NATIONAL CITY

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Eran ya altas horas de la noche. Sam y Alex llegaron a casa bastante cansadas de dar esplicaciones a la prensa, a la policía y al DEO. Antes de irse a la cama, decidieron pasar por la cocina y tomar unos vasos de leche caliente para relajarse.

– Creía que esta noche no iba a terminar nunca –dijo Sam bastante agobiada.

– Bueno, todo ha pasado ya –dijo Alex tratando de tranquilizarla.

– No creas. Mañana en L-Corp me tocará dar más explicaciones. Y a Lena también. Ha organizado una entrevista para intentar explicar lo de la identidad de Supergirl.

– Espero que tenga suerte.

Una vez calentaron los vasos de leche en el microondas, se sentaron en la isla de la cocina. Sam estaba más tranquila, pero aún seguía alterada.

– Lo que más me ha fastidiado es esa periodista que nos ha echado en cara que celebraramos la fiesta con todo lo que está pasando actualmente en el mundo. Era para darle un puñetazo.

– Bueno, el mundo está al borde de la Tercera Guerra Mundial.

– Lo sé, Alex. Pero no creo que por eso debamos dejar nuestra vida a un lado. Lo que pasó con Reign me hizo ver que la vida es muy corta y hay que aprovecharla. El mes que viene es el cumpleaños de Ruby y, aunque la crisis en Rusia no haya terminado, pienso celebrar una gran fiesta, como cada año. Si es el último cumpleaños que celebra mi hija, lo hará por todo lo alto.

Alex se quedó pensativa. Lo que su novia estaba diciendo le hizo reflexionar y le animó a tomar esa decisión que tanto había estado postponiendo. Inesperadamente, se puso en píe y se bebió el vaso de lecha de un solo trago ante la mirada extrañada de Sam.

– ¿Qué haces, Alex? –preguntó ceñuda.

– Algo que tenía que haber hecho hace tiempo –respondió Alex limpiándose con la manga los restos de leche de su boca.

Ante el asombro de Sam, se inclinó frente a ella clavando una rodilla en el suelo al tiempo que le cogía una mano.

– Ojalá te hubiera pedido esto antes y en mejores circunstancias, pero cometí el error de esperar –los ojos y la boca de Sam se abrieron mucho al darse cuenta de las intenciones de su novia –. Samantha Arias ¿Quieres casarte conmigo?

Sam estaba tan emocionada que no podía articular palabra alguna, limitándose a mirar, boquiabierta y con los ojos húmedos, a Alex, a quién esos segundos en los que esperaba la respuesta de su novia se le hacían eternos

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Sam estaba tan emocionada que no podía articular palabra alguna, limitándose a mirar, boquiabierta y con los ojos húmedos, a Alex, a quién esos segundos en los que esperaba la respuesta de su novia se le hacían eternos.

Si... –respondió Sam finalmente –. Por supuesto que si.

Se arrodilló frenta a Alex y ambas se abrazaron con fuerza dándose un apasionado beso en los labios. Luego se quedaron mirando con una gran sonrisa cada una. Sin embargo, la sonrisa de Alex desapareció cuando quiso sacar el anillo de pedida de uno de sus bolsillos pero este ya no estaba allí.

HIJA ROJA (Supercorp)Where stories live. Discover now