Acercándose al enemigo en un lugar público

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El ruido de la música y los vapores del alcohol en el aire comenzaban a marear a Hinata. Y si fuera poco la gente comenzaba a llegar de forma masiva.

La joven sentía que se asfixiaba y no tenía a nadie que la ayudase a bajar y encontrar a sus amigas.

Llego al barandal y se sujetó con fuerza. Estaba mareada y deseaba irse del lugar.

Naruto encontró a Hinata asustada y rápidamente se acerco a ella. Cuando ella lo vio pensó que estaba alucinando, Naruto se encontraba allí justo al lado de ella.

— ¿Hinata? — preguntó el rubio. ¿Estás bien?

Ella asintió — solo quiero salir de aquí.

No pensó dos veces y se llevó a Hinata de allí. La joven estaba agradecida. Por un momento pensó que solo la sacaría de toda la multitud. Pero cuando vió que la llevó a un balcón privado temió lo peor.

— Gracias de nuevo por sacarme de allí. Era una pesadilla.

— Descuida — Tomó un vaso y sirvió tequila en el. Le ofreció a Hinata y ella lo rechazo cortesmente. No pensaba que sería buena idea aceptar algo que viniera de él.

— ¿vienes seguido a lugares así?

— De hecho no. Vine con unas amigas y me perdí.

— bien.

Naruto se sentó al lado de un chico ebrio en estado inconciente. No podía creer que él se relacionara con gente así. Imaginaba todos sus amigos sin alma al igual que él.

—¿No tomarás asiento o prefieres estar de pie?

— Así estoy bien. Gracias.

Sin que se diera cuenta Naruto se deleito con el paisaje que tenía en frente.

Hinata lucía un vestido a la moda que acentuaba sus voluptuosas curvas, su cabello largo y lacio brillaba con las luces del lugar, y lo mejor eran sus labios. Carnosos y brillosos, imaginaba que eran suaves.

Incluso se imaginó en un momento como sería recibir un privado de su parte.

— Escucha Naruto. Gracias de nuevo por ayudarme. Pero necesito encontrar a mis amigas. Estaban ebrias, y también quiero irme a casa.

Naruto dejo su trago y se colocó su saco. Hizo una llamada y rápidamente llego un hombre que sacó al hombre ebrio de hace rato.

— Bien, ya podemos irnos.

— ¿espera, que? ¿irnos?

— Te llevaré a tu casa.

— No es necesario. Solo necesito encontrar a mis amigas y...

Naruto se giro. No soportaba la actitud de Hinata. Estaba siendo amable con ella por una vez en su vida y ella no lo aceptaba. Seguía siendo la misma torpe de siempre.

— Escucha Hinata. Tus amigas ya no están, es muy tarde y deseo irme. Quieres que te lleve a casa o no.

No.

— Esta bien.

Hinata caminaba detrás de Naruto como si fuese una niña regañada por su padre. No sabía ni por que le hacia caso, él era quien le había hecho la vida imposible en la preparatoria, y si tenía suerte también en el trabajo.

¿Qué pensarían Ino y Sakura cuando llegase a su casa traída por Naruto? Pensarían que intentaba suicidarse o algo parecido. Alejó esos pensamientos y siguió al rubio hasta su coche. Por desgracia no observo el coche de Sakura, al parecer si se habían marchado sin ella.

Naruto como todo un caballero le abrió la puerta del vehículo. Un gesto que asustó mucho a Hinata. Sentía que traía algo en sus manos. Y se daba palmadas en la frente mentales por haber sido tan tonta nuevamente por aceptar su invitación.

¿Qué más podía hacer?

— ¿Sigues viviendo donde mismo? — pregunta Naruto sin dar importancía. Hinata dice que sí y sigue con la vista en el camino.

Tratando de distraer su mente de una muerte segura, Hinata observa con detalle el interior del coche. Asientos de piel, un tablero que parece muy complicado y hasta GPS incluido. Si tuviera algo así creía que no bajaría jamás, pero también se acordó que este coche costaría más que su casa y que ni en un millón de años pagaría semejante monstruosidad.

Con su escarabajo y su casa estaba feliz. Cuando vio que solo había silencio, y que Naruto solo la llevaría a casa se sintió feliz. Al parecer había exagerado con la actitud de Naruto y la había perdonado después de todo.

«Tal vez todo esta en el pasado»

N

aruto veía de reojo a Hinata. Al parecer la chica se encontraba asombrada y pensó en lo fácil que era de sorprender. Era eso o era muy primitiva.

Un tiempo más y el rubio aparcó en la casa donde Hinata vivía desde hace tiempo. Durante su adolescencia su miedo al pasar por aquella casa y toparse con ella le daba un pavor enorme. Tenía miedo de encontrarse con Hinata y no saber que decir. Pero al ser humillado delante de toda la escuela lo hicieron cambiar de parecer drásticamente.

— Gracias de nuevo por traerme Naruto.

— Hice lo que tenía que hacer, es todo — dijo encogiendose de hombros.

Hinata tuvo un pensamiento y sin darse cuenta lo dijo en voz alta.

— Tal vez con esto significa que somos amigos ¿no?

La mandíbula de Naruto endureció tanto que Hinata creyó que estaba lastimandose, sus nudillos eran blancos por apretar duro el volante.

— ¿Amigos? ¿Nosotros? tiene que ser una broma. Solo te traje por que se me hacía mal dejarte sola en el mar de gente. No confundas las cosas.

— Esta bien.

— Ahora sal del coche. Nos veremos en el trabajo.

Sin tiempo que perder la chica se bajo del vehículo y observó como este se iba a toda velocidad.

Cinco horas después. Una Sakura Haruno se encontraba desmayada en el asiento del conductor. Ino yamanaka estaba a su lado inconsciente. Habían salido del bar para ir a una fiesta que un chico las había invitado allí mismo. No paso ni quince minutos cuando un conductor necio se estrelló contra ellas, al parecer iba ebrio. Su chofer se descuido un momento, cuando el chico de cabello oscuro tomó las llaves y empezó a conducir.

Había sido un desastre que no llegó a ser mayor.

Cinco horas y nadie había reportado el accidente. La primera en despertar fue Sakura, con un dolor en el cuello.

— Ino ... Despierta.

— mm - se quejó la rubia.

— Tuvimos un accidente ... despierta, oye ... espera ¿y Hinata?

Dímelo dos veces |Naruhina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora