuelvas a Moscú para trazar la próxima estrategia. Creo que ha decidido atacar ya el este de Europa, lo que podría provocar que las potencias occidentales por fin intervengan y los americanos lancen su arma contra nosotros.

La Hija Roja puso una sonrisa diabólica.

Bien. Estoy deseando vérmelas con ella.

Nosotros nos quedaremos aquí terminando de asegurar toda la zona.

Pues no pierdas el tiempo hablando conmigo y volved al trabajo –le ordenó con brusquedad.

El oficial asintió y se volvía para sus hombres cuando, de pronto, la mujer se llevó las manos a la cabeza y cayó al suelo, empezando a revolverse de dolor. El oficial y varios soldados se colocaron a su alrededor mirándola con preocupación, pero con poca sorpresa. No era la primera vez que la Hija Roja sufría un ataque de ese tipo, ya había sufrido varios desde que la encontraron. Los médicos la examinaban después y no encontraban nada, por lo que no le daban mucha importancia a esos ataques.

Sin embargo, ese día era diferente. Nunca le había dado un ataque tan fuerte y que durara tanto. Normalmente, solían durar unos segundos, pero aquel estaba durando minutos. El oficial estaba aterrado. Si la Hija Roja moría bajo su mando, Sídorov lo ejecutaría. Para colmo, no podía hacer que los médicos la miraran, ya que cualquiera que se acercara podría recibir un golpe que sería mortal. Ya ocurrió la primera vez que le dio un ataque.

Finalmente, la Hija Roja dejó de revolverse y se puso en píe. Sin embargo, no hizo nada más, se quedó inmóvil dándole la espalda a los soldados.

¿Se encuentra bien, camarada? –preguntó el oficial extrañado acercándose a ella lentamente y con cautela.

La mujer se volvió y sonrió maliciosamente.

Mejor que nunca... –dijo con una extraña voz que no habían escuchado nunca. Una voz que parecía distorsionada.

Acto seguido, sonrió de forma sádica y, con su mirada calorífica, fundió al oficial ante el asombro de los soldados, que empezaron a disparar contra ella pese a que sabían que era inútil, ya que las balas rebotaban en su cuerpo. Ella se puso a reír mientras comenzó a fundirlos uno por uno hasta que los soldados que quedaron vivos se rindieron ante ella.

Si no queréis morir, haréis lo que os ordenes ¡Arrodillaos ante mí! –los sondados obedecieron y se postraron ante la mujer –. Se acabó perder el tiempo en estas estúpidas guerras. Tenemos un cometido más importante. Si me seguís en esta misión, os entregaré este mundo en bandeja.

Los soldados asintieron aterrados. Ninguno se atrevía a hablar, tan solo uno sacó el valor suficiente.

P... Perdone, camarada –dijo con voz temblorosa – ¿Está enterado Sídorov de esto...?

La Hija Roja fue hacia él hasta colocarse justo enfrente y mirarlo por encima de su nariz.

Sídorov lleva mucho tiempo jugando conmigo y con vosotros. No es más que un hombre insignificante que se ha autoplocamado rey. Pero su reinado ha terminado. Yo misma se lo haré saber.

Tras decir esto, salió volando mientras los soldados comenzaron a hablar entre ellos. Mientras se alejaba volando, la Hija Roja volvió a sonreír de forma diabólica al tiempo que sus ojos se volvían rojos durante unos segundos.

HIJA ROJA (Supercorp)Where stories live. Discover now