NATIONAL CITY

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En su despacho de L-Corp, sentada tras su escritorio, Lena sonrió mientras leía el mensaje que Kara le acababa de enviar al móvil diciéndole lo mucho que la echaba de menos pese a que solo hacía unas horas que no se veían. Ella se encontraba en esos momentos en CatCo, donde Lena la había acompañado esa mañana para anunciar su regreso y pedirle a James que la pusiera al corriente de todo. Le hubiera gustado quedarse allí el resto del día y estar más cerca de Kara, pero tenía asuntos que atender en L-Corp. Por lo que regresó a la sede de la compañía tras la presentación y la reunión con Olsen.

Los asuntos a los que tenía que atender no estaban relacionados con la empresa. Había continuado inspeccionando los documentos que Alex le había dejado y otros documentos con los que se había hecho tras cobrarse unos favores de Europa del Este.

Todo lo que encontró en ellos le confirmó sus sospechas. Aquel tipo de París y Sídorov no solo coincidieron en el KGB, también estudiaron juntos en la Academia Militar Frunze. Terminada la Guerra Fría, ambos llevaron caminos diferentes tras la caída de la URSS. Sídorov se reenganchó en el ejército de la recién creada Federación Rusa, donde no era muy apreciado por sus fuertes ideas pro-soviéticas, pero su amplia experiencia militar y tener amigos poderosos evitaron su destitución. Por su parte, el tipo de París, de nombre impronunciable, continuó en la Inteligencia Rusa un tiempo, pero tuvo que huir de Rusia cuando se descubrió que tenía tratos con las mafias del país. Se estableció en la capital francesa donde, utilizando los contactos que tenía en el KGB, se convirtió en un proveedor a nivel mundial de asesinos a sueldo.

Todo parecía indicar que la relación entre él y Sídorov había finalizado, pero un documento clasificado de Kasnia que un amigo le había hecho llegar demostraba que le había proporcionado asesinos a Sídorov para acabar con varios líderes rebeldes kasnianos, lo que demostraba que ambos aún habían mantenido contacto entre ellos. Así que no le cabía ninguna duda. Sídorov era quién la quería muerta y el tipo de París le había ayudado. Seguramente, fue Sídorov quién hizo que lo asesinaran para cubrir sus huellas tras la caída de la Liga de las Sombras. Si ese tipo era capaz de matar a miles de inocentes por un ideal obsoleto, no le costaría nada eliminar a un amigo y antiguo camarada.

La gran pregunta era por qué la quería muerta. Ella no tenía ninguna relación con él y L-Corp a penas tenía intereses en Rusia.

Entonces, recordó lo de esa misteriosa arma que poseía y el suceso ocurrido en la frontera entre Turquía y Georgia del que le habló Alex. Fue entonces cuando una terrible suposición le vino a la mente. El arma que poseía Sídorov era una kryptoniana y, peor aún, una copia exacta de Supergirl. Por eso querían matarla. Sídorov debió descubrir que ella sabía fabricar kryptonita, el único material en el mundo que puede dañar a los kryptonianos

Aún quedaba la pregunta de como Sídorov se había hecho con una réplica de la chica de acero y de donde había salido esta. Entonces, otra suposición, esta más aterradora, llegó a su mente.

¡El Harun-El!

Sam le contó como, en su última batalla contra Reign, Kara utilizó el Harun-El para llevarlas a ella y a Reign al Valle Oscuro. Pero le dijo también que, cuando hizo aquello, se produjo una gran explosión de energía. El Harun-El podía separar los cuerpos de los kryptonianos, quizás también podría duplicarlos. Puede que Supergirl, sin saberlo, creara una réplica suya y que esta cayera en Rusia o en algún lugar donde Sídorov logró hacerse con ella y utilizarla en su loco plan de restaurar la Unión Soviética.

***

Unos golpes en la puerta la sacaron de su letargo. Alzó la mirada y vio a una sonriente Sam entrar por la puerta. Lena le devolvió la sonrisa.

HIJA ROJA (Supercorp)Where stories live. Discover now