Malteadas De fresa Para todos 2

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En ese momento solo escuchaba quejas de sus socios, cada una empeoraba después de la otra. Estaba en un punto quiebre de su negocio; y al él solo le importaba reventar le la cara a golpes al socio de la familia. Hatake Kakashi.

Él era el único que no había hablado en todo el tiempo que llevaban sentados juntos. Solo observaba cuidadosamente mientras sus codos se apoyaban en la mesa.

Kakashi mientras tanto veía con diversión la situación, para cuando acabase el mes Naruto tendría que pedir prestado del fondo compartido para poder sostener el bufete, fondón que era de Hatake Inc y Namikase.

Si fuese otra ocasión le accedería el favor, pero el recuerdo de Hinata llorando le decía que no lo hiciera, él se quiso hundir y tenía que hacerlo solo.

No sólo se iría al fracaso lo que Jiraya construyó, sino lo que Minato había logrado con mucho esfuerzo.

Tenía que actuar pronto.





Hinata llevaba poco de enterarse sobre su embarazo, y los únicos que sabían era Kakashi y los de la oficina. Tarde o temprano le tendría que decir a Sakura y a Ino. Incluso a Neji y Hanabi, bueno, a muchas personas. Como a sus padres.

Bueno, tenía que decirle a todo mundo.

Lo que le impedía hacerlo era saber si el bebé era de Naruto o no. Pero obvió era de él, incluso su corazón se lo decía.

No podía tener un bebé de Naruto,¿o si?

Él iba a casarse con la candente de Shion, he iban a hacer la pareja del año, y tendrían bebés hermosos y lo que sea que estuviesen pensando en el futuro.

Si se enteraba Naruto era capaz de dos cosas: de negarse que él era el padre para no hacerse cargo, o dos, hacerse cargo y quitárselo, para que Shion lo criara como suyo.

Ese último pensamiento la hizo llorar, no quería que nadie la alejara del bebé que esperaba. No podía permitirlo, ya no sólo era ella, ya se aproximaba un niño que dependía de ella.

Y tenía que ser fuerte.

Estaba nerviosa desde que Kakashi le dijo que tendria una junta con los socios. Al pensar en ellos dos juntos en un solo lugar le revolvía el estómago.

Trató de no pensar en eso y se puso a esperar a que su jefe llegara.

– Tomemos un descanso. — dijo Shikamaru con fastidio.

Todos los socios se levantaron del lugar a excepción de Kakashi, quien se encontraba neutral ante la situación.

— ¿y bien Kakashi? ¿Estarás toda la junta con esa cara o no dirás nada? – Naruto se encontraba molesto.

– ¿yo? – dijo el mayor divertido.

– ya se que todo esto te parece divertido, pero te recuerdo que somos socios. Esto tarde o temprano te afectará a ti al menos que hagamos algo para solucionarlo.

Kakashi comenzó a reír a carcajadas. Cosa que a Naruto no le agradó nada.

— ¿Nosotros? Ja, yo no te dije que gastarás como si el mundo fuese a acabar. Y número dos, aún no has tocado nada de nuestro fondo compartido, así que no, no me has afectado.

— yo tengo los mejores asesores, Madara nunca dejaría que mi negocio se fuera al borde de la quiebra gracias a mi materialista novia.

Naruto estaba furioso, y no con Kakashi sino consigo mismo. No podía decirle nada ya que tenía razón. Solo había aceptado que Shion hiciera lo que le pareciera solo para que lo dejara solo.

Dímelo dos veces |Naruhina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora