Trabaja duro, duerme poco.

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Hinata se lamentaba en el sofá de la casa de Sakura. Al salir del trabajo una lastimada Ino y ella fueron allá como todos los lunes, ese día tomaban café y conversaban. Algo que ya se había vuelto como una pequeña tradición.

- Me rindo... jamás me dejará en paz. Ya no tendré tiempo para nada, ni para dormir. Hasta temo que faltaré a mi propia boda.

- Hinata, aun no estas ni comprometida, segundo, no seas tan dramática. Naruto no puede obligarte a trabajar de más si no te paga más.

- ¿qué?

- Si Hinata - dijo Ino llegando a la sala con una taza de café - si vas a estar ahí hasta tarde te tendrá que pagar mas ¡es como un aumento!

Aumento. Ella no lo había visto así, y tenían razón eran horas extras, asi que era dinero extra. Tal vez sería bueno para ella.

- Y Hinata, si no te sientes cómoda puedes buscar otro trabajo. - Dijo Sakura mientras cogia una galleta - en Hatake inc. Tenía entendido que era la competencía ¿no?

- Eso sería drástico.

- Drástico mi cuello Hinata ¡no me puedo mover!

Las chicas rieron. Sakura tenía razón, si trabajar así con Naruto no resultaba, podía renunciar e irse a otro lado.

Al día siguiente Hinata y Naruto se encontraban en el despacho del rubio. La ojiperla desde que llegó a la oficina fue llamada por su jefé, al parecer si era mucho trabajo. El viejo Jiraya todo lo que había hecho era ser un rabo verde que descuido de sus obligaciones.

- Vaya, es mucho para nosotros dos - comentó más para si misma. Esto le tomaría muchísimo tiempo.

- Jiraya siempre a sido un descuidado. Ya se me hacía anormal que me entregara todo en orden.

- ¿trataste de comunicarte con él?

- Claro, pero el viejo esta en el caribe. No logré comunicarme con él.

Ambos resignados continuaron con el duro papeleo hasta las siete de la tarde. Todos se habían marchado menos ellos dos, y Hinata no podía estar más aburrida que nada. Naruto en ocasiones la veía de reojo, y cuando ella lo descubrió, el rubio la fulminó con la mirada.

- Hinata, creo que será todo por hoy. Tenemos que irnos ya.

- Naruto, antes de irnos. ¿puedo preguntarte algo?

El rubio iba a bostezar, pero al escuchar a la azabache hasta despertó. ¿Qué es lo que quería?

- Te escucho.

- Sé que es mucho papeleo, y duraremos tiempo arreglandolo. Asi que me preguntaba que si se tomará esto como tiempo extra.

Naruto la miró extrañado. ¿dinero? vaya que no conocía ese lado ambicioso de ella. ¿Qué tal si quería más para irse de fiesta como el otro día? jamás, no quería a una libertina en su oficina.

- Hinata, pero es parte de tu trabajo ayudar en lo que te pido.

- ¿disculpa?

- Claro que no. Además no es tan tarde. No necesitas que se te pague de más por una hora extra.

Antes de que la chica pudiera protestar, El rubio ya se había marchado.

Al finalizar la semana Hinata estaba totalmente exhausta. El primer día habían salido a una hora después de su salida, después casi a las once de la noche. Incluso los planes que tenía con Sakura e Ino fueron cancelado para que ella pudiera descansar.

Se encontraba recostada en su sofa cuando suena el timbre. Sin muchos animos se levanta a abrir la puerta, grata es su sorpresa cuando ve a su primo Neji de pie con una sonrisa.

Dímelo dos veces |Naruhina|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora