Kakashi Hatake

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El señor kakashi hatake era el único hijo de Sakumo Hatake, quien había sido uno de los abogados más exitosos de Nueva York. Fue compañero de Jiraiya en los años de universidad y cuando comenzaron a ejercer, decidieron ser su propia competencia. Para quitar a los demás del camino, formaron una fuerte relación laboral.

Cuando sakumo fallece, Kakashi tuvo que ser fuerte y continuar con el despacho. Era el orgullo de su padre y de todos sus empleados. Lo único que él hacía era trabajar y estar en el gimnasio que también era de su propiedad. Era experto en artes marciales mixtas y boxeo.

Jiraiya se retiró del buffet y dejó a cargo a al hijo de Minato Namikaze, un alumno ejemplar y el destacado abogado. Pero un chico que le faltaba conocer lo que es luchar por lo que quieres.

Hinata había salido con Ino. Debía de comprar ropa para su nuevo empleo. La rubia estaba feliz y triste por su amiga, cuando se enteró de todo ya había sido demasiado tarde. Quiso reclamarle a Naruto por ser tan imbecil, en cambio él la mandó al antiguo puesto de Hinata en RH.

La ojiperla le había dicho que no tenía caso luchar por algo que no valía la pena. Naruto siempre la odiaría por ser torpe y desalineada. Algo en su pecho le dolía al saber que esa era su realidad, y que nada haría para cambiarlo.

Faldas de tubo, sacos, blusas de vestir, tacones, Ino estaba escogiendo todo eso para Hinata. Cuando ella le contó que su nuevo jefe era muy atractivo la rubia puso en manos en acción.

— tienes que verte sexy para impredionarlo hina, qué tal si le agradas después — fueron las palabras de Yamanaka cuando Hinata quiso protestar por toda la ropa que tenía en brazos.

Unos trajes que jamás pensó que usaría y varios accesorios despues, las chicas se encontraban en una heladería.

— la oficina será muy aburrida sin ti, ahora no tengo a nadie para conversar.

— lo sé, pero no tuve otra salida. Si seguía en el despacho Naruto se saldría con la suya.

— ¿Naruto?

— si, parece que jamás olvidó lo de preparatoria. Su única misión en la vida es hacerme la vida imposible. Y por casi lo logra, y por mi bien, es mejor alejarme de él.

— eso explica muchas cosas.

—¿hmm?

Ino suspiró. — desde que renunciaste Naruto parece fuera de control, llega hecho una bestia a la oficina, grita todo el tiempo, incluso corre de su escritorio a Shion.

Hinata se sorprendió por la actitud de Naruto. Ella pensó que estaría feliz por tener a la rubia entre sus piernas, no que perdería el control como un loco.

¿Acaso sería por su ausencia o por qué ya no podría humillarla?

— bueno Hinata, quieras o no tienes que ir a renunciar debidamente. O tendrás problemas después. Sabes que él es abogado, puede denunciarte.

— no lo creó, él parecía muy feliz de deshacerse de mi.

— mmmh como sea.

La chica no tenía ganas de nada dulce, ni siquiera de unos rollos de canela. Se daba cuenta que estaba renunciando a la única persona que había amado en toda su vida.

En la universidad la habian acortejado, pero nunca pasó nada más. No estaba interesada y tampoco los chicos le persistan lo suficiente.

Pensó que estaría toda su vida sola, que la única persona que le interesaba se encontraba casado y con hijos.

Estaba equivocada, cuando Naruto apareció en la oficina pensó que había sido un milagro o cosas del destino. Que tendría la oportunidad que se le negó años atrás de estar a su lado, pero nuevamente se había equivocado.

Ahora, había huido del trabajo que le costó conseguir solo por que su corazón no resistió más. Estaba volviéndose loca.

Y estaba por volverse más cuando shion entró al lugar con la prima de Naruto. Llevaban bolsas de ropa channel y de otras marcas caras, y una sonrisa de oreja a oreja.

— vamonos de aquí por favor. —suplicó Hinata asustada.

— claro que no, aún no termino mi helado y ni de broma saldré a la calle con el.

— Ino por favor.

— pero por que tan de repente quieres irte.

La rubia lo entendió tarde, Shion se acercaba a la mesa de las chicas junto a la uzumaki.

— ¡Hola Hinata! Qué gusto verte, es una lastima que ya no estés en la oficina. Tooodo mundo te hecha de menos.

— h-hola shion. Hola karin- saludó la morena.

— shion por favor, largate de aquí, queremos una tarde tranquila — refunfuño Ino.

— Disculpa Ino, pero no hablabamos contigo.

— pero yo sí, y nuevamente, largo.

—digo, todo mundo te extraña, excepto Naruto, quien no sale de mi cama todas las noches.

Las chicas comenzaron a reir de forma cínicamente haciendo que Hinata saliera corriendo del lugar. Al diablo Shion, al diablo el helado.

— ¡¡ Hinata espera!! — grito Ino. Pero la Hyuga no lo hizo.

Esta había sido la gota que derramaba el vaso. Por Hinata y por sus nervios se lanzó encima de Shion como una fiera salvaje. Jalaba su cabello y rasguñaba su rostro.

La uzumaki solo gritaba por ayuda, ya que era lo suficientemente cobarde para detener a la furia de Ino Yamanaka.

— ¡¡ Y SI ESTUVIERA SAKURA AQUÍ ESTARÍAS EN SERIOS PROBLEMAS!!




Después de eso el fin de semana estuvo tranquilo. Gracias al cielo Ino no tuvo ningún problema, al parecer todo mundo se había puesto del lado de ella. Hinata se lamento por lo ocurrido así que compró comida chatarra para todas y hacer una pijamada en su departamento.

El lunes en la mañana Hinata se encontraba en la oficina a primera hora. Había escogido una blusa de vestir de manga larga color lila y una falda larga de tubo color negro. Desde el accidente con Naruto decidió que no usaría escote en la oficina nunca más.

El papeleo de finanzas era un desastre, sabía el por que necesitaban urgentemente a alguien que lo arreglarse de inmediato.

A las ocho de la mañana llegó Kakashi Hatake. A pesar de usar un simple traje gris de oficina, podía verse el cuerpo trabajado de aquel hombre.

Kakashi pasó al escritorio de Hinata. Le indicó rápidamente lo que le importaba de trabajo. Era un hombre serio, pero muy apuesto.

— Hinata ¿podemos hablar en mi oficina por favor? — preguntó Kakashi antes de la hora de salida.

El día se había ido rápido, tenían mucho trabajo y estaban ocupados.

— Claro.

Estando en la oficina el mayor pudo notar la tensión de la chica, era extraño.

— ¿ pasa algo que te preocupe? Hinata.

— ¿mmh?

— perdona, iré al grano. He estado viendo que te desconcentras de la nada. Pensé que no era nada grave hasta que recibí una llamada de la corporación Uzumaki.

Hinata se congeló al escuchar aquellas palabras.

— al parecer tu ex jefe te acusa de abandono de trabajo.

— ¿q-que?

— si Hinata, pero descuida. Mi deber es proteger la seguridad de mis empleados, yo me encargaré de eso srita.

— ¿Qué significa eso?

— ya no tendrá que preocuparse por el sr. Uzumaki, yo arreglaré su renuncia para que pueda estar tranquila.

En ese instante Hinata supo que ya podía estar tranquila, al menos por ahora.

Dímelo dos veces |Naruhina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora