La joven Hinata seguía yendo a terapia a pesar de sentir que no les estaba funcionando. Necesitaba distraerse de todo lo que estaba ocurriendo y sus amigas le insistían en que fuera.
Su mente y alma no era era la de antes, hace tiempo que no se sentía ella misma. Deseaba volver en el tiempo donde bailaba en las mañanas y cantaba en la regadera. Ahora era una batalla ganada si se levantaba de la cama para ir a trabajar.
Su cabello estaba cada vez más largo, ya no lo recortaba tan seguido y no le importaba. Ahora sus ojos lucían unas ojeras cansadas por falta de sueño.
En el trabajo le iba muy bien a pesar de estar distraída todo el tiempo, su jefe y compañeros le hacían todo más ligero para que se sintiera mejor.
Su vida se había vuelto un infierno desde que apartó a Hinata Hyuga de su vida. Cometió el error más grande de su vida.
Destrozó su hogar de lo ebrio que estaba y no solo eso. Chocó uno de sus autos.
Las noches de juerga se volvieron más continuas, el desparramiento de su dinero se vio reflejado en sus estados financieros. Era un desastre.
Su prometida se quedaba en su casa al verlo en tal mal estado, a pesar de que él la rechazó desde un principio, ya no pudo deshacerse de ella.
Su madre al ver su compromiso quedó sorprendida. Ninguno de su familia sabía que tenía una relación, mucho menos que deseaba casarse. El nombre de Hinata Hyuga estaba escrito en su casa, juró que ella sería con quien se casaría y formaría una familia. Pensó Kushina que así sería.
El día de la fiesta de compromiso Naruto se encontraba en un estado de ebriedad pasajera. Llevaba días tomando y esa mañana no fue la excepción. Un dolor de cabeza le invadía con los flash de las cámaras, y su irritación crecía cuando escuchaba reír a su candente prometida.
- Naruto es el amor de mi vida.- Escuchó decir a Shion cuando le preguntaron por Naruto.
El vestido que lucía costó una fortuna, ella sin ser nada ya gastaba el dinero de Naruto por montones, justificando diciendo que su prometida merecía lo mejor. Él no le decía nada con tal de deshacerse de ella por una horas, incluso le decía que si a los ridículos trajes que ella escogía para él.
El anillo de compromiso lo compró ella misma.
En toda la noche pensó cómo sería si Hinata estuviera esta noche. Ella estaría de tímida con toda la gente de alta sociedad reunida esta noche. Se vería hermosa tan solo con un vestido que ella luciría elegantemente. No necesitaría joyas ni vestidos de millones para verse hermosa, ella ya era un diamante inigualable.
Su mente viajó hasta la última noche que la vió, y deseó estar ahí.
Le había mandado un mensaje a Sasuke para que asistiera a la fiesta. Pero ni siquiera él se atrevió ir a tal espectáculo de circo.
Días después Ino Yamanaka se presentó en la oficina haciendo un escándalo. Se encontraba revisando casos pendientes, clientes que se encontraban inconformes con sus servicios, hasta que Shion llegó a fastidiar con una minifalda y su voz chillona.
- Vamos a comer hoy.
-Tengo trabajo que hacer.
-Nunca quieres hacer nada conmigo.
- Y ya sabes y aún así insistes en hacerlo.
Shion trató de convencerlo sentándose en sus piernas, su coquetería funcionaba en cualquier hombre que ella quería. Ninguno se resistía a sus encantos.
Todos excepto Naruto.
- Tú y esa arpía que tienes en las piernas saben que esto es una farsa.-Dijo Ino mientras aventaba los papeles del escritorio al suelo.
Y tenía razón.
Naruto fue a visitar a su madre después de mucho tiempo. Lo había invitado a comer para conmemorar su compromiso tan repentino. No tenía ganas de ir, pero su madre había insistido tanto que no pudo negarse.
Cuando lo vio llegar lo recibió con un abrazo que solo una madre puede dar. Un peso se quitó de encima cuando sintió el calor de su madre, y quiso romperse a llorar.
- No puedo creer que ya vayas a casarte. Y con una chica que jamás mencionaste. Karin la mencionó pero no pensamos que tuvieras algo que ver con ella.
Su madre bebió su taza de café despacio.
- Solo sucedió mamá, no es para tanto.
- Naruto, es sobre pasar tu vida con alguien, no lo puedes tomar a la ligera.
- Si puedo.
Un silencio incomodo se formó en el ambiente. Era su madre y aún así sentía que no podía comunicarse con ella.
- Naruto, y que pasó con Hinata ...
- Mamá por favor.
Naruto se levantó de la mesa molesto y se dirigió a donde era su antigua habitación. Todo estaba tan intacto, incluso su escritorio se encontraba con los papeles que el dejó antes de irse a estudiar la universidad.
Se acercó tomó los primeros papeles que se veían. Eran cartas, cartas que él escribió hace tiempo.
" Querida Hinata:
A pasado días desde el accidente en la cafetería y enserio lo siento. No debí de reaccionar de tal manera y asustarte. Debí de hablar contigo desde un principio ya que todo fue un accidente. Solo sé que soy un idiota y espero aceptes salir conmigo. Podemos salir a pasear y a comer algo. Tal vez una de esas malteadas que tomas mucho. O lo que más quieras, solo acepta salir conmigo. Me harías el más feliz de todos."
Su primer amor había sido Hinata y tal vez siempre sería ella. Shion era atractiva pero no era lo que estaba buscando, en el fondo era el colegial que se enamoró por primera vez. Ni siquiera estando en la universidad pudo olvidarla, ni con las modelos con las que salió alguna vez.
Después de todo este tiempo siempre había sido ella , a pesar de intentarlo no pudo. Su corazón la necesitaba más que nada, y cuando creyó que ya estaba por olvidarla, ella se cae en su oficina haciendo el ridículo como hace años.
Cuando la vió en su oficina sintió que la vida que estaba dando una oportunidad más, cosa que también arruinó.
Su corazón siempre será de Hinata.
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Dímelo dos veces |Naruhina|
FanfictionHinata Hyuga siempre ha sido torpe y muy despistada. Eso si, tiene un corazón de oro que hace que todos la amen. Naruto Uzumaki es él único que no cae en sus encantos, incluso tiene un pequeño odio hacia ella.