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El primer suspiro del día por parte de la castaña fue en la mañana, mientras caminaba al instituto sola

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El primer suspiro del día por parte de la castaña fue en la mañana, mientras caminaba al instituto sola.Estaba totalmente desganada por lo que venía, tener que soportar todo el día de clases aún con la sensación amarga en su pecho no parecía una idea tentadora.Pero es que durante todo el fin de semana trató de hacerla desaparecer sin resultado, había llorado, había tratado de distraerse cocinando, había salido con su primo a una pizzería y nada.

En el fondo sabía que no sería tan fácil borrar esa sensación que era producto de la rabia, tristeza y decepción que tenía acumulada, pero se negaba a sentirse así por él por mucho tiempo.

Paró de caminar y pensar solo en el momento en que estuvo justo en el portón de entrada del instituto y observó con detenimiento al rededor, su pecho se apretó cuando a la lejanía pudo divisar lo que tenía miedo de enfrentar, en una esquina del patio estaban sus amigos, charlando y riendo como siempre y entre ellos estaba él, Huang Renjun sentado sin parecer estar prestando atención realmente a lo que decían, con expresión seria, sus manos enmarcando su rostro y su pie tamborileando con el piso como con nerviosismo.

Dong desvío la mirada enseguida al sentir un tirón en su estómago, suspiró nuevamente, mordisqueó su labio inferior y luego cerró sus ojos contando hasta cinco, los volvió a abrir y comenzó a caminar.

Pero no fue hacia ellos, pasó de largo, caminando a su salón.

Había sentido un par de miradas en ella.Probablemente algunos de sus amigos la habían notado pero sabía que no la detendrían, que la dejarían hacer lo que debía hacer.Empezar a olvidarse de Renjun.

Con su mano aún temblando y sus piernas flaqueando se adentró al salón, donde había solo un par de personas porque aún no tocaba el timbre y se sentó en su lugar de siempre, esperando porque comenzaran las clases mientras el peso en sus hombros disminuía y se repetía en su cabeza la frase lo hiciste bien.

Porque aunque fuera ella misma necesitaba que alguien le dijese que la decisión que había tomado era la correcta.

Sabía de antemano que no soportaría estar junto al castaño, conociendo lo poco que le importaba no solo de forma amorosa sino que también amistosa, le dolía, de verdad lo hacía, darse cuenta de ello y tener que alejarse para poder olvidarlo y no sentirse como con un peso encima enorme, no sentirse desgastada emocionalmente.Aunque para hacerlo tenía que seguir distintos pasos, como el de tomar verdadera distancia, no verlo ni hablarle, ignorarle.

La tarde del sábado la había hecho tomar esa decisión, luego de llorar vino el enojo y esas mezclas la hirieron llevándola a notar los hechos más pequeños.

Se sentía boba luego de recordar todo el tiempo anterior que pasó junto al castaño o pensando en el, siempre justificándolo frente a los demás, dañándose solo para protegerlo.Desde pequeña le encantaba estar rodeada de gente, se sentía feliz complaciéndolos, dando todo de ella para que otra persona esté bien, pero había un pequeño detalle que hacía que ella estuviese bien con esa situación; siempre, siempre recibía amor a cambio, ya sea en forma de amistad, de sonrisas o gracias en tonos dulces, pero el sábado por la noche mientras miraba a su techo se preguntó seriamente ¿de que servía darlo todo de sí a Renjun si no recibía nada a cambio más que dolor?

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El salón quedó vacío en un chasquido de dedos apenas la campana tocó, y era comprensible después de un examen de matemáticas lo único que se desea es aire para disminuir el estrés, los únicos que quedaron fueron Shin junto a Chenle y Jisung quienes no hicieron ninguna pregunta sobre esa mañana ni el sábado y solo se dedicaron a darle unas miradas preocupadas.

—¿Segura que no quieres venir a la cafetería con los chicos?

—Segura Sung, ustedes vayan o vendrán a buscarlos.

—Pero —Chenle iba a retrucar listo para poner su mejor cara de cachorro sin embargo de inmediato la castaña lo detuvo negando con su cabeza.

Por favor —solamente soltó aquello y ambos entendieron de inmediato suspirando y asintiendo, desapareciendo segundos más tardes no sin antes comentarle que si quería ir que estarían donde siempre, guardándole un lugar.

La chica finalmente cuando se quedó sola sacó su almuerzo que había empaquetado, un sándwich junto a un jugo de naranja, y despacio comenzó a comer rodeada por el silencio que en un dos por tres fue interrumpido por la puerta siendo azotada y un grito grave.

—¿Creíste que tendrías tranquilidad? —YukHei habló acercándose a ella sonriéndole en grande y unos chicos lo siguieron de cerca riéndose por lo bajo.

—Hola —Shin murmuró correspondiéndole la sonrisa.—¿Como supiste que estaba acá?

—Me encontré con Chenle —se encogió de hombros y luego pareció recordar algo por la expresión que hizo en su rostro.—Estos son XiaoJun, Hendery y Kun, mis amigos —ella asintió sonriéndoles a los tres nombrados quienes la saludaron.—Y ella chicos es-

—Sisi, Dong Shin o tú bebé, lo sabemos, pasas hablando de ella—el castaño recién nombrado como XiaoJun respondió con un tono burlón y luego procedió a tomar lugar en el asiento vacío junto a la pequeña quien sonrió ante lo dicho escuchando de fondo como su amigo bufaba por haber sido expuesto.

—¿Comemos? —Kun preguntó y seguidamente todos asintieron y se sentaron al rededor de ella, quien les sonrió agradeciéndoles en secreto por acompañarla y no dejarla sola con sus pensamientos.

Musa|Renjun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora