Adiós Kakashi

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Al día siguiente en el que Hinata fue a vivir con Naruto, ambos fueron a recoger al pequeño Boruto. Un pequeño bebé con apenas pocos cabellos dorados, con las marcas características de su padre. Y un aura que podía alegrar a cualquiera. La vida para ambos comenzaba a acomodarse poco a poco.

Y es que después de años de malos entendidos y odios injustificados la pequeña familia al fin comenzaba a disfrutar su propia compañía. El pequeño Boruto era un niño muy serio para sorpresa de ambos. Naruto empezaba a aprender sobre el cuidado de un recién nacido. En cambio Hinata, ella se divertía viendo al padre de su hijo fracasar en el intento.

Las cosas al principio fueron un poco extrañas para ambos. En ningún momento se tomaron el momento para hablar sobre lo que había pasado entre ellos todo este tiempo, y a pesar de que ambos se amaban, era difícil para ambos permanecer en el lado del otro.

Naruto reconocía sus errores del pasado, tanto los que tuvo en sus años de escolaridad hasta cuando se reencontró con Hinata hace algún tiempo. Mientras tanto Hinata seguía algo dolida por la pérdida de Kakashi. En cierta manera lo quiso. Muy dentro de ella siempre deseó que él fuese feliz. Lamentablemente no era ella quien lo podía hacer. en ocasiones creía que solo usó al peli gris y eso lo atormentaba.

Todas las penas se esfumaban cuando ambos pasaban tiempo con el pequeño Boruto. El niño era tan hermoso y pequeño como para no amarlo. Sin duda alguna era hijo de Naruto, ya que heredó sus marcas características y su rubio cabello. También era igual a Hinata, ya que era muy tranquilo en realidad.

En una tarde en la que el pequeño Boruto pasó el tiempo con su abuela Kushina. Naruto veía a Hinata hojear unas revistas. La chica estaba tan centrada, que no notó al rubio acosarla de tal manera. Luego de un rato de silencio el chico se sentó frente a ella, quien seguía haciendo lo mismo.

El cabello de Hinata era más largo a cuando la conoció, su cara a pesar de parecer suave se mostraba madurez en ella, su semblante también había cambiado. Ya ninguno de los dos eran unos niños. Hace mucho tiempo que lo dejaron de ser, y el único que no lo había notado era el mismo.

- Perdóname Hinata.

En ese momento, la chica bajó la revista con la mirada confundida.

- ¿Por qué te disculpas? Ya todo quedó en el pasado supongo. Ahora tenemos a Boruto y esa es nuestra prioridad ahora.

Hinata regresó a su lectura hasta que unas manos ajenas las despojaron de aquello. La mirada del rubio era seria, muy pocas veces lo había visto de tal manera, solo que en esta ocasión no entendía la situación.

- Lo que quiero decir, es que te estoy pidiendo perdón por todo. Por hacerte sentir mal cuando estabas embarazada, cuando trabajabas conmigo, Dios mío hasta cuando usé a Shion para hacerte sentir mal. También lamento lo que pasó en preparatoria.

Hinata no creía lo que escuchaba de la boca de Naruto. En tan solo unas oraciones había resumido el cielo y el infierno que vivió a su lado, y ahora estaba disculpándose. Esperó tanto desde el fondo de su corazón aquellas palabras. A excepción de Shion, quien de oírla mencionar le hervía la sangre. aún así no creyó que Naruto lo sintiera, o que él creyera que tuviese culpas.

La azabache se levantó del sofá justo en frente de Naruto, con su pulgar acariciando sus mejillas marcadas y su piel bronceada. Y es que por más que lo intentó jamás dejó de amar a ese hombre.

- Yo también lo lamento. Si alguna vez te lastimé lo siento de verdad. Nunca fui una persona madura, y al principio te tenía algo de miedo debido a tu reputación de ser muy correcto y todo eso. Ahora entiendo que no debió ser fácil para ti vivir así.

Dímelo dos veces |Naruhina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora