Maratón 3/3
El ruido de los autos al pasar y el de algunos pequeños grillos llenaban el cómodo silencio en el que ambos estaban hundidos mientras caminaban a la par hacia el departamento de Huang.
Ya eran las once de la noche y se habían despedido hace unos minutos de sus amigos a las afueras del local, como la parada de bus a la que Shin tenía que ir quedaba de pasada al departamento de Renjun este último se ofreció a acompañarla y ella aceptó.
Grande fue la sorpresa de ambos cuando al llegar un cartel avisaba que los autobuses de las últimas rondas quedaban suspendidos hasta nuevo aviso debido a un caso de asalto a un conductor de hace poco días.
Así que ahora ambos adolescentes iban al hogar del castañito para llamar un taxi para Dong desde allí.
—Llegamos —comentó mientras se adentraba al vestíbulo y luego caminaba con la chica siguiéndole los pasos hacia el elevador.
—¿Está tu familia? —Shin susurro con temor una vez entró, pensando en que haría si la respuesta era positiva y ella se presentara frente a ellos con su apariencia desarreglada, jeans grises holgados, camisa amarrillo pato, converses desgastadas y una coleta alta con pequeñas hebras saliendo traviesamente por todo su rostro.
Sin embargo un silencio se prolongó entre ambos y observó como el apretaba un botón con el número 10 para luego hacer una mueca mientras rascaba su nuca.
—Ugh si, sobre eso, era mentira.Mamá no me reto aquella vez del colgante—un suspiro se escapó de sus finos labios mientras bajaba su mirada y Shin lo observó confundida.—Mi familia vive en china, pero si es cierto que está mal visto tirar los regalos, no te hagas ilusiones.
Bromeó a lo último y la pequeña asintió comprendiendo lo que el contrario había dicho y le sonrió indicando que no se preocupara, después de todo era una mentira pequeña.
Unos segundos luego de silencio las puertas se abrieron y frente a ellos un pasillo se dejó ver, ambos salieron y Shin siguió a Huang mientras caminaba al fondo.
Finalmente el chico se paró frente a la penúltima puerta de madera e introdujo su llave allí, cuando la abrió se hizo a un lado para dejarla pasar primero.
Ella observó todo a su al redor.Era un mono-ambiente lindo decorado por tonos cremas y cafés, estaba completamente limpio y ordenado.
—Es muy bonito Ren.
—Gracias, es el que viene con la beca.
—Entonces, ¿YangYang no debería vivir en este edifico también?, me dijiste que el también la tiene.
—Uh si, pero su familia se vino con el, así que el vive con ellos—comentó pasando por su lado yendo al refrigerador—¿Quieres algo de tomar o comer?
—No gracias.
—Bien, el teléfono está sobre la mesita y en el libro al lado están los números de taxis —una vez terminó de indicarle se giró a agarrar una botella de agua.
Dong asintió y se giró para tomar el teléfono.
Una vez logró concretar que iría a buscarla se despidió amablemente de la señora en la línea y volteó a ver a Renjun quien descansaba sentado en el sofá mirando la tele.
—En veinte minutos está aquí —el chico asintió y ella se acercó a sentarse junto a él, miró la televisión donde pasaban publicidad y suspiro volviéndose hacia el.—¿No es aburrido vivir solo?
—Me gusta la tranquilidad y lo silencioso—el la miró de reojo al contestar y luego se giró a verla.
Ella asintió y pensó si aquel era el mejor momento para preguntar lo que hace tiempo quería pero no se había animado.
—Entiendo, por cierto Ren —se detuvo a la mitad y el hizo un sonido de garganta incitándola a continuar.—¿Recuerdas ese día en que yo estaba llevando tu cuadro?
—Si, cuando creí que lo estropearías con solo tocarlo —sonrió burlón mirándola con una ceja alzada y ella lo golpeó en juego levemente en su hombro.
—¿Que significaba ese cuadro?, no parecía algo que simplemente se te dio por hacerlo porque si.
El rostro del chico a su lado se apagó de a poco, y suspiro mirando nuevamente hacia la tele pero aún así le contesto.
—Hay días en los que me siento solo, y ese es uno de los cuadro que pinte mientras me sentía así —comenzó a contar en tono bajo.—El chico en el árbol con máscara de zorro soy yo, por más que me siento solo me muestro frente a los demás como alguien astuto y de carácter fuerte, que asusta a las indefensas ovejitas como tú Dong.
La castañita a su lado se quedó observándolo, hablaba serio y en susurros como si aquello que le contase fuera un secreto entre ambos que perduraría en el tiempo.Y así era, porque el se estaba abriendo a ella gracias a la confianza que habían generado.
—Jamás me asustaste—le comentó bajando su voz al mismo decibel y el giró su rostro a verla con un leve sonrisa de labios cerrados.
—Eso es porque eres la oveja negra del rebaño tontita—Shin le sonrió encogiéndose de hombros.—De todas maneras, estoy tratando de superar ese sentimiento y de a poco me siento menos así porque sé que a mi familia la veré seguido y tengo a YangYang y a los chicos a mi lado.
—También me tienes a mi —la castaña soltó luego de unos silenciosos segundos.—Renjun, si alguna vez te vuelves a sentir así, ya sean las cuatro de la mañana puedes llamarme, porque esta ovejita negra no se dejará intimidar por el bonito chico con máscara de lobo.
—Tu también me tienes a mi Dong—ambos sonrieron plenamente mirándose entre sí.
Así fue como Dong Shin descubrió el color azul en la vida de Huang Renjun, y como ambos terminaron con sus mejillas coloradas en el mono-ambiente del tomatito.
—
Se que un maratón es todo seguido pero entre el tema de Jaemin y que no sabía bien como plantear la escena me dio un borrón mental.jiji.
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Musa|Renjun|
Teen Fiction⠀ 𝑫𝒆́𝒋𝒂𝒎𝒆 𝒑𝒊𝒏𝒕𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒚 𝒅𝒆𝒍𝒆𝒕𝒂𝒊𝒓𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒔 𝒍𝒊́𝒏𝒆𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒕𝒖 𝒎𝒂𝒏𝒅𝒊́𝒃𝒖𝒍𝒂.𝑫𝒆𝒋𝒂𝒎𝒆 𝒂𝒎𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒚 𝒍𝒆𝒗𝒂𝒏𝒕𝒂𝒓𝒎𝒆 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒅𝒊́𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒐𝒃𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒆𝒏 𝒎𝒊 𝒄𝒂𝒎𝒂...