Un Nuevo Camino.

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La cena se había salido de control. Ambas chicas calmaron a los alfas que eran Naruto y Kakashi.

Karin y Naruto se fueron por insistencia de la pelirroja, no sin antes dale una mirada a Hinata, quien se encontraba analizando la situación. El uzumaki le susurró un hablamos luego y salió del negocio.

Nunca había deseado tanto matar a alguien en su vida. Y no estaba enojado con el viejo Hatake, sabía lo arpía que podían ser las insinuaciones de Karin, era obvio que Hinata respondería de tal manera.

Kakashi vio como se marchaba su colega para después ver como se encontraba su cita. Acababa de exponer sus sentimientos, cosa que aún no deseaba hacer, pero esa chica queria humillar a Hinata, y por todo lo que representaba no lo permitiría.

Tomó aire y se acercó a su asistente. A pesar de las emociones vividas, ella parecía que se encontraba en calma. Pensaba que tal vez había hecho caso nulo de sus sentimientos, y si así era lo iba a respetar.

Hinata era hermosa, digna de alabar todo el tiempo, y si él no le tocaba hacerlo se retiraría del camino con una sonrisa.

Su jefe pagó la cuenta y se ofreció llevarla a casa luego de preguntarle como se encontraba.

Y no estaba bien.

Su realidad nuevamente le golpeaba en la cara diciendo que jamás estaría con el amor de su vida, ya que él no la amaba. Él deseaba a una mujer de pechos pequeños y piernas pequeños que fuese estúpidamente feliz, y ella se preocupaba incluso por los perros de la calle.

Estaba tirando la toalla.

Mientras su jefe conducía lo observaba con atención. A pesar de tener treinta y cinco años lucia joven, era gracias al estilo de vida que tenía.

Era agradable trabajar y hablar con él, si algo le incomodaba podía comentarlo con él sin ningún problema.

Kakashi siempre se encontraba hablando de como Hinata era la mejor en su campo.

¿ Qué tenía que perder?

Si seguía esperando a Naruto le habría dado paso a que continuara con su venganza de juventud. O tal vez ya la había finalizado esta noche.

El mayor se estacionó en el departamento de Hinata. Había disfrutado la cena y quería que su asistente descansara. Hasta entendería que ella llegara con su renuncia el día de mañana.

— sr. Hatake ¿podemos hablar en mi departamento, por favor?

Su jefe aceptó desconcertado. Y por primera vez en mucho tiempo tenia miedo de lo que fuese a tratar. Él era un caballero, además era Hinata, él nunca le diría que no.

El apartamento de su asistente era acogedor a comparación de su pen house en el centro. Estaba decorado sencillamente, y podía notarse la limpieza en todas partes. Pero lo que le llamó la atención fueron los miles de girasoles que invadían el lugar.

— vaya señorita, veo que es fanatica— dijo su jefe al entrar a la estancia.

Al ver una nota que contenía un arreglo inmediatamente supo que eran de Naruto. Era la misma florería que se encargaba de arreglar los eventos de los congresistas.

— tomé asiento por favor sr. Hatake. Espero y no le molesten los girasoles.

— para nada srita. Hinata. Es su hogar, además son hermosas. Sabe quien las envia por supuesto.

— no sr. Vienen todas las mañanas, pero no viene con el nombre. Supongo que tengo un admirador secreto.

— así es señorita.

Todos los cabos se ataron. Naruto estaba enamorado de Hinata, pero el la había lastimado en cierta forma. Sentía que no debía intentar algo con ella en tal estado, pero su corazón pedía a gritos amarla con locura.

Quería sanar su corazón.

— srita. Hinata, no quiero ser descortés con usted, ya que ambos hemos sufrido muchas emociones esta noche. Así que esta vez le pido por favor que hablemos de lo que desee hablar.

Kakashi sin darse cuenta jugaba con sus dedos. Estaba entre dos caminos de respuestas, y ambas lo ponían ansioso. En cambio Hinata tomó asiento en frente de él no sin antes ofrecerle un vaso con agua, cosa que él rechazo.

— sr. Hatake he meditado en su declaración del restaurante, creo que fue la forma y lugar menos indicada. Pero algo linda.

— ¿disculpa?

— sr.... Kakashi, lo que quiero decirle es que estoy intrigada con sus sentimientos. Nadie jamás se había interesado en mi, me halaga mucho.

Kakashi observaba detenidamente a Hinata, como si estuviese contando lo más grandioso del mundo.

— siempre soy a la que miran feo, a la amiga que quieren presentar con el amigo desesperado. A la nada estética. Esa es Hinata Hyuga, solo trato de saber por qué a mi kakashi.

Sin darse cuenta Hinata comenzó a llorar en el sofá. Kakashi fue a su lado y la cogio en un abrazo, ella ni siquiera se había dado cuenta en lo hermosa que era. Que los estandares de belleza eran una mierda y que él quería estar a su lado.

— solo sé que estoy encantado contigo Hinata. No espero que me correspondas, pero si me lo permites. Quiero hacerte la mujer más feliz del mundo.

— ¿enserio?

— si Hinata, pero primero quiero que te aceptes tú primero. Y que ninguna chica delgada te haga menos otra vez.

Hinata aceptó dejando de llorar, el mayor nuevamente tomó sus mejillas y las hundió en un hermoso beso.

Era tranquilo, suave. Apasionado pero a un ritmo lento. Kakashi quería trasmitir todo lo que sentía por Hinata, por loco que sonara todo, quería quitar a Naruto de su corazón.

Dímelo dos veces |Naruhina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora