L-CORP

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Unos días después


Poco a poco, las cosas estaban volviendo a la normalidad. En Rusia se había restaurado el régimen anterior al golpe de Sídorov y había comenzado la reconstrucción del país y de los estados invadidos con ayuda internacional. Los soldados rusos capturados en National City fueron repatriados a Rusia para que fueran juzgados allí, mientras que la Hija Roja fue recluida en una celda del DEO hasta que fuera construida una prisión especial solo para ella, cuya ubicación sería un secreto que solo conocerían la presidenta, Lucy, como directora del DEO, y Lena, ya que L-Corp sería la encargada de construirla con trabajadores que serían enviados al lugar con los ojos vendados.

Mientras se reconstruían los daños de la batalla, National City había vuelto a la normalidad. En cuanto al resto del país, la invasión rusa había hecho que la gente estuviera más unida. Los movimientos anti-alienígenas estaban disminuyendo, debilitando aún más a los Hijos de la Libertad, que aún seguían activos, alentados por Lockwood desde la cárcel, pero con muchos menos seguidores.

Todo gracias a Lena. El que fuera ella quién derrotara a la Hija Roja y, además, le salvara la vida a Supergirl, hizo ver a los humanos que no eran tan débiles como creían frente a los alienígenas y no necesitaban superpoderes para defender la Tierra. Esto estaba convirtiendo a Lena en toda una heroína nacional. A la gente ya no le importaba que fuera la hermana de Lex Luthor, en todas partes la admiraban e idolatraban; incluso muchas niñas querían ser ella cuando jugaban a las superheroínas.

Lena se encontraba en esos momentos trabajando en su despacho, pero no pudo evitar mirar de vez en cuando las noticias en su portátil para ver como hablaban de ella y como, por primera vez en mucho tiempo, no la juzgaban por su apellido. También le gustaba ver como los medios se disculpaban con Kara por haber creído que era Supergirl.

Kara entró en el despacho en esos momentos portando un ramo de plumerias.

– ¿Qué haces aquí? –preguntó con una sonrisa de sorpresa mientras cerraba el portátil.

– ¿No puedo venir a ver a mi novia al trabajo? –le entregó las flores, las cuales Lena recogió gustosa y las puso en un jarrón.

– Me alegra verte, pero ahora estoy ocupada.

Kara miró el portátil cerrado y sonrió de forma picarona.

– Ocupada, ya ¿Estabas otra vez mirando titulares sobre ti o querías ver si seguías siendo trending topic?

Lena soltó unas carcajadas.

– No me culpes por querer disfrutar de mis quince minutos de fama.

Kara arqueó las cejas.

– ¿Quince minutos? Por favor, Lena, eres la nueva esperanza de América. La gente te adora. El apellido Luthor ya no es sinónimo de muerte y destrucción. La L está reemplazando a la S como símbolo de esperanza. Estamos ante un nuevo amanecer, y todo es gracias a ti.

Lena empezó a ruborizarse.

– Venga ya, Kara, no exageres otra vez.

– Deja de ser modesta de una vez, Lena. Por fin tienes lo que querías. Que la gente te valore por lo que eres capaz de hacer y no solo por tu apellido.

Lena sonrió, esta vez de forma más enternecedora.

– Y todo te lo debo a ti. Jamás hubiera logrado todo esto si no hubieras aparecido en mi vida.

– Lena, por favor... –dijo Kara, quién era la que empezaba a ruborizarse.

Con una sonrisa más malévola, Lena se recostó en el respaldo de su sillón giratorio y le hizo el gesto de venir con el dedo. Kara no dudó en rodear el escritorio y sentarse sobre sus rodillas. Le rodeó el cuello con los brazos y la besó apasinadamente en los labios; beso que Lena pronto le devolvió.

HIJA ROJA (Supercorp)Where stories live. Discover now