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La misma noche luego de aquella catastrófica despedida donde Shin apenas escuchar aquellas palabras huyó, la castaña  no pudo dormir, pensaba en la bochornosa escena de esa tarde y el recuerdo de la mirada penetrante venía a su mente avergonzándol...

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La misma noche luego de aquella catastrófica despedida donde Shin apenas escuchar aquellas palabras huyó, la castaña no pudo dormir, pensaba en la bochornosa escena de esa tarde y el recuerdo de la mirada penetrante venía a su mente avergonzándola, haciendo que sus mejillas se tiñan de colorado mientras apretaba la almohada contra su rostro evitando gritar de este modo.

Aquel lindo chico dos años mayor que ella tenía una personalidad totalmente distinta a la de si misma.Tosco y amargado, decía lo que tenía en mente sin siquiera poner anestesia previamente o una curita posteriormente en su defecto.

Pero a pesar de eso no se rendiría, Dong Shin aparte de alegre y positiva también era competitiva así que a pesar de todos aquellos obstáculos, las diferencias o las escenas bochornosas que Renjun podría hacerle pasar estaba decidida a no rendirse y descubrir cada una de las facetas,secretos y curiosidades que el mayor pudiese tener.

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Fue un mañana cansadora para la chica esa vez.Gracias a los constantes pensamientos del chino que llegaban a su cabeza había terminando durmiendo al rededor de las tres de la mañana, como resultado no tenía suficiente energía como para aguantar a Chenle y Jisung discutir, a YangYang comer ruidosamente o a Jaemin bombardeándola con preguntas sobre que había hecho con Huang en su encuentro el día anterior.

Los quería mucho, eran sus compañeros de aventuras, chicos fieles que sabía podía contar con ellos para todo como se habían prometido cuatro años atrás, en primer año de secundaria el mismo donde se conocieron y formaron un lazo tan fuerte como el de hermanos.Sin embargo al igual que ella eran tan ruidosos y tontos que jamás dejaban de bromear, pero había días que simplemente era demasiado agotador seguirles el paso,justo como esta mañana.

Aveces se quería reprochar el no tener una mejor amiga mujer con quien pudiera pasar el rato cuando no estaba de humor para escuchar los gritos y asquerosidades de ese cuarteto, porque a pesar de que se llevaba bien con casi todo el mundo no era lo suficientemente cercana con ninguna chica y la razón era porque se sentía más cómoda entre los chicos por su sentido del humor semejante, así que al recordar este último detalle se olvidaba de reprocharse.

La cereza del postre sobre su mañana escolar vino cuando la profesora de literatura decretó que esa última clase harían un trabajo en duplas que consistía en un ensayo sobre el último libro que habían leído en conjunto, y su compañera resultó ser Yongmin la única persona excluida sobre con quienes se llevaba.La contraria la trataba despectivamente y humillaba desde hace cuatro años solamente por el hecho de que envidiaba el que pudiera ser tan cercana a Jaemin como ella nunca lo sería.

Así que al finalizar el día estaba a partes iguales agotada física y mentalmente y solo podía arrastrar sus pies por el inmenso pasillo mientras toneladas de estudiantes pasaban por su lado dirigiéndose puertas fuera, contrariamente a la dirección que ella estaba realizando.

Apenas piso el salón de artes noto el silencio abundante, el castaño no se hallaba allí esa vez así que rendida igualmente se adentró al lugar y ocupando el mismo asiento que Renjun el día anterior dobló sus brazos sobre la mesa y apoyó su cabeza en estos cerrando sus ojos en el proceso disfrutando por primera vez en el día la calma.

Poco le duró ya que a los minutos cuando ya casi podía acariciar el mundo de los sueños el estruendo de la puerta siendo abierta hizo que sus párpados se abrieran, el castaño estaba allí parado frente a ella y con el ceño fruncido en su dirección.

-Si vas a molestar mejor lárgate, me gusta concentrarme -habló apartando la mirada de ella y sentándose en la mesa a su lado mientras comenzaba a sacar su estuche con lápices y el mismo cuaderno azulado del día anterior.

Todo eso siendo observado por la joven quien seguía reposando su cabeza en sus brazos.

-No te preocupes, no te molestare mirándote.Solo quiero descansar, así que estaré todo el tiempo con mis ojos cerrados.

-Para eso existen las camas, ¿o no tienes una en casa? -contestó con aires sarcásticos comenzando con su dibujo del día.

-Si salgo de la escuela no podré volver a casa, tendré que ir al café a ayudar a mi abuela a hornear y no es que sea mala nieta y no quiera ayudarle pero hoy simplemente siento que puedo dormirme parada.

-¿No puedes solamente decirle que hoy no puedes y llamar a tus padres para que te pasen a buscar?

La menor sonrió al darse cuenta que estaban manteniendo una conversación más fluida a pesar de notar lo desinteresado que el contrario se mostraba sobre el tema.

-Vivo con mi abuela.

Aquellas palabras parecieron si llamarle la atención porque su mano que trazaba finas líneas en el papel se detuvo por unos pocos segundos y giró su cabeza a ella haciendo que sus miradas conectasen.

-¿Tus padres.. -A pesar de no haber terminado la frase Dong Shin lo entiendo por completo a que se refería y con una leve sonrisa negó con su cabeza despacio.

-Ellos no están muertos, solamente decidieron que tener una hija no era algo que querían en su vida y dejaron mi tenencia a mi abuela desde bebé mientras ellos se fueron a recorrer el mundo con sus mochilas.

Le contó manteniendo la sonrisa pues ese tema no era algo que la pusiera triste en absoluto, ella estaba bien con que su abuela fuera prácticamente el papel de madre y padre en su vida, prefería aquello a haberse sentido un obstáculo para sus padres, a que le recordasen día a día que por su culpa no habían podido vivir plenamente como quisieron.

Más el contrario parecía estar teniendo problemas en entender el tema y su sonrisa, seguramente preguntándose el porqué padres podrían llegar a ese extremo y el como ella hablaba tan feliz de ese asunto, ya que simplemente hizo un ruido de afirmación dando por finalizada la charla y volviendo la vista a su dibujo.

Y así como finalizó esta también sus ganas de mantenerse despierta así que cerró nuevamente sus ojos y se acomodó en el asiento.Frunció el ceño al percatarse que el sol ya estaba más alto y pegaba en su rostro incomodándola, pero aquella luz fue bloqueada y remplazada por una complaciente sombra.

Cuando abrió un solo párpado para ver cuál era la razón notó el como su acompañante se había movido con la mesa unos centímetros más adelante protegiéndola de esta manera de los rayos de la estrella.

¿Lo había hecho a propósito?

Musa|Renjun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora