Ecuentros cercanos de otro mundo

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5 años después ...

Toda la oficina se encontraba patas arriba desde hace una semana. Ya que el antiguo director se había jubilado y había dejado todo en manos de su heredero.

Los jefes casualmente se paseaban por las oficinas, ya que en Seattle solo se encontraba la más grande sucursal, la base central se encontraba en New york.

Para ser una línea de abogados, era la más grande del país. Contaba con lo mejor de lo mejor en servicios legales y contaban con el 90% de casos ganados, por eso todo tenía que estar perfecto.

Hinata Hyuga corría de un lado al otro con papeles en mano. Imprimiendo documentos y sacando copias. Ella era solo la secretaria del jefe de la central, su mano derecha. Ya que su jefe era un completo imbécil, se la pasaba acosando a las trabajadoras todo el tiempo. Asi que ella terminaba haciendo su trabajo.

Era estúpido de su parte, pero no se quejaba.

Jiraya después de estar ligando con Tsunade Senju, jefa de recursos humanos, convocó una junta urgente.

Mientras tanto, Hinata conversaba con Ino Yamanaka. Quien había sido su amiga desde que había comenzado a trabajar en el despacho. A veces salían y Sakura se unía con ellas. Las tres eran mejores amigas.

— Hinata ¿puedes venir un momento? - habló Ino.

Hinata corrió hasta el escritorio de la rubia, quien también tenía papeles por doquier.

— Hinata me voy a volver loca, ayudame a entregar estos papeles a la oficina de Jiraya antes de la junta. De hecho tiene que ser antes.

Hinata ya tenía papeles hasta el cielo, muy apenas podía entregar sus pendientes. Pero vio a su amiga atareada y se compadeció de ella.

No paso mucho tiempo cuando ya todos se reunieron en la sala de conferencias. Todos excepto Hinata, quien aun no terminaba con los pendientes; solo tenía uno, el que Ino le había pedido. La rubia había calculado mal el tiempo y ella misma lo pudo haber entregado, pero ya era demasiado tarde.

Mientras tanto, la ojos de plata corría de un lado a otro, sabía que la junta ya estaba comenzando, solo rezaba que no interrumpiera algo importante.

Todo había pasado tan rápido, en tan solo un segundo la sala de conferencia se puso patas arriba.

Jiraya estuvo a punto de anunciar al propietario del despacho. Todos ansiosos queriendo descifrar el misterio que albergaba el lugar desde hace semanas. La pobre Ino solo deseaba que su amiga llegase sin hacer escándalo y acabar con la tensión del lugar.

Un chico de cabello rubio y piel bronceada entro a la sala. No parecía mayor a treinta años y su cuerpo dejaba mucho que desear. Era tan guapo como presumido.

— Demosle la bienvenida a Naruto Uzumaki. Nuevo propietario de la línea del bufet más prestigioso de Konoha.

Aplausos sonaron elevando el ego del joven. Años de preparación y siendo el número uno al fin habían dado fruto.  Este era su momento, su éxito.

Hinata corrió a la sala y por desgracia. No notó el borde del tapete mal colocado a la entrada. Al abrir la puerta cayó encima del rubio. Papeles volaron por los aires en una lluvia blanca y tinta negra.

En un segundo los demás dejaron de aplaudir viendo horrorizados la escena anterior. Hinata abrió los ojos y deseo no haberlo hecho. Unos ojos azules como el cielo y tan temibles como el fondo del mar la observaban de manera asesina.

Entonces recordó sus años de estudiante. Donde unos ojos azules la asechaban por no ser de su agrado. Rápidamente se quitó de encima y retrocedío. El hombre en el suelo fue auxiliado por Jiraya y otro hombre más antes de salir enfurecido de la sala.

Jiraya todo asustado salió corriendo detrás del rubio y los demás se quedaron a limpiar el caos que ella había causado.

Ino estuvo a punto de ir por su amiga pero ya era demasiado tarde, ella salio corriendo hacia los baños donde se encerró en un cubículo donde se puso a llorar.

¿Hinata Hyuga? ¿enserio? tenía que ser una broma. Entró a su nuevo despacho y azotó la puerta con fuerza. Estaba enojado, ella de nuevo. La chica más torpe del mundo trabajando en la firma de abogados más importante del momento. Ella era capaz de arruinar todo si pudiera.

— ¿Puedo pasar? — preguntó Jiraya antes de entrar a la oficina.

Naruto asintió.

— Escucha hijo, esto nunca pasa. Fue un total accidente. Si lo deseas haré que sea despedida.

Naruto meditó unos segundos.

— Esta bien Jiraya, no es necesario. Estoy bien

— ¿seguro?

— Si padrino, como dice mamá, estas cosas pasan.

Jiraya estaba sorprendido con la madurez que su ahijado tomó la situación. Normalmente el rubio hacía un berrinche que todos terminaban tomando las consecuencias. El viejo dio gracias al cielo y después de un rato se marchó.

Naruto se sirvió una copa de vodka y la bebió. Lo único que había desarrollado a través de los años era destruir a quienes le estorban en el camino. Lo había logrado con éxito. Excepto a una persona.

Hinata Hyuga.

La primera vez que la vio quedó cautivado con su belleza. Su cabello largo y hermosa sonrisa. Incluso le rogó a su amigo de toda la vida Sasuke Uchiha que se la presentase. Todo iba bien hasta que la torpe se tropezó y derramo malteada en todo su uniforme, haciendo que toda la escuela se burlarse de él. Desde aquél día le hizo la vida imposible, pero ella jamás se rindio.

Cada día brillaba más y más.

Pero esta vez la haría pagar por humillarlo en dos ocasiones.

Dímelo dos veces |Naruhina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora