Dímelo dos veces |Naruhina|

Nuevo Jefe

Luego de haber sufrido un accidente automovilístico, ambas chicas fueron a parar a sala de urgencias con heridas leves. La ojos color perla con enojo fue a recoger a sus amigas, quienes no se acordaban de haber salido del lugar y conducir el auto en condiciones inapropiadas.

Luego de un susto y un regaño por parte de la azabache, las tres rieron de su irresponsabilidad. Sakura tenia un yeso en el brazo izquierdo e Ino salió con un collarín muy incomodo.

- ¡Deja de reirte Hinata ! - había dicho Ino al salir del hospital.

El fin de semana paso sin novedades, y ambas chicas se dirigieron al despacho para comenzar una nueva jornada de trabajo. Naruto era el nuevo jefe, no sabían el tipo de trabajo que él manejaba. Técnicamente era comenzar de nuevo.

Hinata se encontraba con un nudo en el estomago. Ella seria su secretaria directa al igual cuando trabaja con Jiraya. Tener que verlo a diario y tan de cerca le causaba ansiedad. Suspiro fuerte y entro a la oficina del jefe. Había entrado en varias ocasiones sin problema, ahora seria algo imposible durar cinco minutos sin vomitar.

Naruto se encontraba teclando en su macbook y hablando por un auricular como si nada. Se veía realmente guapo. Él al verla entrar le indico que pasara. Hinata traía consigo varios documentos, se acerco lo más rápido que pudo y los dejo sobre el escritorio. Iba a irse pero Naruto la detuvo. ¡Y ni siquiera había dicho palabra alguna!

Él tenía mucho poder sobre la gente. Y tenía miedo que asi lo tuviera con ella.

Colgó la llamada y dejó de teclear. Posando su mirada a la chica. No era tonto, claro que había notado las largas y sensuales piernas de la chica desde que entro. Su falda estaba a tres dedos sobre la rodilla y aun asi lucía mejor que las chicas en minifaldas. Su conjunto negro con morado resaltaba su pelo azabache y ojos aperlados como la luna.

— ¿Me puedes decir que es todo esto que trajiste?

— son papeles y documentos que Jiraya dejó para usted.

Naruto observó que eran documentos de hace meses, Jiraya realmente no hacía nada en la oficina. Todo era un desastre.

— Tardaré meses en acomodar esto, incluso saldré después de mi hora.

— Eso temo señor — dijo Hinata alegrandose. No lo vería casi, ya que él se quedaría acomodando el desastre que su jefe pervertido había cometido.

— Al menos que.

— ¿al menos que?

— Felicidades Hinata, me ayudaras con todo esto. Así será menos pesado para todos.

Hinata quiso llorar, realmente se preguntaba el por que la vida la odiaba y le ponía a Naruto Uzumaki en su camino.